¿Cómo les afecta discutir delante de los hijos?

  • 27 de Abril del 2023
  • 4 min de lectura

Discutir delante de los hijos no es beneficioso para ellos, sobre todo cuando las discusiones son muy fuertes y se dan muchos gritos, insultos o reproches. Debemos evitar discutir delante de los niños, pues las tensiones familiares, sobre todo si se dan a menudo, pueden crear nervios, tristeza, ansiedad y preocupación.

 

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En todas las familias hay discusiones de vez en cuando, pero se tiene que intentar que estas sean las menos posibles y que el tono de las mismas no sea muy intenso, ya que los niños viven estas situaciones en primera persona, como si ellos fueran los culpables de la discusión aunque no tenga nada que ver con ellos.

Ver discutir a dos personas nunca es agradable y menos aún si son nuestros padres. Por supuesto es inevitable tener opiniones distintas sobre muchos temas, pero debemos tratar de hablar siempre con respeto y en un tono calmado y pausado, sin chillar ni insultar, para intentar que las posibles diferencias no afecten negativamente al desarrollo del niño.

¿Cómo se siente el niño cuándo los padres discuten?

Al discutir delante de los hijos, les creamos sentimientos de desprotección y preocupación. Ante una situación desagradable, especialmente si hay gritos e improperios, los niños se angustian y se asustan al ver a sus padres alterados y fuera de control.

Según la edad que tengan, les perjudica de distinta manera:

  • Menores de 18 meses: El pequeño se muestra irritable, nervioso y puede manifestar problemas para dormir o comer. Los bebés interiorizan de manera muy acusada las emociones que notan en su entorno familiar, por lo que si estamos nerviosos y enfadados, él también lo estará.
  • De 18 meses a 3 años: A esta edad los niños reaccionan llorando y gritando para llamar la atención de sus padres y, así, lograr que paren. Esto demuestra que las discusiones de los padres no les gustan nada y son perfectamente conscientes de que no son algo bueno.
  • A partir de los 3 años: Los niños pueden mostrarse más reservados y no manifestar ninguna emoción en el momento de la discusión, sino que sus efectos negativos se manifiestan mediante regresiones, problemas para comer y dormir, miedo, inseguridad, autoculpabilidad y dificultades para relacionarse con otros niños, entre otros.

¿Cómo afectan las discusiones de los padres a los hijos?

La estabilidad familiar es fundamental para la estabilidad emocional de los hijos. Dicho esto, es cierto que los conflictos forman parte de la convivencia y siempre pueden surgir diferencias de pareceres entre los miembros de la pareja. 

La clave es saber cómo gestionar la discusión de las diferencias de manera que no afecte a los niños. Procura no discutir delante de los hijos debe ser una constante si queremos evitar que las discusiones les afecten.

Es importante entender que los niños no poseen la madurez suficiente para entender qué está pasando e interpretan literalmente la situación, de forma que ante insultos o frases como “no aguanto más” o “estoy harto”, lo dan como cierto y sienten miedo e inseguridad.

¿Qué desventajas le proporciona las discusiones a un niño?

Un entorno familiar donde sea frecuente discutir delante de los hijos tiene consecuencias a nivel emocional que se manifiestan de varias formas:

  • Dificultades de aprendizaje.
  • Problemas en la escuela.
  • Comportamiento agresivo y violento con hermanos o compañeros.
  • Trastornos psicosomáticos.
  • Baja autoestima.
  • Ansiedad, estrés y depresión infantil.
  • Miedos recurrentes.
  • Tics.
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¿Qué hacer para no discutir delante de los hijos?

Ante la necesidad de aclarar un conflicto o tomar una decisión en que hay desacuerdo, es recomendable seguir estas pautas:

  • Buscar un momento en que los niños no estén cerca y puedan oírnos. Independientemente del tema a discutir, ellos no tienen por qué ser testigos.
  • Si por un casual empezamos a discutir delante de los hijos, debemos mantener la calma y no perdernos el respeto. Ésta es una premisa que deberíamos seguir siempre.
  • Nunca hemos de incluir a los niños en la discusión ni querer que tomen partido.
  • Vigilar el tono de voz para evitar gritar y perder los nervios.
  • Si nos alteramos demasiado, es conveniente tomarse un respiro y contar hasta diez antes de retomar la palabra.
  • Intentar mantener un diálogo constructivo que aporte soluciones al problema. La empatía y la asertividad son valores fundamentales que no debemos dejar de lado.
  • Tras solucionar la desavenencia, si la discusión ha sucedido ante los hijos, es importante explicarles que en ningún caso ha sido culpa suya. Podemos decirles que, aunque a veces sus papás no estén de acuerdo en algo, se quieren mucho y no pasa nada malo entre ellos.

Discutir delante de los hijos nunca es recomendable. Si ocurre frecuentemente u observas que ha afectado a la salud emocional del niño es aconsejable buscar apoyo y orientación profesional.

FAQ sobre cómo les afecta discutir delante de los hijos

  • ¿Qué pasa si un niño ve pelear a sus padres?

Es importante distinguir entre discusión y pelea. Una disconformidad resuelta de manera constructiva con respeto, y moderación puede resultar un aprendizaje de control emocional y resolución de conflictos para el niño. Por contra, una pelea agresiva e irrespetuosa entre los padres es muy perjudicial para los hijos.

  • ¿Cómo solucionar una pelea entre padres?

Saber debatir es fundamental para solucionar un conflicto, sobre todo si éste surge delante de los niños. Debemos estar tranquilos y dialogar de manera conciliadora; si alguna de las partes está demasiado dolida o nerviosa es mejor esperar para hablarlo.

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