Cuando nacemos, la leche es nuestro único alimento hasta aproximadamente los 6 meses de vida, y durante toda la etapa de desarrollo y crecimiento es fundamental que los lácteos formen parte de la dieta. ¿Sabes por qué son tan importantes? ¿Qué beneficios aportan a nuestro organismo? ¿Qué problemas pueden aparecer si no tomamos lácteos?
Hasta aproximadamente los 6 meses de edad, la leche (materna o de fórmula) es nuestro único alimento. Solo con eso, queda claro que la leche es un alimento importante para nuestro organismo, ya que es capaz de cubrir todas nuestras necesidades en los primeros meses de vida. Y más tarde, cuando se introduce la alimentación complementaria, la leche continúa siendo un pilar fundamental en la dieta de cualquier niño hasta pasada la adolescencia.
Los alimentos lácteos (leche y derivados), poseen unas características nutricionales diferenciales respecto a otros grupos de alimentos, las cuales te destacamos a continuación:
- Contienen gran variedad de nutrientes en su composición. Carbohidratos, proteínas, grasas saturadas, vitaminas (A, B1, B2, C, D y E) y minerales (calcio, potasio, fósforo, sodio, magnesio y zinc).
- La densidad de nutrientes es muy elevada, lo que resulta muy adecuado para los niños de corta edad, cuyo sistema digestivo no es capaz todavía de diferir grandes cantidades de comida.
Hasta los 3 años, más o menos, no se recomienda dar leche de vaca al niño, es mejor darle fórmulas de crecimiento adaptadas. Esto se debe a que se encuentran más adaptadas a las necesidades nutricionales del niño del corta edad ya que presentan un bajo contenido en grasa saturada y una concentración de proteínas inferior a la leche de vaca, además de estar enriquecidas con vitaminas y minerales como el hierro, además de ser más fácilmente digeribles.
En cuanto a las cantidades diarias recomendadas, desde los 2 años se recomiendan 2-3 raciones diarias de lácteos (en general se habla de un mínimo de 500 ml de leche o del equivalente en derivados lácteos al día) que deben aumentar a 3-4 durante la adolescencia.
Es muy importante cumplir con estas recomendaciones ya que consumir pocos lácteos puede provocar un déficit de calcio, fósforo y vitamina D, minerales esenciales para el desarrollo de los huesos, así como para evitar en un futuro trastornos relacionados con una densidad ósea excesivamente baja, que favorece la aparición de osteoporosis y las fracturas.
Para conocer nuestras leches infantiles, puedes visitar nuestra página web www.blemil.es
Etapa vital
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Comentarios
Leo y leo, y por más que releo, no veo por ningún lado la palabra y recomendación de Leche materna.
Sólo quiero recalcar además que la leche de por si no contiene vitamina D, a menos que esté enriquecida a mayores con ella. Y aunque no se consuman lácteos (animales), no tiene porque haber un déficit de calcio y fósforo.
Habla una mamá que le da Blemil 2 forte a su peque y confío mucho en Ordesa, pero con todos los respetos del mundo, este artículo deja mucho que desear por desinformación y falta de información.
Hola Tatiana,
El artículo lo hemos englobado dentro de los apartado de diversificación alimentaria y alimentación de la infancia porque recuerda la importancia de los lácteos una vez se ha iniciado la alimentación complementaria, por esa razón mencionamos la lactancia materna en los párrafos iniciales pero la mayor parte de la información hace referencia a los derivados lácteos dentro de una dieta variada y equilibrada. Los artículos especialmente relacionados con la lactancia materna y los primeros meses de vida puedes consultarlos en el apartado Primera etapa, la lactancia.
Respecto a la ingesta de calcio y vitamina D, te recomendamos el artículo publicado por el Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría denominado Recomendaciones de ingesta de calcio y vitamina D: posicionamiento del Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría que puedes encontrar en la siguiente dirección: http://www.elsevier.es/es/revistas/anales-pediatria-37/volumen-77/numero-01
¡Saludos!