La mayoría de papillas infantiles contienen gran variedad de cereales, sin embargo, una vez los niños dejan de tomarlas disminuye considerablemente el consumo de los cereales menos comunes en nuestro entorno como la cebada, el centeno o el mijo, centrando su alimentación en el trigo, el arroz, y el maíz. Pero no hemos de olvidar que cebada, centeno y mijo también resultan una excelente opción y fuente de nutrientes.
Durante la época en que tu hijo tome papillas infantiles, busca aquellas que contengan variedad de cereales y, una vez deje de tomarlas, intenta que su dieta y la del resto de la familia contenga todo tipo de cereales, lo que os ayudará a tener una dieta más variada, y más rica en sabores y texturas.
El trigo y el arroz son los cereales más usados en la cocina española. De hecho, la mayoría de alimentos que consumimos hechos con cereales se elaboran a partir del trigo. Sin embargo, en la naturaleza existe gran variedad de cereales que podemos incorporar a nuestra dieta para hacerla más rica y variada, como la cebada, el centeno o el mijo, de los que te contamos a continuación sus propiedades.
Cebada
La cebada (Hordeum vulgare) se utiliza para la elaboración de panes, copos y muesli, y a partir de la misma se elabora la cerveza. La harina de cebada puede ser refinada o integral, y en este segundo caso es una excelente fuente de fibra. Es un alimento de gran valor energético, y de forma tradicional se ha considerado un alimento “fortalecedor”, y además destaca su elevado contenido en minerales como el caclcio, el fósforo, el potasio y el magnesio.
Centeno
El centeno (Secale cereale L.) es un cereal con elevada capacidad panificadora, por lo que se ha utilizado habitualmente para la elaboración de panes. Por su contenido en fibra y mucílagos se considera un cereal con una elevada capacidad para favorecer el tránsito intestinal. A nivel de composición nutricional, destaca su contenido en selenio y en vitaminas del grupo B.
Mijo
El mijo (Panicum miliaceum) es un cereal que no contiene gluten, por lo que resulta una buena opción para la alimentación de los celiacos. De sabor dulce y agradable al paladar, puede usarse como sustituto de otros cereales para la elaboración de diferentes platos. Según la forma de cocinarlo podemos conseguir una textura final más dura y parecida a la del arroz o más suave y parecida al puré de patatas. A nivel nutricional, destaca su contenido en magnesio.
Etapa vital
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