¿La inteligencia es hereditaria?

  • 3 min de lectura

Diversos estudios han demostrado que parte de la inteligencia de un niño proviene de su herencia genética, pero la estimulación, el desarrollo y el aprendizaje que tenga desde que nazca también influirán en su inteligencia de mayor.

Se cree que entre el 40 y el 50% de nuestra inteligencia viene determinada por nuestros genes, lo que significa que el otro 50% depende de la estimulación y el trabajo que hagamos con nuestro cerebro desde pequeños. Así, conviene pensar en el cerebro como en un músculo que se puede ejercitar para conseguir extraer de él todas sus capacidades.

Los estímulos que el bebé reciba desde que nazca, las enseñanzas que tenga en casa y en el colegio, las actividades y situaciones que viva, los ejemplos de su padre, sus intereses y hobbies… Todo esto irá creando nuevas conexiones neuronales, haciendo que su cerebro funcione más y mejor.

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También las experiencias emocionales afectan a la inteligencia. Así, un estudio llevado a cabo por la Universidad de Washington estableció que el vínculo afectivo con los padres y una crianza sana tenía un efecto anatómico en el cerebro de los niños. El estudio, llevado a cabo entre 92 niños, analizó la relación entre padres, madres e hijos en situaciones más o menos estresantes. Aquellos con más apoyo de sus progenitores mostraban una región del hipocampo hasta un 10% más grande.

Por eso, es fundamental estimular a nuestros hijos desde bebés y hacer muchas actividades distintas que amplíen su mente y hagan trabajar a su cerebro constantemente, esto les ayudará a mejorar su capacidad de razonamiento, su memoria, la resolución de problemas… Pero no hay que centrarse solo en conocimientos, también fomentar la inteligencia emocional es fundamental para el niño explote al máximo sus capacidades mentales.

¿Y los genes?

El estudio del cerebro es complicado y todavía queda mucho por investigar. Aunque se sabe que hasta un 50% de la inteligencia de una persona depende de sus genes, solo se ha descubierto el 5% de esos genes.

Algunos de los estudios que se han hecho revelan datos muy interesantes; como el estudio liderado por el investigador Paul Thomas en la Universidad de California que detectó que una parte del cerebro que varía en función de los genes es el hipocampo (esencial en el proceso de aprendizaje y la memoria). O la famosa investigación de Robert Lehrke de 1997 que apuntaba que es probable que heredemos la inteligencia de nuestras madres ya que parece que los genes que más interviene en la capacidad intelectual están ligados al cromosoma X.

Sea como sea, en la genética no podemos influir, pero en la transmisión de conocimiento, la estimulación y el desarrollo sí, así que ¡a potenciar la inteligencia de nuestros hijos!

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Referencias

  • - Sex Linkage of Intelligence. Robert Gordon Lehrke. Praeger Editorial, 1997
  • - Der Geoff, Batty G David, Deary Ian J. Effect of breast feeding on intelligence in children: prospective study, sibling pairs analysis, and meta-analysis BMJ 2006 https://www.bmj.com/content/early/2005/12/31/bmj.38978.699583.55
  • - Inteligencia emocional, Daniel Goleman. Editorial Kairos, 1996

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