Mejor con pan

  • 16 de Septiembre del 2015
  • 2 min de lectura

¿Pan en las comidas?

Lejos de lo que muchos piensan, el pan ayuda a aportar la cantidad de energía necesaria, en forma de hidratos de carbono, para que un niño afronte el día a día y, además, no engorda. Al contrario, contribuye a equilibrar su dieta, en la que cada vez más abundan las grasas y las proteínas.

Harina, agua, sal y levadura son los ingredientes básicos del pan, un alimento que no debe faltar en la dieta de tu hijo. Y aunque muchos piensen que engorda, numerosos estudios han desmontado esa teoría y demuestran que su consumo en cantidades justas no contribuyen ni al aumento de peso ni a la obesidad.

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Desde el punto de vista nutricional, es un alimento completo que nunca debe faltar en el menú infantil:

  • Les aporta la energía necesaria para afrontar el día a día a través de los hidratos de carbono que contiene, que contribuyen al mantenimiento de su actividad muscular, mejoran su actividad cerebral y del sistema nervioso e impiden la degradación de las proteínas.
  • Además, el pan es fuente de vitaminas del grupo B y aporta fibra y minerales (fósforo, hierro, magnesio, calcio y potasio).
  • Los niños que consumen pan de forma equilibrada tienen menor riesgo de obesidad y de presentar un índice de masa corporal elevado; su alimentación es más equilibrada y sufren menos riesgos cardiovasculares.

Hay muchos tipos de pan en función de los cereales que se emplean en su elaboración: integral, blanco, multicereales, soja, de molde, pan de leche... Todos son buenos, es cuestión de gustos y de ir variando para que el niño los pruebe todos. Y en las raciones adecuadas, que según los especialistas, oscilan entre 220 y 250 gramos diarios repartidos en las diferentes comidas (desayuno, comida, merienda y cena).

En cualquier caso, es preferible que los niños coman pan de barra, más común y digestivo, y entre el pan blanco o el integral, es mejor este último pues contiene mayor cantidad de fibra, vitaminas y minerales, y favorece el tránsito intestinal. Y en cuanto al pan de molde, pueden consumirlo pero sin abusar porque contiene más grasa que el pan de barra.

Y si además eres aficionada a la cocina, ponte manos a la obra y prepara panes caseros de sabores variado: de centeno y miel, muy dulce y suave; de pasas y nueces, la opción integral más sana; con sésamo, ideal para el desayuno; de tomate y orégano...  

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