¡Llegó el momento de las papillas!

  • 5 de Junio del 2020
  • 4 min de lectura

Parece que fue ayer cuando recibiste a tu pequeño con todo tu amor y ya ha crecido lo suficiente como para vivir uno de los grandes acontecimientos del primer año de vida; tomar su primera papilla. En este post te contamos más sobre el paso a la alimentación complementaria y algunos consejos para sus primeras papillas

¿Cuándo le doy su primera papilla?

El pediatra es quien te informará de que tu hijo ya puede comenzar con la alimentación complementaria (AC), pero según las últimas recomendaciones de la OMS, se aconseja que el bebé se alimente de leche de manera exclusiva en sus primeros 6 meses de vida. A partir de ese momento, ya se puede ir añadiendo a su dieta otros alimentos de manera progresiva como complemento a la leche, ya sea de lactancia materna o artificial. 

Es importante comenzar con la alimentación complementaria a partir de los 6 meses porque es cuando su organismo está preparado para digerir alimentos. Además, en hacia esta época cuando el bebé cumple con los requisitos necesarios para poder comenzar a tomar algo más que leche: 

  • Ya se mantiene sentado
  • Muestra interés por la comida
  • Ha perdido el reflejo de extrusión que le hace expulsar de la boca cualquier alimento que no sea líquido.  
  • Ya ha desarrollado la habilidad de coger comida con la mano y llevarla a la boca. Esto es especialmente importante si quieres practicar Baby led weaning (BLW).

¿De qué hacerle sus primeras papillas?

Teniendo en cuenta lo delicado que es su sistema digestivo, acostumbrado a tomar únicamente leche hasta el momento, se recomienda empezar con alimentos fáciles de digerir. Alimentos básicos como el calabacín, la patata, la zanahoria o el pollo son los ingredientes más utilizados paras elaborar las primeras papillas saladas. Las frutas como la pera, la manzana o el plátano, y los cereales para las papillas dulces. 

Poco a poco puedes ir ampliando el tipo de verduras y hortalizas, evitando las de hoja verde como las espinacas o las acelgas por su alto contenido en nitratos, y también añadiendo carne y pescado blanco.  Eso sí, es importante que cada vez que pruebe alimentos nuevos, sea de uno en uno para comprobar que no tiene ninguna reacción alérgica.

También te recomendamos que no añadas sal, especias ni azúcar a sus papillas, pues lo mejor es que se acostumbre al sabor real de los alimentos. 

¿Qué hay de las cantidades?

Esto dependerá de cada niño, pero recuerda que la leche sigue siendo su fuente de alimento principal, por lo que es probable que al principio no coma grandes cantidades. En este post te damos varios trucos útiles a la hora de darle sus primeras papillas, y uno de ellos es justamente que no hagas demasiada cantidad las primeras veces porque puede ser que con dos cucharadas diga que ya no quiere más. 

Tras la primera toma de contacto con la cuchara y la papilla, tú misma irás viendo el interés de tu pequeño por la comida y si necesita más o menos cantidad, al igual que irás viendo qué alimentos le gustan más y cuáles le llaman menos la atención, pero para que te hagas una idea, de media puede tomar entre 200 y 250 g de puré. Con el paso de los meses, cuando tu bebé se haya acostumbrado a esta nueva forma de alimentarse, verás como las cantidades irán aumentando de manera progresiva. 

¿Y qué pasa con la cocción y la textura?

La forma de cocinar los alimentos para los purés está muy unida a las costumbres de cada familia, pero la forma más saludable es hacerlo al vapor, ya que los alimentos conservan mucho mejor sus nutrientes. 

Para elaborar las papillas saladas incluye las verduras y hortalizas que consideres, y no más de 30 g de proteína. Luego puedes añadir agua de la cocción, un chorrito de aceite de oliva y triturar.

En cuanto a las papillas de frutas, solamente tienes que pelar y lavar bien la fruta y triturarla. Para las de cereales, puedes hacerlas con leche materna, agua tibia, o incluso añadiendo cereales al triturado de fruta

En cuanto a la textura de las papillas, esto dependerá también de los gustos del pequeño; pues algunos bebés las prefieren muy finas, mientras que otros prefieren notarlas más gruesas, e incluso con los alimentos machacados simplemente. Nuestra recomendación es que vayas probando con diferentes texturas para que se vaya acostumbrando y así el paso a la alimentación sólida sea más fácil cuando llegue el momento. 

 

Esperamos que tengas más claro por dónde empezar con las primeras papillas de tu bebé, y como siempre te decimos en Club Familias, ante cualquier duda, lo mejor es que consultes con tu pediatra y sigas todas sus recomendaciones. 

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Referencias