Purés fresquitos para el verano

  • 15 de Octubre del 2014
  • 3 min de lectura

Durante el verano es normal que cambie nuestra alimentación ya que el calor hace que no apetezcan platos calientes ni pesados como las sopas o los guisos. Sin embargo, esto no debe hacer que descuidemos una alimentación variada y equilibrada, al contrario, es necesario seguir consumiendo gran cantidad de verduras y frutas a lo largo del día ya que, además de aportarnos vitaminas y minerales, nos ayudan a hidratarnos y nos aportan antioxidantes que nos protegen del sol.

 

Durante la época estival nuestras costumbres alimenticias cambian. El calor y las vacaciones hacen que dejemos de lado la cocina y relajemos nuestra dieta, abandonando algunos hábitos alimenticios saludables. En ocasiones comemos más veces fuera de casa, picamos con más frecuencia, puede que aumentemos el consumo de fritos y rebozados… Podemos darnos algunos caprichos, pero no debemos permitir que esto afecte a nuestra alimentación, y mucho menos a la de nuestros hijos.

 

Una dieta saludable requiere la ingesta diaria mínima de 5 raciones de frutas y verduras. Las frutas suelen apetecer más en verano ya que son fresquitas y se pueden tomar en cualquier momento. Sin embargo, cocinar un plato de verduras apetece menos, y muchas veces reducimos nuestra ingesta de verduras y hortalizas a la lechuga y los tomates o pepinos de las ensaladas. Pero esto no es suficiente, menos aún para los más pequeños de la casa.

Durante todo el año, y por supuesto también los meses de verano, debemos intentar confeccionar menús que sean equilibrados y que incluyan una amplia variedad de frutas y verduras. Es cierto que darles a los niños un plato de puré caliente en pleno agosto puede no resultar nada sencillo. Por eso te proponemos diferentes platos fresquitos que seguro que encantarán a toda tu familia. Recetas sencillas que aportan fibra, vitaminas y minerales, además ayudar a incrementar la ingesta de agua, tan necesaria en los meses de altas temperaturas:

- Crema fría de calabacín: el calabacín es una de las primeras hortalizas que se puede ofrecer al pequeño, por lo que este plato es apropiado desde los 6 meses. El calabacín contiene un alto porcentaje de agua y es rico en betacaroteno, que nos prepara para exponernos al sol. - Crema de zanahoria: se puede consumir fría y está riquísima. Apta también desde los 6 meses, la zanahoria es el ejemplo que siempre se destaca de alimento rico en betacaroteno, precursor de la vitamina A. - Gazpacho: el plato frío por excelencia del verano. El sabor del pepino puede resultar fuerte a los más pequeños, por lo que puedes optar por hacerlo con poco pepino o sin él. Otra opción es el salmorejo, que suele gustar más a los niños. Pero recuerda que el tomate no se suele introducir antes de los 12 meses de edad; perfecto para el verano ya que es un alimento con un alto porcentaje de agua y rico en vitaminas. - Ajoblanco: Sopa fría muy típica de Andalucía y Extremadura. Se prepara con almendras, miga de pan y ajo, con lo que no se recomienda a menores de 2 años. Su sabor puede resultar un poco fuerte, lo cual hay que tener en cuenta en los niños de menor edad. - Sopa de sandía y mango: muy original, esta sopa de frutas está riquísima y es una excelente opción para servir muy fresca. Perfecta para el verano. Aporta todos los nutrientes de estas dos frutas.