Qué hacer si tu hijo sufre acoso escolar

  • 10 de Abril del 2020
  • 5 min de lectura

El acoso escolar o bullying se ha convertido en una de las grandes preocupaciones de los padres en los últimos años. Si le pasara a tu hijo, ¿sabrías cómo actuar? En este post te contamos qué se considera acoso escolar, cómo detectarlo y qué puedes hacer para ayudar a tu hijo si se encuentra en esta situación.

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¿Qué se entiende por acoso escolar?

Se considera acoso escolar cuando existe un maltrato entre iguales, niños o niñas de la misma edad, con intención de humillar y hacer daño, que se repite en el tiempo y en el que se da un desequilibrio a nivel de fuerza o poder a nivel físico, psicológico o social. Este desequilibrio hace que la víctima se encuentre en una situación de total indefensión al ser más débil o no tener los recursos necesarios para protegerse o evitar el acoso. 

Dentro de esta definición general, hemos de distinguir diferentes tipos de acoso: 

  • Físico. Agresiones físicas que van desde los empujones y golpes leves, a puñetazos, patadas y todo tipo de ataques más violentos. 
  • Verbal. Puede tratarse de un mote humillante, insultos, burlas, desprecios o bromas pesadas. 
  • Psicológico. Acciones malintencionadas para hacer que el menor acosado se sienta inseguro y con poca autoestima. 
  • Social. Ignorar, rechazar, aislar a al niño acosado y excluirle del grupo. 

Grupo de niños en el colegio acosando a una niña que está sentada en el suelo

¿Cómo sé si lo sufre mi hijo? Síntomas del acoso escolar

Por muy buena relación que haya entre padres e hijos, no siempre es fácil detectar lo que le está pasando en el colegio. Estas son algunas señales que pueden indicarte si hay algún problema: 

  • No quiere ir al colegio. En ocasiones puede que lo diga directamente, mientras que otras veces puede que invente excusas, como no encontrarse bien, para no acudir a la escuela. En caso de adolescentes que ya van al instituto, puede que directamente no asistan a clase. 
  • Cambios en el estado de ánimo. Es posible que el niño esté más apagado, apático, triste, o quizá más irritable o ansioso. 
  • Cambios en la alimentación. Puede que el niño acosado tenga menos apetito, o, todo lo contrario, que coma más, bien porque le roban la comida que lleva a la escuela, o bien porque la ansiedad le genera la necesidad de comer.
Nueva llamada a la acción Nueva llamada a la acción
  • Trastornos del sueño. Quizá tenga dificultad para conciliar el sueño, despertares frecuentes, terrores nocturnos, pesadillas, o incluso puede volver a orinarse en la cama por las noches. 
  • Cambios en su forma de actuar. Quizá esté más callado o aparezcan problemas del habla como tartamudeo, tics o malas formas y modales más agresivos al tratar con hermanos o familiares inusuales en él hasta el momento. También puede que deje de hacer actividades que le interesaban por miedo. 
  • El rendimiento escolar empeora. El miedo, la ansiedad y la preocupación puede hacer que el niño o adolescente se concentre menos o le sea imposible seguir el ritmo de las clases y los contenidos. Además, si evita ir al colegio y empieza a faltar a clase con regularidad, le será más complicado seguir los temarios como es debido. 
  • Se aleja de su círculo de siempre. Es posible que por vergüenza prefiera la soledad y no compartir tiempo con los que eran sus amigos, lo que acaba aislándole mucho más. 
  • Vuelve sin objetos personales o los trae dañados. A veces los agresores roban, rompen o dañan material escolar de los acosados. 
  • Muestras de agresiones físicas. Arañazos, moretones, lesiones… son las señales más visibles de este tipo de acoso. 

Grupo de adolescentes agrediendo físicamente a otro adolescente en el instituto

¿Qué puedo hacer para ayudarle?

Tanto si tu hijo por fin ha podido contarte lo que le está ocurriendo, como si tú lo has descubierto al ver claras las señales, estas son las recomendaciones para actuar en este tipo de situaciones: 

  • Cuando tu hijo te hable de lo que le está pasando, intenta mantener la calma ante él para darle seguridad, mostrar comprensión ante su miedo y preocupación y no pongas en duda su relato. Créele. 
  • Habla con el profesorado y la dirección del centro para explicarles todo lo que tu hijo está viviendo y comiencen a investigar para poner en marcha el protocolo en situaciones de acoso. Si crees que la respuesta del centro no es la adecuada, contacta con las autoridades pertinentes para informar. 
  • Evita hablar con los agresores o sus familias, pues esto solo puede agravar el problema y crear más tensión. 
  • Intenta dedicar tiempo a tu hijo, haz que se sienta en un entorno seguro y anímale que exprese sus sentimientos y emociones. Muéstrale una actitud positiva de afrontamiento al problema. 
  • Evita hacerle reproches por cómo ha estado actuando ante el acoso para que no sienta vergüenza o culpa. Piensa que reaccionó como supo con las herramientas que tenía en ese momento. 
  • Anímale a que contacte con antiguos amigos para hacer actividades juntos fuera del entorno escolar. Evita que se aísle y que su mundo se reduzca únicamente al ámbito familiar. 
  • Intenta que retome aficiones que quizá había dejado de lado o a que se inicie en otras nuevas que puedan ser de su interés. En estos casos, el deporte suele ser una gran ayuda. 
  • Ante todo, nunca le digas que ha de defenderse de la misma manera; agrediendo o humillando a otros. Se trata de cortar el círculo del acoso, no de acrecentar el problema y aumentar la violencia entre los menores. 
  • Valora la posibilidad de consultar con un psicólogo infantil que pueda ayudar a tu hijo a superar este episodio y a darle las herramientas necesarias para recuperar su autoestima y seguir adelante. 

Poner freno al acoso escolar es tarea de todos, empezando por los centros escolares e institutos, y acabando por las familias, por eso creemos que es esencial saber qué es lo que debes hacer para ayudar a tu hijo si sufre acoso escolar.

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