La cesárea es una de las intervenciones quirúrgicas más comunes en el parto. Se realiza en determinados casos para garantizar la salud y seguridad del bebé y de la madre. Tras la cirugía, queda como “recuerdo” la cicatriz de la cesárea, una marca que forma parte del proceso de recuperación postparto.
Su aspecto, los cuidados necesarios y las posibles complicaciones, son dudas que pueden generar preocupación en muchas mujeres. Por ello, en este artículo, queremos contarte qué tipo de cicatriz existen, cómo cuidarla y qué hacer si surge alguna complicación.
Antes de hablar de la cicatriz, conviene entender en qué situación se practica una cesárea y por qué los profesionales optan por esta intervención.
¿Cuándo se practica una cesárea?
La cesárea se practica cuándo el parto vaginal no es posible o representa un riesgo para la mamá o el bebé. Esta puede ser programada, si se conoce de antemano la causa que la justifica, o de urgencia, cuando surgen complicaciones durante el trabajo de parto.
Según la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), las principales indicaciones son las siguientes:
- Parto que no progresa: cuando las contracciones no logran dilatar el cuello uterino o el bebé no desciende correctamente por el canal de parto.
- Sufrimiento fetal: si los controles indican que el bebé no recibe suficiente oxígeno o presenta alteraciones en su ritmo cardíaco.
- Posición anómala del bebé: como la presentación de nalgas o transversal, que dificulta un parto vaginal seguro.
- Embarazos múltiples o de riesgo: cuando hay más de un bebé o se presentan complicaciones como placenta previa, desprendimiento de placenta o enfermedades maternas que desaconsejan el parto vaginal.
Aunque se trata de una cirugía segura, organismos como la OMS (Organización Mundial de la Salud), recuerdan que debe realizarse únicamente cuándo está médicamente justificada. Su tasa ideal no debería superar el 10-15% de los partos.

Tipos de cicatriz de la cesárea
La cicatriz de la cesárea puede variar en su forma y ubicación, dependiendo del tipo de incisión que se realice. Aunque actualmente se busca que sea lo más discreta y estética posible, el tipo de corte elegido responde a criterios médicos y a la situación de la madre y el bebé en el momento de la cirugía.
Incisión horizontal
Es la más habitual y estética. Se sitúa en la parte baja del abdomen, justo por encima del pubis, y suele medir entre 10 y 15 centímetros. Se conoce como incisión tipo “bikini”, ya que queda fácilmente disimulada con la ropa interior.
Este tipo de corte cicatriza mejor, tiene menos riesgo de complicaciones y permite una recuperación más rápida. Es por eso el más empleado en las cesáreas programadas.
Incisión vertical
Es menos frecuente en la actualidad. Se realiza desde el ombligo hasta el pubis y se utiliza sobre todo en situaciones de urgencia, cuándo es necesario acceder al útero con rapidez o cuando existen condiciones anatómicas especiales que impiden un corte horizontal.
Aunque este corte puede dejar una cicatriz un poco más visible, permite al equipo actuar con mayor rapidez y control en casos en los que la seguridad de la mamá o el bebé están en riesgo.
¿Cuáles son los cuidados posparto de la cicatriz de la cesárea?
Tras la cesárea, la piel y los tejidos internos necesitan tiempo para regenerarse. Durante las primeras semanas, es normal sentir molestias, tirantez o picor. Mantener una buena higiene y adoptar hábitos sencillos, puede favorecer una mejor recuperación y reducir el riesgo de infecciones.
Algunos cuidados recomendados son:
- Mantener la zona limpia y seca: lavar suavemente con agua y jabón neutro y secar con toques suaves, sin frotar.
- Evitar usar ropa ajustada: la presión o el roce constante pueden irritar la herida. Es preferible utilizar prendas de algodón y cintura alta.
- No levantar peso ni hacer esfuerzo: el cuerpo necesita reposo para cerrar adecuadamente los tejidos.
- No aplicar cremas ni productos sin indicación médica: algunos pueden interferir en el proceso de cicatrización.
- Consultar al médico ante signos de alarma: como enrojecimiento intenso, fiebre, secreción o dolor creciente.
Así mismo, conviene proteger la zona del sol cuando la herida esté cerrada, ya que la exposición directa puede oscurecer la cicatriz o hacerla más visible con el tiempo.
¿Cómo mejorar el aspecto de la cicatriz?
Con el paso de las semanas, la cicatriz cambia de color y textura, volviéndose más clara y menos perceptible. Sin embargo, existen medidas que pueden ayudar a mejorar su aspecto.
- Masajes suaves: una vez cerrada la herida, y con autorización médica, los masajes circulares pueden mejorar la circulación y la elasticidad de la piel.
- Cremas o geles regeneradores: los productos con silicona o centella asiática son los más utilizados para suavizar las cicatrices.
- Protección solar: aplicar un protector de amplio espectro (SPF 50+) evita que la cicatriz se pigmente o se marque más.
- Tratamientos dermatológicos: en cicatrices muy visibles, los dermatólogos pueden recomendar láser, micropunción o láminas de silicona.
Estos cuidados ayudan, no solo, a mejorar el aspecto de la cicatriz de la cesárea, sino también a recuperar la comodidad y la confianza durante el posparto.

Posibles complicaciones y soluciones
En la mayoría de los casos, la cicatriz de la cesárea evoluciona bien y no genera problemas importantes. Sin embargo, algunas mujeres pueden experimentar molestias o alteraciones que requieren revisión médica. Destacarlas a tiempo ayuda a evitar complicaciones mayores y a tratar adecuadamente la causa.
Entre las complicaciones más comunes se encuentran:
- Infección de la herida: suele manifestarse con enrojecimiento, dolor, secreción amarillenta o fiebre. Si aparecen estos síntomas, es importante acudir al médico. El tratamiento habitual incluye antibióticos y cuidados locales para evitar que la infección se extienda.
- Cicatriz queloide o hipertrófica: en algunos casos, la piel produce exceso de tejido durante la cicatrización, generando una marca más gruesa o elevada. Puede tratarse con cremas específicas, parches o láminas de silicona, y en casos más notorios, con láser o infiltraciones de corticoide bajo supervisión dermatológica.
- Dolor persistente o adherencias: algunas mujeres notan tirantez o sensibilidad prologada en la zona. Esto puede deberse a adherencias internas, una unión anómala de los tejidos tras la cirugía. Los fisioterapeutas especializados en suelo pélvico, pueden ayudar mediante masajes y técnicas de movilización que mejoran la movilidad y alivian el malestar.
Aunque estas complicaciones no son frecuentes, conviene realizar revisiones posparto y seguir las indicaciones médicas hasta la recuperación completa. Con el paso del tiempo, y los cuidados adecuados, la cicatriz de la cesárea tiende a suavizarse y formar parte del proceso natural de maternidad.
La cicatriz de la cesárea es una marca que acompaña un momento muy importante en la vida de muchas mujeres. Aunque su aspecto, o los cuidados que requiere, pueden generar dudas, la mayoría de las veces evoluciona bien y sin complicaciones.
Adoptar hábitos de cuidado adecuados, acudir a las revisiones médicas y no aplicar tratamientos sin indicación profesional, son la clave para una buena recuperación. Y ante cualquier cambio en la herida o molestia persistente, lo más recomendable es consultar siempre con un especialista.
Con paciencia, y los cuidados correctos, la cicatriz de la cesárea puede convertirse en una señal de fortaleza y no en una preocupación estética o de salud.
FAQs sobre la cicatriz cesarea
En general, la piel tarda unas 4 a 6 semanas en cerrar por completo, aunque la cicatrización interna puede prolongarse algunos meses más.
Solo cuando la herida esté totalmente cerrada y el médico lo autorice. Aplicarlas antes puede irritar la zona o dificultar la cicatrización.
Un leve tirón o sensibilidad es normal, pero si el dolor es persistente o intenso, conviene consultar con tu médico.
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