Aprende a poner límites

Todos necesitamos normas y límites para poder convivir en sociedad. Los niños deben aprenderlos y aceptarlos desde pequeños, y esto a veces puede resultar un auténtico reto para muchos padres. A continuación, te hablamos de la importancia de poner límites y te damos algunas recomendaciones para que puedas establecerlos de forma clara, efectiva y respetuosa.

¿Por qué son buenos los límites?

A continuación, te detallamos las razones por las que es positivo poner límites:

• Les enseña a afrontar la frustración y a entender que las cosas no son siempre como les gustaría.
• Los prepara para la convivencia basada en el respeto y la tolerancia a uno mismo y a los demás, tanto dentro como fuera del entorno familiar.
• Les aporta seguridad al entender qué pueden y que no pueden hacer.
• Les permite crecer con libertad, pero dentro de un ámbito controlado, lo que les aporta autoestima y confianza en sí mismos.
• Sientan las bases de la escala de valores que los acompañará toda la vida.

Pautas para establecer límites

A continuación, te damos algunas recomendaciones para poner límites:

• Afianza las rutinas. Si el niño es pequeño, se debe empezar a marcar normas a través de la repetición de las rutinas diarias. Le ayudarán a entender qué toca hacer en cada momento, qué harán los demás y qué se espera de él.
• Sé clara/o. Si algo es muy enrevesado puede que no lo entiendan, por eso es importante que la consigna quede clara y que puedas adaptarla a la edad del niño.
• Sé realista. Analiza si lo que estás exigiendo es realizable y adecuado para su edad.
• Sé coherente. Si pones una norma, ésta debe ser justa y ser siempre la misma. Evita cambiar constantemente y hacer excepciones injustificadas porque a sus ojos, la norma perderá valor.
• Hazle partícipe. En algunas situaciones déjale elegir para que sienta que sus decisiones también cuentan. Si quieres acotar un poco, dale varias opciones para que escoja la que prefiera.
• Escúchale y valida sus emociones. Aunque pones normas para que él las cumpla, transmítele que es importante cómo se siente. Anímale a que comparta las emociones que puede generarle un límite concreto y hazle ver que le comprendes, aunque no cedas.
• Límites en positivo. Evita estar todo el tiempo diciéndole “no”. Busca darle la vuelta a las normas o pautas para que sean desde una perspectiva positiva. Aquí tienes un ejemplo:

1. En negativo > “No juegues con el balón dentro de casa”
2. En positivo > “Mejor jugamos al balón en el patio”

¡En este post tienes más información sobre la disciplina positiva!

• Consecuencias lógicas. Enséñale que nuestros actos y decisiones tienen consecuencias y así acabará entendiendo la importancia y el porqué de las normas. En una situación en la que, por ejemplo, no quiere recoger los juguetes después de una tarde de juego, explícale que si finalmente tienes que recogerlos tú sin su ayuda, tardarás más y después no tendrás tiempo para leerle cuentos a la hora de ir a dormir.
• Sé su ejemplo. De nada sirve un sinfín de normas y límites si tú no las cumples. Lo que ve en ti es mucho más importante que lo que le dices. Si te equivocas, explícale lo que te ha pasado, así él también aprenderá a reconocer sus errores.

Sabemos que en la teoría todo siempre parece más fácil, y que luego en la práctica no lo es tanto. Esperamos que te hayan sido de ayuda nuestras pautas para poner límites a los niños, pero recuerda que educar y acompañar a los hijos es una carrera de fondo, una que requiere esfuerzo y trabajo diario, y que, con paciencia y amor, dará su fruto.