Los menús del comedor escolar

  • 4 de Agosto del 2015
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Actualmente la mayoría de niños se queda a comer en el comedor en muchos casos porque sus padres no pueden ir a recogerlos al mediodía para que coman en casa por motivos laborales. Dado que la comida aporta cerca del 35% de la energía diaria que necesitan los niños, es importante asegurarnos de que su alimentación en el colegio cumple con una serie de requisitos fundamentales para que su dieta sea sana y variada.

En los últimos años se ha hecho mucho hincapié en mejorar la alimentación de la población infantil para atajar problemas tan preocupantes como el aumento de la obesidad. Entre las medidas que se han tomado destaca la de mejorar los menús de los comedores escolares, que hoy en día se caracterizan por su variedad y su equilibrio nutricional, asegurando de esta manera que los niños comen las cantidades semanales recomendadas de frutas, verduras, legumbres, pescado o carne según su edad.

Por ello, los centros educativos cuentan con asesoramiento dietético a la hora de diseñar los menús.

Habitualmente, cada mes los centros escolares entregan a los padres el menú mensual para que de esta manera puedan complementar la alimentación del niño con una cena adecuada según lo que se haya comido ese día.

Si quieres conocer qué pautas se siguen a la hora de planificar los menús escolares, te comentamos algunas de ellas:

- La comida debe ser variada en cuanto a alimentos, texturas, preparaciones, etc.

- Las grasas, los fritos o los rebozados deben estar limitados.

- El menú debe variar según la época del año. En invierno hacen falta platos más calóricos y consistentes y en verano, más ligeros y frescos. Asimismo, las verduras y las frutas deben ser de temporada.

- El primer plato debe incluir verduras y hortalizas o patatas, pasta, arroz, legumbres.

- El segundo debe alternar pescados, huevos y carne. Se debe incluir pescado azul y limitar las carnes rojas a una vez por semana.

- El postre, casi siempre fruta y, de vez en cuando, lácteo.

- La comida debe suponer el 35% de la energía total diaria que se necesita, porcentaje que varía según la edad del niño. Esto se calcula mediante la siguiente fórmula: 1.200 kcal + (100 kcal x años de edad); es decir, si el niño tiene 6 años, las kcal diarias que debe consumir serían 1.200 + (100 x 6)= 1.800 kcal diarias, con lo que la comida debe suponer el 35% de 1.800 kcal.