De merienda, ¡bocata!

  • 7 de Abril del 2016
  • 2 min de lectura

Los bocadillos de barra son más sanos que los de sándwich –elaborados con pan bastante más graso–. Y además, resultan más apropiados para que el niño practique la masticación y, gracias a la cantidad de panes que hay en el mercado y a que admite cualquier relleno, puedes adaptar de mejor forma el bocata a las necesidades especiales de tu hijo. Te damos unas cuantas ideas...


No tengas miedo al pan con corteza, a partir del año los peques ya están sobradamente preparados para tomarlo –primero lo chupan y lo van deshaciendo en la boca, lo que les produce mucho placer–; luego, se van atreviendo con pequeños bocados. La corteza del pan además de proporcionarle cereales, imprescindibles en su dieta, le ayuda a mejorar sus habilidades masticadores y es uno de esos alimentos que de forma natural ayuda a fortalecer y limpiar los dientes. Si quieres introducir a tu hijo en el mágico mundo del bocadillo, sigue nuestros consejos:

• Elige bien el pan. Con la variedad que hay, ¡no limites a tu peque a la barra blanca de toda la vida! El pan integral es siempre una opción más sana, y cereales como el centeno, el maíz o la avena pueden gustarle. El mijo, la cebada y el teff –este último para los más grandecitos– son buenas opciones. Eso sí, evita los formatos en chapata, que se hacen con harinas muy concentradas y las baguettes porque son más grasas.

• ¡Qué ricos rellenos!: Los que son malos comedores, necesitan una merienda más abundante e incluso volver a tomar algo calentito, como una tortilla francesa, queso fundido con jamón o atún con tomate. A los peques les encanta el queso de burgos con membrillo, los patés de pavo y, de vez en cuando, ¡el socorrido bocadillo de onza de chocolate!

• Y como complemento... Piensa siempre en una hojita de lechuga, un chorrito de aceite para hacerlo más sabroso –mucho mejor que mantequilla– o incluso un poco de tomate frotado contra el pan. ¡Riquísimo!

Etapa vital