Mi bebé tiene hipo

  • 17 de Mayo del 2019
  • 5 min de lectura

El 80% de los recién nacidos tienen hipo de forma regular; es más, muchos de ellos ya lo tienen mientras se encuentran en el útero materno, cuando todavía están en proceso de aprender a respirar. ¿A qué se debe esta reacción en los bebés? Si quieres saber qué provoca el hipo y conocer algunos consejos para prevenirlo, continúa leyendo.

 

Causas del hipo en los bebés

Debido a su corta vida, el organismo de los recién nacidos debe pasar por todo un proceso de maduración natural. Sus sistemas respiratorio, digestivo y nervioso aún se encuentran en un estadio de inmadurez y ajuste; son, precisamente, las contracciones del diafragma y de los músculos respiratorios, las que conocemos como hipidos.

Estas contracciones repentinas e irregulares del diafragma son un método de adaptación indoloro y que no requiere de ningún tipo de tratamiento; de hecho, la frecuencia del hipo suele disminuir a partir de los seis meses.

Es normal que algunos padres y madres se alarmen ante los ataques repentinos de hipo de su pequeño, ya que suelen aparecer sin causa aparente. Sin embargo, no debes preocuparte; factores como un simple cambio de temperatura o que el bebé trague aire al comer, pueden ser los detonantes de un ataque de hipo.

Una de las causas más recurrentes de hipo en bebés es que estos se alimentan demasiado rápido, provocando la dilatación del estómago y, como consecuencia, la estimulación del nervio frénico. Estos episodios pueden prolongarse sin que supongan un riesgo para la salud de vuestro pequeño, ni que tampoco impliquen ser síntoma de una patología o dolencia.

 

Consejos para aliviar los hipidos

Existen algunos métodos que podemos emplear para ayudar a remitir un episodio de hipo en tu bebé. La propia lactancia materna ayuda a mitigar el hipo, ya que el efecto de la succión es un excelente aliado para disminuir las contracciones del diafragma. Lo mismo puede aplicarse al chupete; la succión regular ayuda a eliminar el hipo, ya que el estómago se prepara para recibir más alimentos y se vacía con mayor rapidez.

Uno de los recursos más utilizados es proporcionar ligeros masajes en la tripa al pequeño en el sentido de las agujas del reloj, y acompañados de unas palabras dulces y tranquilizadoras. La posición en la que le colocamos también es importante: en caso de hipo, si vuestro pequeño tiene el estómago lleno, una pose vertical le facilitará la expulsión de los gases que están en su estómago.

También puedes intentar que preste atención a otros estímulos para “distraer” su sistema nervioso: un suave soplido en la cara o unas cosquillas pueden surtir efecto fácilmente. Finalmente, un gesto tan sencillo como el de abrigar a nuestro bebé si notas que hace frío o que se ha producido un descenso de las temperaturas, puede ayudarle a mitigar el hipo.

Es importante tener en cuenta que las medidas tradicionales que empleamos entre adultos para detener estos episodios pueden no resultar ser las más indicadas para los bebés. Por esa razón, se deben evitar técnicas como la de dar un pequeño susto o sacudir al pequeño, ya que pueden resultar perjudiciales para ellos en vez de proporcionarles alivio.

 

Cómo prevenir el hipo

A pesar de que el hipo no implica un riesgo para nuestro bebé, podemos ayudar a prevenirlo teniendo en cuenta algunos consejos:

  • Intenta que no coma demasiado rápido: si tu bebé tiene tendencia a comer deprisa, evita retrasar la toma más de 20 minutos. Si come con ansia, es más probable que trague aire.
  • Respeta su ritmo al darle el pecho: si le das el biberón, asegúrate de que la tetina es la adecuada y que está llena de leche en el momento de introducírsela en la boca. Así, lograrás que trague la menor cantidad de aire posible.
  • Procura darle de comer en una postura semiincorporada: cuidar la postura en el momento de amamantarlo -con la cabeza más elevada- hace que disminuyan las posibilidades de atragantamiento y, por lo tanto, de episodios de hipo.
  • Ayúdale a expulsar los gases después o durante cada toma.
  • Presta atención a cuándo parar de alimentarle: si el estómago del bebé queda muy lleno, es más fácil que se produzcan hipidos.
  • No le tumbes inmediatamente después de comer: esperar unos minutos le ayudará a evitar el reflujo gastroesofágico.

 

¿Cuándo recomendamos la consulta con un pediatra? En caso de que detectemos que el hipo de nuestro bebé se presenta con una frecuencia tan elevada que le impide comer y/o dormir con normalidad, o también si su frecuencia no disminuye pasados los doce meses de edad. En esos casos, es mejor realizar una consulta médica que nos garantice que no existan problemáticas como reflujos gastroesofágicos, entre otras.

 

 

Fuentes:

https://www.tuasaude.com/es/como-quitar-el-hipo-a-un-bebe/

 

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