Los cuidados especiales del bebé prematuro

  • 23 de Mayo del 2020
  • 6 min de lectura

Si llegar a casa con un bebé ya da respeto a los nuevos padres, mucho más cuando se trata de un bebé prematuro. A continuación, te detallamos todos los cuidados específicos que requieren estos niños en sus primeras semanas y meses de vida. 

Alta hospitalaria

Un neonato prematuro es aquel que ha nacido antes de la semana 37 de gestación. Dependiendo de en qué semana haya nacido, se considera prematuro tardío, moderado, muy prematuro o extremo. En cualquier caso, pase más o menos tiempo ingresado y en la incubadora, llega un día en el que el pediatra considera que ya está preparado para irse a casa, y esto sucede si se dan las siguientes condiciones: 

  • El bebé ya es capaz de regular adecuadamente su temperatura corporal.
  • Ya sabe y puede alimentarse por succión y deglutir correctamente. 
  • Ya no necesita oxígeno
  • Ha ido aumentando de peso
  • Ha dejado de tener apneas, o las que tiene son muy leves, poco frecuentes y no requieren tratamiento. 

Bebé prematuro alimentado por una sonda

Lo que necesita un prematuro

Cada bebé es diferente y su evolución tiene unas características concretas, pero el alta hospitalaria suele darse entre las 34 y 40 semanas y los 2 kg de peso. A esta edad de desarrollo todavía no ha madurado neurológicamente como un bebé nacido a término, y es algo que se debe tener en cuenta, especialmente las primeras semanas de vida. 

Estos son todos los cuidados que requiere: 

En cuanto al ambiente de casa

Como hemos dicho antes, para salir del hospital necesita ser capaz de regular su temperatura, pero el ambiente también debe ayudarle. Un niño prematuro suele tener menos grasa corporal, por lo que se ha de abrigar un poco más, pero tampoco demasiado. La temperatura ambiental debe estar entre 21 ºC y 24 ºC, y su temperatura corporal entre 36,5ºC y 37ºC. Esto es muy importante, pues si tiene frío, su organismo quemará calorías para elevar la temperatura, por lo que no ganará peso, y si tiene demasiado calor, puede aumentar el riesgo de muerte súbita del lactante. 

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En cuanto a la alimentación

Está demostrado que la leche materna es el mejor alimento para un neonato prematuro porque les proporciona proteínas para fortalecer su sistema inmunitario y ayudarle a luchar contra las infecciones. Al ser tan pequeño, es posible que el bebé sea incapaz de succionar, ni siquiera de un biberón, por eso la madre puede extraerse la leche con un sacaleches para alimentar al bebé a través de una jeringuilla o una sonda en la nariz o la boca, y que conduce la leche directamente hasta su pequeño estómago. 

En el caso en el que la madre no pueda proporcionar su leche, existe la posibilidad de usar leche procedente de bancos de leche materna. Si la madre prefiere no dar lactancia materna, el bebé puede ser alimentado con leche de fórmula enriquecida con nutrientes especiales para su desarrollo. 

Tanto si la leche es de la propia madre como de un banco de leche materna, algunos bebés requieren tomar al mismo tiempo algún suplemento nutricional que la complemente y les ayude a cubrir sus requerimientos nutricionales.

En cuanto a las tomas, un bebé prematuro necesita alimentarse con más frecuencia, entre 8 y 10 veces al día porque necesitan un mayor aporte de calorías y ganar peso. 

En cuanto a la higiene

Si con cualquier recién nacido hay que mantener una serie de medidas de higiene, mucho más en caso de un prematuro. La recomendación es lavarse bien las manos con agua y jabón neutro antes de coger, cambiar o tocar al bebé y cualquiera de sus prendas de ropa u objetos. Si algún familiar tiene alguna infección, es preferible que no entre en contacto con el bebé hasta que la supere. 

En cuanto al sueño

Un recién nacido suele dormir entre 16 y 18 horas al día, y un prematuro duerme lo mismo, e incluso puede que más. La posición de seguridad para su descanso es bocarriba (cúbito supino), y sin almohadas ni juguetes cerca. 

En cuanto a los paseos 

Con el beneplácito del pediatra, y si el tiempo lo permite, es bueno salir a pasear, pero intentando no permanecer en lugares donde haya mucha gente y así evitar posibles contagios. 

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En cuanto a las visitas

La llegada de un bebé es una gran alegría para todo el entorno familiar, especialmente si ha nacido de manera prematura y ha estado un tiempo en el hospital. Seguro que muchos familiares y amigos están deseando conocerle, pero es aconsejable dosificar las visitas y extremas las medidas higiénicas, recomendando a todos que se laven bien y con frecuencia las manos. 

Si alguien tiene una infección, especialmente respiratoria, sería preferible que no visitara al bebé, y si lo hace, que permanezca como mínimo a 2 metros del pequeño. Del mismo modo, es mejor que las visitas no toquen, o lo hagan con las manos limpias, y lo menos posible, cualquier objeto que pertenezca al bebé. 

Bebé durmiendo con un gorrito en la cabeza

En cuanto a la estimulación

Un bebé prematuro necesita una estimulación neurosensorial para seguir con su desarrollo. Esto se consigue a través del contacto con los progenitores, por eso es muy recomendable el porteo, sostenerlo mucho en brazos, hablarle suavemente y que conforme su capacidad para percibir e interactuar con el mundo que le rodea aumente, también se le estimule con juguetes adecuados a su edad



En cuanto al seguimiento médico

Dependiendo de la semana en la que haya nacido, y del proceso de su desarrollo, un bebé prematuro requiere un seguimiento específico que puede durar hasta los 2 años de vida. Este control es especialmente regular al principio, sobre todo si el neonato ha llegado al mundo con menos de 1’5 kg, ya que es necesario comprobar de manera periódica su desarrollo y detectar posibles necesidades especiales. 

En el caso de que el pediatra perciba alguna anomalía en el desarrollo del bebé, es posible que recomiende continuar el seguimiento en centros especializados de estimulación precoz en los que se proporcionan tratamientos multidisciplinares con psicólogos, neurólogos, fisioterapeutas, logopedas, etc. Según la evolución del niño, es posible que en su terapia se incluyan otros especialistas si es necesario para que su desarrollo sea completo y acorde a su edad. 

Respecto a las vacunas, son especialmente importantes para un prematuro, ya que su sistema inmunitario está más debilitado. El pediatra te informará más al detalle de cuándo es el mejor momento de ponérselas, pero no suele haber muchas diferencias respecto al calendario de vacunas de los niños nacidos a término. 

Llegar a casa con un bebé prematuro puede dar algo de vértigo al principio, pero debes confiar en los pediatras, y si tu hijo ha recibido el alta, significa que tiene la capacidad para salir adelante y seguir creciendo y desarrollándose. Ahora que ya sabes más sobre los cuidados que requiere un prematuro, y teniéndolo ya contigo, relájate y disfruta de este momento único. 

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