Mi niño no crece

  • 20 de Enero del 2017
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Una de las diferencias entre un niño y un adulto es que este último es un organismo en crecimiento.

Desde el nacimiento hasta el final del proceso tenemos distintas velocidades de crecimiento. Se crece mucho durante el primer año de vida, posteriormente se asume una velocidad bastante continua durante unos 10-12 años. Posteriormente y con el inicio de los cambios puberales aparecerá una aceleración que dura uno o 2 años. Finalmente tenemos  un año de crecimiento muy residual.

Hablando del estirón puberal los chicos y las chicas se comportan de distinto modo. En el caso de las niñas el estirón se inicia justo con la aparición de la telarquia  (al principio con botón mamario) hacia los 10-11 años. El crecimiento importante será durante unos 12-18 meses y aparecerá la primera regla (Menarquía) normalmente alrededor de los 12 años. Después de esta se crece con un poco más de lentitud durante un año.

En los chicos el primer cambio que vemos es que el testículo pasa de 2ml a 15 ml, hacia los 12-13 años  y será después hacia los 13-14 cuando se iniciará el estirón.

El momento del inicio de la pubertad es distinto en cada persona y hay familias que maduran más pronto y otras que lo hacen más tarde. En los que maduran tarde solemos ver una velocidad de crecimiento más lenta pero más duradera durante toda su infancia. Igual que se hereda el momento de la pubertad también se hereda la talla. En familias altas esperamos encontrar hijos altos y en familias bajas encontraremos hijos bajos.

Es muy importante que el pediatra controle el crecimiento de los niños de forma anual así como el inicio de los cambio. Hay enfermedades que se manifiestan con una parada del crecimiento o un enlentecimiento. Para citar las más frecuentes nombraríamos la celiaquía y el hipotiroidismo. Un bajo peso extremo también puede llegar a frenar el crecimiento.

Y finalmente hay niños que pueden presentar una deficiencia de la hormona que nos hace crecer: La hormona de crecimiento. Esto es poco frecuente pero es importante diagnosticarlo para poderle poner solución.

 

 

Dra. Mònica Peitx i Triay
Pediatría y Endocrinología Pediátrica
Coordinadora Área Pediátrica
CP Endocrinología y Nutrición