Pedagogía Montessori… ¿en qué consiste?

  • 13 de Marzo del 2017
  • 3 min de lectura

Este tipo de educación está basado en las teorías de María Montessori, una educadora italiana de principios del siglo XX. Su principal objetivo es liberar todo el potencial de cada niño adaptando el entorno de aprendizaje al nivel de cada uno para que se autodesarrolle.

María Montessori fue una educadora italiana que creó a principios del siglo XX un nuevo método de educación basado en la actividad dirigida por el niño y no por el adulto, que se convierte en mero espectador. La escuela no debe ser un lugar de transmisión de conocimientos, sino un espacio donde el niño pueda desarrollar sus habilidades a través de la enseñanza libre y autodirigida.

Esta pedagogía se basa en la plasticidad de la mente humana en los primeros 6 años de vida: el cerebro es como una esponja que absorbe todo lo que hay a su alrededor. Además, los niños tienen periodos sensibles en los que son más receptivos; hay que estar atento a ellos para incentivar su aprendizaje en esos momentos y que así el niño desarrolle todo su potencial y sus capacidades.

Basándose en estos periodos la educación Montessori se divide en grupos de 0 a 3 años: de 0 a 3, de 4 a 6, de 7 a 9, de 10 a 12, de 13 a 15, de 16 a 18, de 19 a 21 años.

Principios de la Pedagogía Montessori

- Se debe observar al niño en su entorno para adaptar las enseñanzas a su desarrollo.

- El adulto no es un profesor al uso, sino que su rol es el de guía. Debe intervenir lo menos posible ya que la clave de esta pedagogía es dejar al niño pensar y actuar por sí mismo. El profesor no imparte premios ni castigos, las ganas de aprender deben salir del niño.

El adulto debe estar atento al desarrollo del niño y, cuando esté preparado para una nueva lección, el guía dejará a su alcance nuevos materiales y le enseñará nuevas actividades para que el pequeño escoja. Así, no se deben introducir conceptos ni enseñanzas en la mente del niño, sino que debe ser él mismo el que los perciba y quiera aprenderlos.

- Se debe satisfacer siempre la curiosidad del niño y dejarle experimentar con sus propias ideas. Debe ser él el que encuentre la solución a sus problemas.

- El entorno es fundamental. No deben ser clases normales con pupitres y pizarra al frente. El ambiente debe estar preparado de manera especial basándose en los principios de simplicidad, belleza y orden. Debe ser amplio, luminoso, cálido… Los materiales de aprendizaje deben estar al alcance de los niños.

El aula debe estar dividida en áreas temáticas y se les debe permitir libertad de movimientos para que escojan lo que necesiten.

- Los niños pueden trabajar en grupo o individualmente.

- Los materiales didácticos deben ser autocorrectivos: el niño se corrige a sí mismo y debe reconocer el error por sí solo. Estos materiales deben poseer un grado más o menos elaborado de 4 valores fundamentales: funcional, experimental, de estructuración y de relación.

Como decíamos, el fin último de esta pedagogía es la autonomía y el autodesarrollo, que el niño descubra solo la maravilla de aprender cosas nuevas. Se busca formar pensadores críticos y con valores morales.  

 

 

Fuente: Asociación Montessori Española: www.asociacionmontessori.net

 

 

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