Postres saludables

  • 7 de Noviembre del 2014
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El postre es tan importante como los dos platos principales de la comida o la cena ya que ayuda a aportar la cantidad diaria necesaria de nutrientes, especialmente si se elige un postre como fruta, yogur, queso… Incluso la bollería puede resultar una buena opción siempre que sea casera. Deja para ocasiones especiales los postres o bollos de producción industrial

Una buena comida suele componerse de tres platos: primero, segundo y postre. Combinándolos de manera variada y equilibrada aseguramos el aporte necesario de nutrientes que necesita el organismo para mantener un buen estado de salud: proteínas, vitaminas, minerales, etc.

Asimismo, el postre contribuye a saciar al niño para que no tenga sensación de hambre al poco de haber terminado de comer y te pida picar entre horas, algo nada recomendable.

Por eso, no debes olvidarte del postre, en especial si hablamos de la alimentación de tu hijo. Ten en cuenta qué ha comido a lo largo del día para completar las raciones.

El postre más saludable y práctico es una pieza de fruta. Intenta que sea fruta de temporada y varíala para que no coma siempre manzana o pera. Incluso puedes hacer platos diferentes con la fruta para hacerla más atractiva: macedonia, zumo natural, brochetas de fruta, batido etc. La fruta le aporta vitaminas, minerales, fibra, agua… en cantidad muy similar a las verduras, por lo que es perfecta para niños que rechazan ésta.

Los lácteos también son una buena opción que aporta al niño calcio, vitamina D o fósforo. Un vaso de leche, queso semigraso, un yogur o un batido casero de leche y fruta son opciones muy saludables.

Y los fines de semana o en ocasiones especiales puedes hacer postres más elaborados y dulces que encantan a todos los niños: flan, natillas, tarta de manzana, bizcocho de limón… El huevo también es bueno para los niños y, además, todos estos postres llevan en su elaboración lácteos o frutas. Eso sí, siempre que se pueda que sean caseros, la bollería industrial no es tan saludable y se debe dejar solo para momentos puntuales.

Como consejo final, recuerda que el postre es una parte más de la comida y tan importante como el resto, por lo que no debes utilizarlo de premio o castigo.