Protege su piel del sol

  • 31 de Julio del 2015
  • 3 min de lectura

La piel de los niños es muy delicada y con la llegada del verano y las vacaciones hay que hacer hincapié en la protección frente a la exposición de los rayos solares, especialmente en las horas centrales del día.

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La piel de los bebés es extremadamente delicada y una exposición de 15 minutos ya les puede provocar quemaduras. Durante sus primeros años hay que ser muy precavidos y evitar que la piel del pequeño sufra daños pues los efectos nocivos de los rayos UV pueden acumularse y generar problemas en la edad adulta. La piel hay que protegerla en todas las etapas de la vida pero durante la infancia la precaución debe ser aún mayor.

  • Los menores de 6 meses deben evitar la exposición al sol y las cremas solares, aunque sean especiales para niños ya que los bebés de menos de medio año tienen una piel demasiado delicada. Lo mejor es ponerles un gorrito, ropa de algodón especial para el sol (los rayos UV pueden atravesar ciertos tejidos) y cubrirles con una sombrilla. En los recién nacidos la vigilancia debe ser exhaustiva.
  • A partir de los 6 meses ya se pueden empezar a aplicar cremas solares específicas para niños y con factor de protección +50. La crema debe extenderse media hora antes de salir a la calle y hay que tener cuidado de que no esté caducada, es mejor no reutilizar cremas de veranos anteriores. Cada dos horas de debe volver a aplicar la protección.
  • Es importante hacer hincapié en ciertas zonas sensibles que suelen estar más expuestas, como las orejas, los pies, los hombros, la nuca…
  • Mientras no se les bañe deben estar vestidos y protegidos bajo la sombrilla. Las barreras físicas son fundamentales a la hora de resguardar a los más pequeños y antes de los 4 años es mejor evitar, en todo lo posible, la exposición directa al sol. Los baños de los bebés deben ser cortitos y lo más recomendable es no exponerles en las horas centrales del día, de 12 a 16 horas. A primera hora de la mañana y por la tarde los rayos no inciden de forma perpendicular y por tanto no son tan perjudiciales.
  • Aunque el día este nublado no hay que confiarse, los rayos ultravioleta tienen la capacidad de atravesar las nubes y aunque son menos dañinos también pueden producir quemaduras, especialmente en los bebés.
  • Después del día en la playa o en la piscina hay que bañar al bebé para eliminar los restos de cloro y sal y aplicarle su crema hidratante habitual.
  • Aparte de proteger la piel del sol, es importante mantener una correcta hidratación con agua, zumos naturales o frutas de verano. El calor puede ser igual de perjudicial que las radiaciones.
  • En caso de quemadura, hay que mojar la zona con agua fría y aplicar una crema específica (after-sun), en caso de que las quemaduras sean de segundo grado, presenten hinchazón, ampollas o fiebre, hay que llevar al pequeño al médico para que indique el tratamiento adecuado.

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