El toque de las especias

  • 28 de Enero del 2019
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Las especias y las hierbas aromáticas puedes introducirlas poco a poco en la dieta de tu hijo, por normal general a partir de los 8 meses, siempre bajo la vigilancia de su pediatra. La clave, como en todo, comenzar por las más suaves para que se vaya acostumbrando a su sabor y aroma y dejar las más exóticas para cuando coma de todo.

¿Puedo echar especias o hierbas aromáticas en la comida de mi bebé? ¿Le gustará? ¿Por cuál empiezo?

Siempre hay que consultar con el pediatra antes de introducir algún alimento nuevo en su dieta. No obstante, si durante la lactancia tú has llevado una dieta rica y variada, en la que también has incluido la ingesta de especias, evitando el picante, tu bebé las ha ido asimilando a través de la leche materna por lo que cuando las introduzcas en su alimentación no le resultarán desconocidas.

Las especias son muy saludables y aportan sabor, aroma y color a los platos, que los hará más atractivos para tu bebé. Como al principio le pueden resultar raras, lo mejor es que las introduzcas  poco a poco.

  • Comienza primero por las más suaves (canela, nuez moscada, azafrán...) y deja las más fuertes (curry, picante, pimienta negra...) para cuando el niño ya haya incluido en su dieta todos los alimentos, porque de lo contrario pueden favorecer la aparición de molestias digestivas.
  • La canela, por ejemplo, es buena para los purés de fruta; también se puede utilizar para dar sabor a distintos postres (galletas, magdalenas, pasteles...).
  • Si usas un poco de nuez moscada para hacer la bechamel de las croquetas o se la agregas a la pasta rellena, le da un sabor peculiar y se chupará los dedos.
  • No olvides que también hay algunas hierbas suaves que puedes utilizar para darle un toque diferente a sus comidas, y que son totalmente inofensivas, como el laurel, las finas hierbas, el orégano o la albahaca. Se pueden emplear en pastas, pizzas o guisos de pescado y carne. Hay otras como la manzanilla o lavanda que tienen propiedades terapéuticas. La primera es buena para las indigestiones y la segunda tiene un efecto relajante.