Beneficios de la matronatación

  • 28 de Julio del 2015
  • 4 min de lectura

La matronatación o natación infantil es una actividad lúdica destinada a bebés de entre cinco y dieciocho meses que aporta importantes beneficios al desarrollo de los más pequeños.

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La matronatación es una actividad de estimulación acuática destinada a bebés de entre 5 y 18 meses. El objetivo de la matronatación no es que los niños aprendan a nadar, hasta los 4 o 5 años no estarán capacitados para hacerlo, sino que se familiaricen con un ambiente nuevo, pierdan el miedo al agua y disfruten de otros juegos. Aparte, la natación infantil tiene importantes beneficios para el desarrollo de los bebés y se realiza con los padres así que toda la familia podrá disfrutar de esta nueva actividad.

Beneficios

- Favorece el desarrollo psicomotor: aunque el pequeño aún no sepa ni andar ni gatear, el agua le da una nueva libertad de movimientos que le ayudará a mejorar la coordinación, la concepción del espacio y el equilibrio. Además, la resistencia que hace el agua contra los movimientos del bebé favorece el desarrollo de su musculatura.
- Ayuda a fortalecer el corazón y los pulmones. Debido al esfuerzo que tienen que hacer los pequeños en el agua se aumenta la eficiencia de su respiración y del flujo sanguíneo.
- Mejora la sociabilización ya que se trata de actividades que comparten con otros niños y adultos y fomenta el vínculo afectivo con los padres.
- Fomenta la seguridad de los niños, la independencia y la confianza. Además, algunos estudios recientes afirman que puede incidir de manera positiva en el desarrollo del coeficiente intelectual porque el agua estimula la capacidad creativa y observadora de los más pequeños.
- La natación, como cualquier deporte, ayuda a desestresar, a relajar, a dormir mejor y abre el apetito. También combate la obesidad y fortalece el sistema inmunológico de los bebés.

Antes de ir a la piscina

Hay que tener en cuenta que la matronatación es una actividad destinada para niños de pocos meses, así que antes de ir a la piscina se deben comprobar una serie de requisitos para que el bebé pueda disfrutar sin ningún tipo de peligro:

- Es importante que la temperatura ambiente sea la adecuada para que el niño no pase frío, lo ideal serían unos 30 grados.
- La temperatura del agua también debe ser óptima para que el bebé pueda relajarse y disfrutar. Aproximadamente debería estar a unos 32 grados.
- La concentración de cloro debe ser inferior al de las piscinas normales para que no perjudique la piel ni afecte a los pulmones. El nivel de cloro ideal para bebés debe estar entre el 0,5 y el 0,6%.
- También hay que estar alerta de que el pequeño no pase frío en los vestuarios o en el trayecto desde la piscina hasta que le vayamos a vestir. Las corrientes de aire pueden resfriar fácilmente a los más pequeños.
- Se deben evitar los horarios de máxima afluencia principalmente por el ruido y por una mayor relajación.

Iniciar al niño en el agua

Cada niño es un mundo, hay algunos que disfrutan con la natación desde el primer momento que tocan el agua y otros, en cambio, no dejarán de llorar desde que les metemos en la piscina. Una serie de pasos nos pueden ayudar a que el niño disfrute de esta beneficiosa actividad:

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- No hay que meter al niño de golpe en el agua, lo mejor es irle mojando poco a poco para que se vaya habituando. Antes de llevarle a la piscina es mejor ir familiarizándole con el agua en la bañera de casa. Hay que tomarse esta nueva actividad con calma y respetando el ritmo del bebé.
- Los primeros días lo mejor es meterse con el niño en brazos para que se sienta seguro y pierda el miedo. Según vaya cogiendo confianza le vamos soltando poco a poco para que empiece a moverse él solito. Podemos hacer juegos, chapotear y salpicar o meter muñecos sumergibles para que sea un momento de lo más entretenido.
- Los baños no deben ser largos, entre 15 minutos y media hora serán suficientes. Si el niño no para de llorar, es mejor sacarlo y volver a intentarlo otro día. Si le obligamos a permanecer en el agua conseguiremos el efecto contrario y se negará a volver a intentarlo.
- Hay que llevar al bebé cuando esté bien descansado y en horas que no coincidan con las tomas.

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