El correcto agarre del lápiz requiere un buen desarrollo madurativo del niño: primero, de su motricidad gruesa y, posteriormente, de la motricidad fina, que es la que permite el control preciso de los movimientos de la mano y los dedos.
Aunque esta evolución es progresiva y varía de un niño a otro, te explicamos cuáles son los requisitos previos, las fases de agarre por edad y cómo puedes ayudar a tu hijo a adquirir estas destrezas que son imprescindibles para el aprendizaje de la escritura.
Por qué es importante un correcto agarre del lápiz
Aprender a coger bien el lápiz es un proceso único y progresivo de cada niño que transcurre a lo largo de varias etapas que comienzan con el control de la musculatura gruesa (motricidad gruesa), la más próxima al centro del cuerpo hacia la musculatura fina (motricidad fina), la más distal.
Conforme avanza este control, el niño va logrando un dominio de la postura que posibilita mantener los hombros y las muñecas estabilizados al ir ganando fuerza en la musculatura del brazo, de la mano y de los dedos. Solo entonces el agarre del lápiz podrá ser correcto.
Cada niño necesita su tiempo para adquirir las habilidades de psicomotricidad fina (experiencia, conocimiento, inteligencia para planear la tarea, coordinación, fuerza muscular y sensibilidad) necesarias para poder realizar tareas como el agarre del lápiz.
Un buen agarre del lápiz es importante para no tener problemas con la escritura. Un mal agarre del lápiz causa tensión en los músculos y cansancio en las manos y dedos que hacen que el niño no quiera escribir.
Requisitos previos
Es importante corregir cuanto antes un mal agarre del lápiz pues cuanto mayor sea el niño más difícil será conseguirlo. Para lograrlo deben darse estos requisitos:
- Tener control postural. Dominar la capacidad de mantener la cabeza y el tronco alineados y la coordinación muscular para estar erguido.
- Estabilidad para fijar las articulaciones y músculos cuando se necesita para llevar a cabo acciones precisas y coordinadas.
- Tono muscular adecuado.
- Conciencia del esquema corporal para poder controlar la posición y el movimiento de su cuerpo.
- Coordinación para sincronizar el movimiento de los ojos y de la mano.
- Percepción sensorial. Una alteración en la sensación de tacto puede dar lugar a una presión floja o excesiva sobre el lápiz.
- Habilidades cognitivas como la capacidad de atención y de memoria.
A medida que el niño crece va adquiriendo estas capacidades y desarrollando las destrezas propias de la motricidad fina.
Fases del desarrollo del tipo de presa o agarre del lápiz
El agarre del lápiz pasa por varias etapas hasta llegar a la presa correcta. Las edades que se citan son orientativas y dependen del desarrollo propio de cada niño.
- Agarre cilíndrico (de 1 a 2 años). El niño agarra el lápiz con toda la mano y mueve el hombro y el brazo para mover la mano.
- Agarre digital pronado (de 2 a 3 años). El agarre del lápiz se efectúa con todos los dedos y la muñeca puede estar pronada, o sea, mirando hacia la mesa. Hay una mayor estabilidad a nivel del hombro y se mueven el codo y el antebrazo.
- Pinza cuadrípode (de 3 a 4 años). En esta etapa, son cuatro los dedos que contribuyen al agarre del lápiz. El movimiento se realiza con la muñeca, la mano y los dedos. El niño ya puede realizar líneas cruzadas o en zig-zag o dibujar una figura humana muy simple.
- Pinza trípode (de 4 a 6/7 años). El agarre del lápiz se efectúa con los dedos pulgar, índice y corazón moviéndose como una sola unidad. Esta pinza va evolucionando hacia una presa más dinámica en que los dedos se moverán de forma independiente. En esta última fase, el agarre es cercano a la punta del lápiz y el movimiento se realiza desde la punta de los dedos. El niño empieza a dibujar formas geométricas simples e incorpora detalles a la figura humana.
¡Que no descuide la postura corporal!
Cuidar la postura de los niños tanto en el colegio como en casa facilita el aprendizaje de la escritura y contribuye a mantener una buena salud ósea y muscular. Una correcta postura de la muñeca y los dedos evita que los tensione y apriete demasiado.
La silla y la superficie en la que escribe deben tener la altura y la distancia adecuadas a su estatura.
El niño debe tener los pies apoyados en el suelo, las rodillas dobladas en ángulo recto y los glúteos bien asentados en la parte trasera de la silla. La mesa debe llegar a la altura de los codos doblados. La mano que no escribe debe descansar sobre el papel.
Enséñale jugando: ejercicios útiles
Reforzar el aprendizaje de la etapa preescolar con ejercicios en casa ayudará a nuestro hijo a tener un mejor agarre del lápiz.
A través de juegos y actividades divertidas entrenará la psicomotricidad fina, la coordinación y el control de la posición y el movimiento corporal.
Te proponemos algunas ideas:
- Tirar y coger la pelota
- Apilar bloques
- Cortar con tijeras
- Agarrar objetos presionando con los dedos
- Hacer bolas de plastilina con los dedos índice y pulgar
- Desmenuzar miga de pan
- Rasgar papeles
- Dibujar líneas rectas de arriba hacia abajo, de derecha a izquierda y en diagonal
- Unir puntos
Un correcto agarre del lápiz es necesario para que el niño aprenda a escribir bien y enseñarle jugando es una forma de ayudarle a adquirir las destrezas necesarias para ello.
Etapa vital
Referencias
- MedlinePlus. Control de la motricidad gruesa. Recuperado de: https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/002368.htm#:~:text=Es%20la%20habilidad%20para%20realizar,de%20m%C3%BAsculos%2C%20huesos%20y%20nervios
- MedlinePlus. Control de la motricidad fina. Recuperado de: https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/002364.htm
- NEURORHB Servicio de Neurorrehabilitación de Vithas: ¿Cuándo debe coger mi hijo bien el lápiz? Recuperado de: https://neurorhb.com/blog-dano-cerebral/correcto-agarre-del-lapiz-ninos/
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