Empacho en bebés: todo lo que debes saber

  • 10 de Mayo del 2016
  • 3 min de lectura

El empacho en bebés es más común de lo que piensas, sobre todo en lactantes que se alimentan con biberón y en niños de más de 2 años a los que les encanta comer. De hecho, la indigestión o empacho es una de las molestias digestivas más habituales en estas primeras edades. Te contamos sus causas, síntomas y soluciones.

¿Qué produce el empacho en los bebés?

En el caso de los lactantes, la mayoría de las veces la culpa suele ser de los adultos, que hemos perdido un reflejo básico que tienen los peques: cuando no tienen hambre, paran. Así que, la mejor forma de evitar el empacho de bebés es confiar en ellos y no darles ni una cucharada más cuando no quieren comer. 

Sin embargo, muchas veces nos empeñamos en que coman más y cometemos estos errores:

  • Darle demasiada cantidad de leche o demasiadas tomas.
  • Comenzar con las papillas en su alimentación sin reducir la cantidad y frecuencia de las tomas de leche.
  • Cuando son más mayorcitos, complementar de forma habitual sus comidas principales (desayunos, meriendas o tentempiés) con alimentos que contienen demasiados azúcares, como los zumos de fruta, la compota o la mermelada.
  • No estar atentos a si suele comer muy rápido. Si es así, hay que enseñarle a comer sin prisas.
  • Cuando toma ya sólidos, ofrecerle algún alimento muy pesado o que aún no puede digerir.

¿Cómo saber si un bebé tiene empacho?

En el empacho de bebés lactantes el síntoma más habitual es el reflujo, sobre todo en los menores del año. En los niños que toman biberón es fácil que los padres se obsesionen si algún día su peque no come todo lo que suele o si toma menos de lo que ha dicho el pediatra. Además, también puede confundir el hecho de que, para los bebés, el reflejo de succión es importante, por eso a veces no solo toman biberón por hambre, sino porque succionando se calman.

Además del reflujo, el bebé llora y rechaza la leche y los niños más mayores se quejan de su malestar.

Estos son los principales síntomas en el empacho de bebés y niños:

  • Dolor de tripa.
  • Dolor de cabeza y malestar.
  • Hinchazón abdominal.
  • Eructos y flatulencias.
  • Regurgitación de la comida.
  • Acidez en la garganta.
  • Falta de apetito.
  • Hipo continuado.
  • Diarrea o, al contrario, evacuación de heces muy duras, pegajosas y de color negro.
  • Náuseas, acompañadas o no de vómitos.
  • Palidez y sudoración.

¿Cómo solucionar el empacho de un bebé?

El empacho en bebés suele durar de 12 a 15 horas, así que tendrás que echar mano de la paciencia y esperar que pase, pues no existe medicación para solucionarlo. No obstante, si tienes dudas acerca de su malestar, es recomendable que lleves al bebé al pediatra para que lo examine.

Te damos unos cuantos consejos para aliviar el empacho en bebés:

  • Un masaje circular al niño en la barriga hasta que se calme. Hazlo siempre de manera suave y en el sentido de las agujas del reloj.
  • No le fuerces a comer. Si vuelve la cabeza y se deja medio biberón o no toma tanto pecho como tú pensabas, no insistas. Si un niño no come es porque no lo necesita, ya pedirá comida cuando se recupere.
  • Vigila su hidratación, especialmente si tiene diarrea o vomita. 

Estos consejos también son válidos ante un 'mayorcito' empachado:

  • No le hagas comer hasta que se le pase, aunque debes darle sorbitos de agua cada 10 minutos, para que se mantenga hidratado. Hazle guardar reposo mientras dure el malestar.
  • Tras ello, mantén durante un día una dieta blanda (arroz y pollo hervido, zanahoria, manzana…).
  • Dale poco de comer durante un par de días más.

Esperamos que este artículo ayude a aclarar tus dudas sobre el empacho de bebés y niños y qué hacer si ocurre.

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