Todo sobre el labio leporino

  • 26 de Enero del 2021
  • 5 min de lectura

El labio leporino y el paladar hendido son unas anomalías congénitas que se dan durante el desarrollo del feto. En este post queremos contarte en qué consiste, cuáles son las causas o factores de riesgo, cómo se trata y qué cuidados requiere un niño que nace con esta condición.

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¿Qué es el labio leporino?

Se trata de una malformación congénita bastante frecuente que consiste en una fisura vertical en el labio superior, justo debajo de la nariz. En algunos casos, esta fisura se extiende al techo de la boca, al paladar, y se le llama paladar hendido.

Tanto el labio leporino como el paladar hendido pueden darse de manera aislada, pero en muchos casos, ambas anomalías se dan combinadas.

¿Cómo se produce?

Entre las semanas 4 y 7 de embarazo, los rasgos faciales del bebé se van creando gracias a unas células especiales que forman los tejidos de la cara desde cada lado del cráneo, hasta juntarse finalmente en el centro del rostro. En algunos casos, esta unión entre ambos lados no llega a producirse, dando lugar a esas fisuras que caracterizan al labio leporino y el paladar hendido. 

Labio-leporino

Causas y factores de riesgo

Las causas que hay detrás del labio leporino o paladar hendido se desconocen, aunque los expertos creen que existen ciertos factores que pueden aumentar las probabilidades de padecerlo:

  • Antecedentes familiares. Si en la familia existen casos de bebés nacidos con esta malformación, sin duda hay más posibilidades de que el gen que puede dar lugar al labio leporino se transmita de nuevo.
  • Padecer diabetes. Los bebés de mujeres diagnosticadas con diabetes antes del embarazo tienen más probabilidades de tener un bebé con estas malformaciones.
  • Consumo de sustancias nocivas durante la gestación. Algunos estudios apuntan que estas anomalías se dan con más frecuencia en bebés cuyas madres fuman, toman alcohol u otras sustancias durante el embarazo.
  • Tratamientos con determinados medicamentos. Existe una serie de medicamentos relacionados con la epilepsia, que, si se toman durante el primer trimestre, pueden aumentar el riesgo de que el bebé nazca con labio leporino o hendidura palatina.
  • Padecer algún síndrome. En algunos casos el labio leporino o el paladar hendido sólo son una manifestación de un síndrome mayor que implique otras molestias.
  • Tener obesidad. Se han detectado algunas evidencias de que las mujeres que padecen obesidad o sobrepeso tienen más probabilidades de dar a luz un bebé con estas anomalías.
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Consecuencias del labio leporino

Las hendiduras o fisuras en la boca y/o el paladar de cada niño con estas malformaciones, pueden variar en tamaño y profundidad, por lo que a cada uno le afectará de manera diferente. Sin embargo, las principales síntomas o molestias que pueden darse son las siguientes:

  • Problemas con la alimentación. En muchos casos la fisura impide al bebé cerrar la boca y poder succionar correctamente del pezón a la hora de amamantar. Puede provocar también dificultad para tragar, pues al no tener la cavidad bucal cerrada, los alimentos o líquidos pueden acabar saliendo por la nariz.
  • Problemas con el habla. El paladar es necesario para reproducir sonidos, por lo que, si no está completamente formado, puede acabar afectando al desarrollo del habla del niño. Por otro lado, la voz puede proyectarse de manera muy nasal.
  • Problemas con la dentición. Cuando se da una hendidura paladar que afecta también a la encía, los dientes pueden verse afectados y no salir de manera correcta.
  • Problemas de oído. Las infecciones de oído aumentan, y, por tanto, también la posibilidad de perder audición a largo plazo.
  • Problemas estéticos. Aunque existen diferentes tratamientos para estas anomalías, el resultado estético no siempre es el esperado, y algunos niños pueden tener dificultades sociales y de comunicación por este motivo.

Tratamientos para el labio leporino y el paladar hendido

Cuando nace un bebé con estas afecciones los padres suelen preocuparse por cómo le va a afectar en su vida inmediata como bebé, y en el futuro. En la actualidad existen diferentes intervenciones quirúrgicas para corregir estas malformaciones, dependiendo del grado de la deformidad y de cómo afecte al bebé.

La forma más frecuente de abordar el labio leporino, la nariz y el paladar blando, el que se encuentra en la parte más posterior, es operándolo entre los 3 y los 6 meses de edad, mientras que la parte más dura del paladar se suele operar entre los 15 y 18 meses.

Al margen de las operaciones, es posible que el niño requiera ortodoncia en un futuro, así como terapia del habla.

Cuidados del bebé con labio leporino

Al margen de las intervenciones quirúrgicas que los médicos indiquen, existen algunas opciones que pueden ayudar al recién nacido a alimentarse mejor hasta que estas anomalías vayan siendo corregidas:

  • Dependiendo del tipo de fisura, el bebé puede usar tetinas de biberón especialmente diseñadas para solventar problemas de succión.
  • Para evitar los problemas al tragar, existen también paladares artificiales que permiten al bebé alimentarse con más facilidad.

Por otro lado, te damos algunos consejos muy útiles para cuidar de un bebé con labio leporino:

  • Mantén muy limpia la zona de la boca y la nariz, especialmente antes y después de las tomas. Te recomendamos consultar con el pediatra qué tipo de utensilio puedes usar para conseguir una limpieza más profunda.
  • Ayuda al bebé a eructar con más frecuencia, ya que los bebés con estas malformaciones tienden a tragar más aire.
  • Para alimentarle, escoge posturas en las que el bebé permanezca lo más vertical posible, entre 45 y 90 grados, ano ser que el pediatra indique lo contrario.

Paladar-hendido

 ¿Se puede prevenir?

La respuesta a esta pregunta es no. Sin embargo, es posible reducir los riesgos de que el bebé desarrolle estas malformaciones de la siguiente manera:

  • Vitaminas prenatales. Antes de quedarte embarazada, lo recomendable es consultar con tu ginecólogo para que te indique qué vitaminas debes tomar. Una de las más importantes, y que puede ayudarte en la prevención del labio leporino, es el ácido fólico.
  • Nada de sustancias nocivas. Evita el consumo de alcohol, tabaco, o cualquier otra sustancia durante el embarazo.
  • Peso saludable. Si planeas quedarte embarazada, es importante que cuides tu alimentación y te mantengas en un peso saludable, evitando el sobrepeso.
  • Estudio genético. Si en tu familia hay antecedentes de labio leporino, o ya has tenido un bebé que lo padece y quieres saber las posibilidades que hay de que vuelva a darse en un nuevo embarazo, un estudio genético puede ayudarte a tener claros los riesgos.

Esperamos que toda esta información sobre el labio leporino y el paladar hendido te haya sido de ayuda para entender mejor estas malformaciones congénitas comunes, cómo se puede manejar y qué tipo de tratamiento tiene.

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