El ABC del masaje infantil o Shantala

  • 7 de Noviembre del 2019
  • 8 min de lectura

El masaje infantil es una técnica relajante que aporta innumerables beneficios a los bebés. Es una forma de trasmitir amor y fomentar vínculos afectivos, ayuda a aliviar gases y cólicos, a conciliar el sueño y proporciona al pequeño una sensación de protección y seguridad. En este post, nos adentramos en esta técnica milenaria, te hablamos de sus beneficios y te damos algunas recomendaciones para practicarlo con tu bebé. 

El origen del masaje infantil o Shantala

El masaje infantil ya se practicaba en Oriente durante siglos cuando fue introducido en Occidente hacia la década de los 50’ gracias al ginecólogo francés Frédérick Leboyer. El doctor lo descubrió paseando por las calles de Calcuta al observar cómo una madre masajeaba a su pequeño. Shantala, que así se llamaba esta madre, permitió que Leboyer le tomara unas fotografías con los diferentes pasos del masaje. 

Esta técnica, definida por el doctor como el “regalo para dar amor”, es usada por la mayoría de las mujeres indias con su recién nacidos para restablecer el equilibrio en el bebé y ayudarle a adaptarse a su nueva vida mediante el amor, la ternura, la paz y la comunicación. 

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Beneficios del masaje infantil para el bebé

Algunos de estos beneficios son de sobra conocidos, pero vas a descubrir otros que te sorprenderán. Esto es todo lo que el masaje puede aportar a tu bebé: 

  • Fomenta la creación del vínculo madre-hijo y/o padre-hijo. A través del masaje, el niño recibe mensajes de amor, seguridad y cariño. Se trata de comunicarse a través del tacto y las sensaciones, transmitiendo al pequeño que su madre/padre está presente cuidándole y velando por él.  
  • Facilita la maduración del sistema neurológico periférico y central. Esto se debe a que la piel contiene numerosas terminaciones nerviosas y al masajearlas se estimulan. 
  • Elimina las contracturas. Masajear ciertas zonas propensas a las contracturas hace que aumente la temperatura, que, junto al trabajo en cada zona, ayuda a disminuir las posibles contracturas musculares. 
  • Favorece la digestión y previene y alivia el cólico del lactante. El masaje en la zona abdominal favorece la expulsión de gases y el normal funcionamiento del tránsito intestinal. En bebés recién nacidos es especialmente útil para prevenir los cólicos que muchos padecen en los primeros meses y que les provoca un llanto inconsolable. 
  • Proporciona relajación y un mejor descanso. Practicar con regularidad masajes al bebé puede ayudarle a estar más tranquilo y relajado en su día a día, y a dormir mejor por las noches. 
  • Mejora la circulación. Al masajear se genera una fricción que favorece el retorno venoso de todo el cuerpo. 
  • Refuerza el sistema inmunológico. Esto se debe a que, gracias al contacto y al vínculo entre el bebé y su madre/padre, aumenta su sensación de felicidad, lo que genera más cantidad de endorfinas que fortalecen sus defensas. 
  • Mejora el sistema respiratorio. A través del masaje en la caja torácica en la espalda, se puede mover la mucosidad y descongestionarle.  
  • Favorece la eliminación de toxinas. Masajeando al pequeño se aumenta su temperatura corporal, haciendo que sude, y, por tanto, se deshaga de las toxinas que el cuerpo desea eliminar. 
  • La delicada piel del bebé también se ve favorecida por los masajes tempranos y regulares: 
    • Los bebés nacen con una epidermis bastante más delgada que la que después tenemos los adultos. Además, nacen sin la capa sebácea que actúa como barrera protectora y con el manto ácido sin formar. Por eso, la rutina de hidratación es básica durante varias veces al día. Si, además, te ayudas de los masajes con aceites o cremas aptas, harás el proceso más agradable para tu pequeño. 
    • Además, los masajes suaves favorecen la circulación sanguínea de todo su cuerpo, lo que se traduce en una piel más oxigenada y sana.

Madre masajeando los pies de su bebé

Cómo hacer un masaje infantil o Shantala

A continuación, te detallamos cómo puedes hacerle un buen masaje a tu bebé para que disfrute de todos sus beneficios: 

1. Prepara el ambiente. Escoge una habitación cómoda y acogedora en la que no haya corrientes de aire y tenga una buena temperatura. Sobre la cama o el suelo, extiende una esterilla o alfombra en la que puedas colocar al bebé. Si quieres, puedes poner una música suave y relajante. 

2. Siéntate cómodamente. Intenta no adoptar posturas raras e incómodas. Debes estar relajada/o y sin forzar la espalda. 

3. Coloca al bebé. Tumba al bebé boca arriba y desnudo sobre la toalla, esterilla o alfombra. 

4. Aceite para masajes. Nuestra recomendación es que te ayudes de un aceite natural de almendras para realizar el masaje. 

5. Empieza por las piernas realizando los siguientes movimientos:

  • Vaciado hindú: Una mano sujeta suavemente, pero con firmeza, el tobillo y la otra mano abierta va bajando desde la cadera hasta el pie. Primero por la parte exterior de la pierna y luego por la interior.
  • Desliza tus manos suavemente por la planta del pie desde talón a base de los dedos con los pulgares. A continuación, ve comprimiendo cada dedo. 
  • Presiona, sin ejercer demasiada fuerza, en la zona de la raíz de los dedos por la planta del pie y donde comienza el talón.
  • Rodea con tu mano el pie y ejerce diferentes presiones por toda la planta.
  • Haz resbalar tus manos por el empeine.
  • Vaciado sueco: Es un movimiento muy similar al vaciado hindú y se trata de sujetar igualmente el tobillo mientras la otra mano masajea la pierna desde el tobillo hasta la pantorrilla, primero por la parte exterior y después por la interior. 

6. Pasa a masajear su abdomen. Sitúa las manos planas sobre el abdomen del bebé y realiza movimientos giratorios en el sentido de las agujas del reloj. 

7. Algunos movimientos para masajear la zona del pecho

  • Pon tus manos juntas en el centro del pecho, apoyando toda la palma, abriéndolas hacia los lados, y bajándolas luego hacia el esternón. Para subir, júntalas de nuevo y muévelas en sentido ascendente. 
  • Sitúa ambas manos planas sobre la parte baja y lateral de la caja torácica. Sube una mano en diagonal hasta el hombro opuesto, estirándolo hacia atrás. A continuación, baja y comienza a subir la otra mano hacia el otro hombro y así sucesivamente.
  • Desliza los dedos desde la parte más alta de la axila hacia el tronco, sujetando el brazo en alto con la otra mano.
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8. A continuación, dedícate a brazos y manos con estos movimientos: 

  • Comprime con ambas manos, retorciendo suavemente, el brazo del niño mientras que deslizas las palmas desde el hombro hasta la muñeca.
  • Masajea toda la mano, desde la palma a la punta de los dedos.
  • Desliza tu mano sobre el dorso de la suya.
  • Acaricia el dorso de la mano con tu palma, llegando hasta las yemas de los dedos.
  • Dibuja círculos alrededor de la muñeca. 
  • “Sacude” suavemente todo el brazo y dale ligeras palmadas para relajar la zona. 

9. Tras las manos, es el momento de masajear el rostro del bebé: 

  • Estirar suavemente su frente desde el centro hacia los lados con los pulgares.
  • También con los pulgares, recorre sus cejas hacia afuera. 
  • Situando los pulgares en el puente del tabique nasal, ve deslizando y ejerciendo una ligera presión hacia abajo, llegando a los pómulos y bordeándolos.
  • Dibuja una sonrisa con los pulgares, primero por encima del labio superior y después el labio inferior, siempre desde el centro y hacia los lados. 
  • Traza pequeños círculos con las yemas de los dedos desde la barbilla hacia las orejas.
  • Acaricia la oreja, por encima y por detrás, hasta terminar bajo la barbilla. 

10. Para finalizar, masajea su espalda de la siguiente manera: 

  • Coloca al niño boca abajo sobre tu regazo. 
  • Situando las manos perpendiculares a la columna, muévelas hacia delante y hacia atrás, de manera que mientras una mano está delante, la otra está detrás. Una vez llegues al cuello, vuelves a bajar. 
  • Sitúa una mano en las nalgas y otra en el cuello. Ve bajando la mano del cuello, con la palma plana y haciendo presión con el pulgar y el índice, hasta que se junte con la otra mano. 
  • Repite el movimiento anterior, pero esta vez, la mano que espera está sujetando los tobillos y doblando ligeramente las piernas.
  • Coloca el pulgar y el índice a cada lado de la columna y dibuja sobre la piel pequeño círculos subiendo y bajando a lo largo de toda la espalda. 
  • Masajea suavemente los glúteos con la yema de los dedos.
  • Desde el cuello, desliza las manos hasta los hombros. 
  • Desde el cuello, hasta el coxis, desliza las manos situando cada una a un lado de la columna. 
  • Simulando un peine con los dedos, deslízalos desde el cuello a las nalgas.

Madre masajeando el pecho de su bebé

Otras recomendaciones

Nuestra recomendación es que el masaje lo de o bien los padres o bien los abuelos del niño, es decir, deben ser personas cercanas y de confianza para que el bebé se sienta cómodo y seguro.

Además, para dar un masaje efectivo es recomendable asistir a cursos y talleres donde se explica la mejor forma de hacerlos. Es importante saber la técnica si queremos aliviar los gases, el estreñimiento del bebé o queremos ayudarle a dormir mejor.

Para que nada falle cuando te pongas manos a la obra con los masajes a tu bebé, te damos otros consejos importantes que debes tener en cuenta: 

  • Lávate bien las manos y quítate anillos, pulseras o relojes que pueden arañar la delicada piel del bebé.
  • Para el masaje necesitaremos una toalla donde tumbar al bebé, un aceite específico para su edad que facilitará los movimientos y música relajante. Pero antes de esparcir el aceite que hayas escogido por todo el cuerpo del niño, comprueba que no le hace ningún tipo de reacción
  • Elige bien el momento, intentando que el bebé esté tranquilo y receptivo y que no tenga hambre ni sueño. Si llora y está inquieto, lo mejor es interrumpir el masaje y retomarlo en otra ocasión. 
  • Dedícale el tiempo necesario al masaje y no estés pendiente del reloj
  • Déjate llevar y relájate también, concentrando todo tu amor en cada movimiento. 
  • Espera a que le caiga el cordón umbilical para poder hacer mejor los movimientos en la zona abdominal. 

El masaje infantil o Shantala es una forma de decirle a tu pequeño que le quieres sin usar palabras, únicamente las manos y el corazón. 

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Referencias

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