¿Por qué los niños se comen los mocos?

  • 3 de Agosto del 2017
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Muchos niños, entre los 2 y los 5 años, se comen los mocos, algo que a los padres les parece horrible, pero que a ellos les parece “delicioso”. ¿Cómo actuar en estos casos?

 

¿Por qué se comen los mocos?

Una cosa es sacarse un moco, algo que, aunque resulte un tanto desagradable, hacemos hasta los adultos, y otra bien distinta llevárselo a la boca y comérselo. Este acto, que a los adultos nos parece asqueroso, resulta de lo más placentero para los niños y, si les reprendes o les preguntas por qué lo hacen, dicen que los “mocos les gustan”.

Para los adultos esta respuesta es curiosa ya que a nosotros los mocos nos parecen asquerosos, pero para los niños no es así.

La respuesta, para algunos, está en un reflejo instintivo heredado de nuestros antepasados primates, quienes aún lo mantienen. Si vas a un zoo y te fijas, verás que muchos gorilas se sacan mocos y se los comen.

Para otros, la causa está en la simple curiosidad que lleva a los niños a llevarse todo a la boca para comprobar a qué sabe, su textura, etc.

Mientras que en niños en los que el hábito se vuelve demasiado frecuente, puede ser un tic.

 

¿Cómo actuar?

A nadie le gusta ver a su hijo hurgándose la nariz y comiéndose el contenido, menos aún si es en público.

Para lograr que deje de hacerlo, puedes seguir estos consejos:

- Si lo hace solo de vez en cuando, mejor no le des mucha importancia y déjalo pasar ya que, si ve que de esa manera llama tu atención, empezará a hacerlo más a menudo.

- Nunca te saques mocos delante de él. Si estás resfriado y tienes que hacerlo, siempre con un pañuelo y sonándote.

- Si lo hace delante de otras personas, no le regañes ni le avergüences. Puedes establecer con él una palabra clave para que sepa que lo está haciendo y pare sin que los demás se den cuenta de lo que pasa.

- Anímale cuando haga progresos.

- Si ves a otras personas haciéndolo, aprovecha para comentarle lo mal que está y lo feo que queda.

- Ten paciencia, dejará de hacerlo cuando crezca.

 

 

Fuente:

- Crissey, Pat (2006), Higiene personal, cómo enseñar normas de aseo a los niños, Madrid, Paidós Ibérica.

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