Aire acondicionado en bebés. ¿Es conveniente su utilización?

El uso de aire acondicionado en niños es algo que hoy en día no tiene una recomendación o prohibición establecida de forma clara. Los bebés tienen un sistema de regulación térmica en proceso de desarrollo, es decir, sus cuerpos no son capaces aún de mantener por sí mismos una temperatura o calor necesario para su correcto funcionamiento, por lo que habitualmente, necesitan más ropa que el resto de las personas, para evitar la pérdida del mismo. 

Por otro lado, el calor excesivo puede llegar a deshidratar al bebé y provocar resfriados por la humedad que reservan en la ropa, tras la sudoración. 

El ambiente donde se encuentre el bebé debería mantener una temperatura constante que oscile entre los 21 y 24ºC, de esta forma el bebé se mantendrá dentro de un ambiente fresco sin cambios de temperaturas bruscas para él.

Por lo general es en su habitación, donde transcurre la mayor parte de su tiempo, por ello hay que procurar que se mantenga una temperatura adecuada y estable, evitando así los cambios violentos de temperatura, que tienen un efecto de choque, muy perjudicial para la salud de tu bebé.

Durante las horas nocturnas, el bebé seguramente dormirá dentro de un saquito o bien con pijamas que incluyen los pies, ayudando así a no perder su temperatura corporal, haciendo posible y necesario que durante ese tiempo se pueda programar el termostato entre los 20 y 22 grados, en vista de que la falta de movimiento y el abrigo que se coloque favorecen el calor corporal. Sin embargo, durante el día, se pueden programar la temperatura unos grados más, ya que el bebé se mantendrá activo y seguramente también permanezca algo más de tiempo fuera de su cuna, favoreciendo su enfriamiento, especialmente en época otoñal e invernal.

En el caso de utilizar aire acondicionado en el domicilio o en el coche, hay algunos factores que debemos tomar en cuenta. 

Factores que considerar del uso de aires acondicionados para el ambiente del bebé.

• La temperatura debe oscilar entre 20 y 24ºC, nunca más de 2 grados por arriba o por debajo de estas temperaturas.
• La humedad debe ser controlada, para la habitación de un bebé una humedad sostenida entre un 30 y 50% es ideal, menos sería un ambiente muy seco, por el contrario, una humedad por encima del 50%, propicia el crecimiento de hongos y bacterias. 
• Evita que la corriente de aire frío, proveniente del aire, llegue directamente al bebé.
• Realiza mantenimiento y limpieza del aparato de aire acondicionado con frecuencia y recambia los filtros según la indicación del fabricante. La acumulación de suciedad es el habitad perfecto de bacterias que se esparcirán por el aire y afectarán la salud de tu bebé.
• Enciende el aire únicamente si es realmente necesario, el mejor aire que puede respirar el bebé siempre será el natural.
• Evite los cambios bruscos de temperatura, no apagues y enciendas el aparato, es preferible encenderlo por un rato y alcanzar una temperatura estable y agradable que los cambios constantes de temperatura.
• Coloca un humificador en la habitación del bebé, los aires acondicionados resecan las mucosas, el humificador ayuda a evitar este daño.
• Ventila la habitación diariamente, al menos una vez por día; esto ayudará al control de la humedad, renovará el aire y mantendrá un nivel mínimo de hongos, gérmenes, ácaros y bacterias dentro de la habitación.

Las mismas medidas deben ser consideradas y puestas en práctica si el aire acondicionado con el que contáis es central.

¿Es mejor el uso de aire acondicionado o de ventilador para el bebé?

A pesar de los cuidados que se deben tomar al usar un aire acondicionado, son más convenientes antes que el uso de un ventilador.

Los ventiladores no generan aire fresco, solo mueven con rapidez el aire existente a la habitación, lo que da sensación de refrescamiento es que seca el sudor y esta acción favorece la deshidratación.

Por otro lado, la oscilación de las aspas cuando te golpea el aire refresca y cuando no está en tu dirección te da calor, los cambios de temperatura intermitentes por cortos que sean son súper dañinos para el sistema respiratorio.

En general, se puede decir a favor, que los aires acondicionados hoy en día, cumplen con controles de seguridad que protegen en cierto grado nuestra salud y que ésta no se vea muy afectada por su uso. Antiguamente los aires acondicionados ionizaban en demasía el aire y creaban demasiada humedad, que propiciaba el desarrollo de hongos y moho que afectan terriblemente el sistema respiratorio, de cualquier individuo, sobre todo de los bebés. Sin embargo, a día de hoy, esta ionización se encuentra bastante regulada, así como también los aparatos están diseñados para evitar el acúmulo de polvo y suciedad, por lo que su uso resulta cada vez más seguro.