Así comen los niños con frenillo

  • 3 de Abril del 2020
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El frenillo es una alteración muy común en muchos bebés y niños, pero ¿supone alguna dificultad a la hora de comer? En este post te contamos qué tipos de frenillo hay y cómo pueden afectar a su alimentación y a su salud.  

Frenillo lingual

Está situado bajo la lengua y se encarga de anclarla a la parte inferior de la boca. Todo el mundo lo tiene, pero el de algunas personas es más corto de lo habitual y esto hace que no puedan mover con normalidad la lengua. Esta anomalía se conoce como anquiloglosia o frenillo lingual corto. 

Dependiendo de dónde esté situado exactamente el repliegue, la anquiloglosia puede ser catalogada de una manera u otra: 

  • Tipo 1 anterior. Cuando la inserción del frenillo se encuentra en la punta de la lengua. Al llorar, la lengua del bebé parece tener forma de corazón. 
  • Tipo 2 anterior. La inserción del frenillo está un poco más atrás que en el de tipo 1. Cuando el bebé llora se nota que la lengua baja en ese punto. 
  • Tipo 3 posterior. El frenillo está como en el frenillo tipo 2, pero, además, hay un anclaje submucoso. Para comprobar que se trata de este frenillo, hay que pasar un dedo por bajo de la lengua del bebé estando en reposo. Es una combinación de los tipos 2 y 4 y la lengua puede parecer normal a priori y moverse más, pero se percibe si la lengua se comba en la parte exterior. 
  • Tipo 4 posterior. En estos casos el frenillo apenas se aprecia por estar situado al fondo y oculto bajo un tejido mucoso. La lengua está muy anclada al suelo de la boca, apenas puede realizar movimientos y tiene un aspecto compacto. 

El frenillo lingual puede resultar un problema para la alimentación del bebé desde el primer día de vida, ya que limita los movimientos de la lengua y puede hacer que la succión resulte dolorosa para la madre, incluso provocándole grietas. En algunas ocasiones impide incluso que el bebé se alimente correctamente y pase hambre, mostrándose más irritable y teniendo dificultad para ganar peso. En estos casos, es el pediatra quien debe valorar la posibilidad de cortar el frenillo para que la lactancia pueda darse con normalidad. 

Cuando los niños son más mayores y no se les ha cortado, es posible que tengan mayor número de caries, especialmente en las muelas traseras, ya que, al no tener una total movilidad, la lengua no puede realizar como es debido su función limpiadora en la cavidad bucal. En estos casos, el corte del frenillo se realiza con anestesia local. 

Frenillo labial superior

Es el que une el labio superior con las encías. Cuando es demasiado corto, apenas queda espacio entre la encía y el labio superior y esto dificulta la higiene en esa zona y dando lugar a acumulaciones de restos de comida. 

Para que esto no ocurra, es recomendable que el niño tome muchos líquidos durante las comidas y lleven una higiene bucal más rigurosa. Al ser tan complicado acceder con el cepillo, los niños con este tipo de frenillo deben evitar tomar alimentos con mucho azúcar y que provoquen caries como dulces o chucherías. 

Frenillo del labio inferior

Se trata de aquel que une el labio inferior con la encía. Cuando es excesivamente corto, puede provocar ciertas dificultades a la hora de lavarse los dientes y producir gingivitis

Como ves, es importante detectar el frenillo desde el nacimiento por si pudiera ser un problema para la lactancia materna. Y cuando se trata de niños más mayores, la clave está en tener una alimentación saludable, evitando los alimentos con mucho azúcar y mantener una correcta higiene bucal.

Etapa vital

Referencias