¿Cómo actuar ante un golpe o fractura?

  • 8 de Junio del 2016
  • 3 min de lectura

Las caídas son algo frecuente en el día a día de los niños. En general no provocan más que alguna herida superficial y unas pocas lágrimas, otras, si el golpe es fuerte, pueden provocar algún daño mayor, como una fractura.

 

Es normal que las caídas de nuestros hijos provoquen algún tipo de herida o inflamación. En los casos de golpes sin herida pero con hinchazón, el mejor método es el frío. Puedes aplicarlo con un hielo cubierto por una gasa para no dañar la piel, una bolsa de guisantes de nuestro congelador o agua fría. El frío tendrá un efecto antiinflamatorio sobre el golpe, contrayendo los vasos sanguíneos. Al día siguiente, con calor a través de un pañuelo planchado, consigues el efecto contrario para reactivar la circulación y que se reabsorba el hematoma.

Si el dolor tras el golpe es fuerte y va en aumento, y hay dificultad para mover el miembro afectado con normalidad, es probable que se trate de una fractura ósea, que deberá ser confirmada con una radiografía. Lo primero en estos casos es inmovilizar la zona y quitar aquello que se ajuste (zapatos, ropa, pulseras o relojes…). 

Para impedir que el problema se agrave hasta que vayas al hospital, puedes entablillar la zona con lo que tengas a mano. Para inmovilizar dedos, se puede unir con vendas el afectado con uno sano, ambos ligeramente flexionados. En los casos de zonas más grandes, te puede servir una revista, almohada o cartón. Deberás atender a la posición de las articulaciones, siempre en posición neutra. El codo y el tobillo deben estar inmovilizados en ángulo de 90º en las lesiones en brazos, pies, tobillo o piernas. La muñeca, por el contrario, deberá inmovilizarse extendida.

Cuanta más extensa la zona entablillada (por ejemplo, desde los dedos a la axila en el caso de los brazos), más segura será la inmovilización. Es importante que no muevas al niño si la zona afectada es la espalda o el cuello, llamando en caso de ser necesario a una ambulancia para que acuda a la zona.

Los golpes en la cabeza también precisan de una especial atención. La pérdida de conocimiento, somnolencia, confusión, hemorragia nasal…son algunos de los síntomas que nos pueden indicar alguna lesión. Acude al hospital y evita que el niño se duerma. Aunque no presente síntomas de este tipo, obsérvale durante los días posteriores.  

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