¿Cómo enseñarle habilidades sociales?

  • 17 de Mayo del 2017
  • 4 min de lectura

Las habilidades sociales hacen referencia a la forma positiva de relacionarse con los demás, es decir, a la manera eficaz de comportarse y expresarse. Son una serie de conductas verbales y no verbales que favorecen ser más aceptado y valorado, lo que redundará en la felicidad del pequeño.

Poseer habilidades sociales supone conocerse y valorarse a sí mismo para poder hacerlo también con los demás, ser capaz de ayudar y pedir ayuda, compartir, mantener una buena convivencia, actuar adecuadamente acoplándose a lo establecido en las normas de interacción: seguir las reglas en los juegos, pedir las cosas por favor, pedir permiso, dar las gracias, respetar a los demás y ponerse en su lugar, saber dialogar, aprender a ceder, a negociar, a defender los propios derechos, a decir no, a preguntar por qué, a disculparse si no se ha actuado correctamente, a tolerar la frustración, a afrontar y solucionar conflictos… Una serie de habilidades que consiguen ser bien aceptados por las personas que nos rodean y a encarar las situaciones nuevas con seguridad.

Por supuesto, la adquisición de todas estas capacidades requiere tiempo y entrenamiento. Es importante que los padres ofrezcan a sus hijos modelos de relación adecuados, que aprovechen cualquier situación real o ficticia para dialogar sobre el tipo de respuesta que aparece, cómo se han sentido, cómo piensan que se han sentido los otros… Así se les va enseñando y dando pautas.

Las habilidades básicas necesarias para unas buenas relaciones sociales son: asertividad, comunicación, apego, empatía, cooperación, negociación, autocontrol, resolución de conflictos, defender los propios derechos…

La falta de estas capacidades puede resultar muy perjudicial para el niño ya que le costará hacer amigos, integrarse en clase, expresar sus sentimientos y deseos, concentrarse en clase, tener una buena autoestima, etc.

 

Para enseñar a tu hijo estas habilidades, puedes seguir estos consejos:

- La asertividad es el centro de todas las habilidades sociales ya que supone comportarse como uno es, sin coaccionar ni dejarse forzar por los otros, actuando de un modo sincero y justo. Posibilita expresarse de forma libre pero considerando siempre a los otros, lo que permite estar relajado y satisfecho consigo mismo. Para ser asertivo debes fomentar en él la comunicación directa y clara, ayudarle a comprenderse y conocerse a sí mismo y fortalecer su autoestima y confianza.

- Reconoce sus logros, por pequeños que sean, y ayúdalo a superar sus límites para que tenga una mayor confianza en sí mismo y en sus capacidades.

- Anímale siempre a expresar sus sentimientos y no guardarse nada.

- La comunicación es imprescindible para relacionarse. Enséñale a dialogar, escuchar, hablar correctamente (sin reproches), a expresar sus opiniones y sentimientos sin descalificar. Todos los días, debéis sentaros un rato a hablar en familia para practicar la comunicación y mejorar vuestras relaciones.

- Saber compartir, tener la capacidad de ayudar y sentir la satisfacción de ser útil a los demás, ser solidarios, respetar las reglas, hacer favores… Para enseñar todo esto a tu hijo nada mejor que ser siempre un buen ejemplo y favorecer situaciones en las que pueda practicar.

- Transmítele una serie de valores fundamentales como la amistad, la empatía, etc.

- Elogia sus comportamientos positivos y sus avances.

- Para que sepa hacer amigos y relacionarse con otras personas, es importante que practique y experimente situaciones en las que tenga que saludar, presentarse, dar las gracias, pedir las cosas por favor, pedir perdón, etc. Podéis ir al parque, quedar con amigos en casa, apuntarle a clases extraescolares… Lo importante es que acumule oportunidades y vivencias.

- Cada vez que presenciéis una situación inadecuada, hablad sobre ello, sobre lo que se ha hecho mal, cómo se debería haber actuado, etc.

- El trabajo en equipo es muy enriquecedor si todos respetan las normas establecidas. Enseña a dar y recibir, a respetar a los compañeros, participar de forma responsable, ofrecer soluciones, compartir ideas, aclarar situaciones difíciles… Puedes usar esta técnica tanto en casa como en el colegio.

- En cuanto a defender los propios derechos, los niños deben saber que existen una serie de cosas a las que tienen derecho y que deben exigir que se cumplan o se respeten. La defensa de los derechos propios se consigue siendo capaces de fijar límites, manteniendo actitudes de firmeza y seguridad. Va muy ligado a respetar a los otros, a exigir respeto hacia sí mismo impidiendo que los demás se aprovechen de uno. Es una capacidad que se adquiere al ir madurando.

 

 

Fuente:

- González González, María Gloria; Murgui Murgui, María José (2011); Soy madre, soy padre. Educar con afecto, reflexión y ejemplo, Madrid, Ed. Pirámide.

 

 

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