La dieta en la diarrea

  • 19 de Noviembre del 2014
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En algunas circunstancias relacionadas con alteraciones leves de la salud es conveniente modificar la dieta diaria, ya que la alimentación es parte importante del tratamiento de las mismas. Este es el caso de la diarrea, que pudiendo ser debida a diferentes causas, tiene siempre en común una aceleración del tránsito intestinal, con deposiciones más frecuentes, más fluidas y en ocasiones más abundantes.

En la diarrea hay un proceso inflamatorio del intestino que dificulta la digestión de los alimentos y la absorción de los nutrientes.

La mayoría de veces se debe a una infección bacteriana o vírica, pero siempre hay que diagnosticar la causa para descartar intolerancias alimentarias.

En las primeras horas conviene dejar descansar el intestino y dar al niño una dieta líquida a base de agua, agua de arroz o agua de arroz y zanahoria en pequeñas cantidades y a menudo. Para preparar el agua de arroz y zanahoria hay que lavar bien las zanahorias, pelarlas, trocearlas y hervirlas con el arroz. Se cuela, se deja enfriar y se da al niño para beber.

Progresivamente se reinicia la alimentación con alimentos astringentes y fáciles de digerir:

-          arroz hervido

-          zanahoria hervida

-          pescado blanco o pollo sin piel hervido o al horno sin grasa

-          pan tostado

-          dulce de membrillo

-          manzana rallada

-          plátano maduro chafado

-          jamón cocido (no graso)

-          patata hervida

En la dieta astringente conviene evitar las legumbres por su gran aporte de fibra, suprimir las grasas, guisos, fritos y salsas, y comer poco y a menudo.

La leche y derivados contienen lactosa, no le ofrezcas leche al niño hasta que se encuentre completamente bien, es preferible aportar los lácteos en forma de yogur que se tolera mejor.

Las pérdidas de agua y electrolitos a consecuencia de diarreas pueden ser importantes. La OMS indica utilizar sales de rehidratación oral para evitar la deshidratación. Este tipo de productos contienen glucosa y sales minerales para favorecer la recuperación del equilibrio hidrosalino cuando ha tenido lugar una pérdida excesiva de agua y minerales. Por su contenido en sales pueden provocar rechazo y ser complicada su utilización. Por esta razón es importante que las mismas presenten un sabor y olor agradable que atraiga a los niños y favorezca su consumo.