La deglución es un proceso complejo, que puede ocasionar problemas en algunos niños. Este proceso se divide en cuatro fases: la fase preparatoria oral, la fase oral, la fase faríngea, y la fase esofágica. La disfagia o dificultad para tragar se produce cuando existe un problema en una o más de estas fases.
- Comer mucho más despacio de lo habitual (emplear más de 45 minutos).
- Babear excesivamente.
- Existencia de tos o vómitos al comer.
- Dificultades para respirar en el acto de ingerir el alimento.
- Atragantamientos frecuentes.
- Pérdida rápida de peso.
- Existencia de un cambio en la voz del niño (ronquera/afonía) durante o después de comer.
Si tu pequeño padece uno o más de estos síntomas, es recomendable acudir al pediatra para que lo examine y te ayude a intentar solucionar esta situación. A continuación, te damos algunas recomendaciones para facilitar la deglución:
- Se debe tomar una dieta adaptada, dependiendo el grado de disfagia que tenga el niño (tu pediatra o gastroenterólogo te podrá asesorar al respecto). Es posible que se necesite adaptar la textura tanto de los sólidos como de los líquidos. Se debe conseguir una dieta variada y equilibrada.
- Es probable que se necesite ayuda de espesantes. Hay espesantes naturales como el almidón, que contienen la mayoría de cereales y la patata. El especialista le podrá recetar un espesante artificial sin sabor para los líquidos.
- Los alimentos deberán tener una consistencia homogénea y suave. Si es necesario, triturar los alimentos y colarlos, dependiendo de la textura aceptada por el niño.
- Realizar varias comidas al día, en pequeñas cantidades.
- El tiempo de cada comida no debe ser mayor de 30 minutos. Cocinar platos únicos y muy nutritivos ya que el niño tardará menos en comérselos y le provocará menos fatiga. Puedes aumentar las calorías añadiendo a las comidas queso, nata, leche en polvo, azúcar o miel.
- Servir los platos a una temperatura adecuada se mejorará el reflejo de deglución y será más agradable al ingerir.
- Se deben evitar alimentos que puedan inducir a un atragantamiento: alimentos duros, con textura fibrosa (naranja, verdura, piña), los alimentos crujientes, con 2 consistencias (sólida y líquida) o alimentos pegajosos que se puedan pegar al paladar.
- Cocinar platos organolépticamente atractivos y divertidos para los niños, para que no produzcan rechazo.
- Para dar de comer a un niño con disfagia, lo más adecuado es aproximarle el cubierto desde la barbilla (desde abajo), nunca desde arriba. Para facilitar la deglución, es necesario que coma sentado.
Etapa vital