Todo sobre el sueño de los bebés

  • 25 de Julio del 2019
  • 5 min de lectura

El sueño de los bebés es en muchas ocasiones motivo de preocupación para los padres, que desconocen que se trata de un proceso evolutivo, y, que todo niño sano, aunque ahora se despierte con frecuencia, acabará durmiendo con normalidad. Conocer cómo es el sueño de los bebés y su evolución, te ayudará a llevar mejor todas las fases por las que pasará y a poder ayudarle en este proceso madurativo del sueño.

 

Durmiendo en el vientre materno

El sueño del bebé comienza su evolución antes de nacer, especialmente en los últimos meses de embarazo. Se ha comprobado que en el último trimestre ya se pueden identificar momentos de vigilia y momentos de inactividad con patrones muy similares a los que reproduce un recién nacido.

Este sueño fetal es totalmente independiente del sueño de la madre, es por eso por lo que muchas mujeres notan que su bebé está más activo en las horas nocturnas, justo cuando ellas intentan descansar.

Bebé durmiendo y bostezando

 

El sueño desde el nacimiento hasta los 3 meses

Desde el momento en el que el bebé nace, necesita alimento con mucha frecuencia para evitar hipoglucemias, bajadas del nivel de azúcar en sangre, por lo que no puede estar largos periodos de tiempo durmiendo. El patrón estos meses es el de múltiples siestas repartidas en las 24 horas intercaladas con la demanda de alimento. Sumando todas las siestas del día, suelen dormir de media 14 horas, y 20 los más dormilones.

El sueño en esta fase es bifásico; combina el sueño activo, conocido como Fase REM, con un sueño muy profundo, y el sueño lento que incluye adormecimiento, sueño ligero y sueño profundo.

 

El sueño de los 4 a los 7 meses

En estos meses el sueño del bebé evoluciona y comienza a dormir un poco más en las horas nocturnas y sus horarios son cada vez más predecibles y menos anárquicos.

Durante los primeros meses el bebé al dormirse pasaba directamente a la fase REM en la que el sueño era extremadamente profundo, pero a partir del primer trimestre, las fases previas de sueño ligero se alargan, haciendo que sea más fácil despertarle con un ruido o un movimiento.

A lo largo de estos meses el sueño del bebé es:

  • Circadiano. Comienza a distinguir entre el día y la noche.
  • Polifásico. Ahora hay más de dos fases en el sueño y se va pareciendo más al de los adultos.
  • Inestable. Al pasar de las 2 fases iniciales en los primeros meses, e ir evolucionando y adquiriendo las nuevas fases del sueño, se producen más variaciones en el sueño.

 

De los 8 meses a los 2 años

En este periodo el sueño del bebé va evolucionando hasta que poco a poco, reduciéndose cada vez más los despertares nocturnos y llegando a un sueño similar al de los adultos.

Justo en esta época, el bebé vive momentos trascendentales en su vida, como son el inicio de la alimentación complementaria (AC), la salida de los dientes, lidiar con la angustia por separación, el gateo, y posteriormente, empezar a caminar. Todos estos cambios hacen que el sueño en esa fase sea algo más inquieto, e incluso, que muestre cierta ansiedad a la hora de ir a dormir por no querer “separarse” de sus padres.

Conforme se vaya estabilizando todos los aprendizajes y toda la evolución del niño, irá gestionando mejora la ansiedad y la inquietud, y se reducirán los despertares durante la noche.

Madre mirando a su bebé mientras duerme en la cuna

 

Algunos consejos para ayudarle a dormir mejor

Como hemos explicado anteriormente, el sueño en los bebés es un proceso evolutivo con fases muy determinadas que debemos respetar. Pensar que un bebé de 6 meses tiene que dormir como un adulto es un error, ya que todavía no está preparado para ello. Respetando la maduración natural del sueño del bebé, sí hay ciertas pautas que pueden ayudarte a favorecer su descanso:

Sé constante con la rutina. Si quieres que tu hijo siga un horario, primero asegúrate de que es adecuado para su edad, y segundo; repítelo cada día con constancia, ya que la repetición es una forma de aprendizaje.

Ambiente de descanso. Si es la hora de ir a dormir, todo debe indicarlo. Bajar la intensidad de la luz, evitar el uso de dispositivos electrónicos, bajar el tono de voz, y en general, que las actividades de los miembros de la familia sean más relajadas.

Haz que irse a la cama sea agradable. Se trata de que los niños aprendan a ver el hecho de ir a dormir como algo agradable y bueno. Puedes conseguirlo haciendo lo que más les guste, darle el pecho, mecerle, cantarle, leerle un cuento… Evidentemente este momento también ha de ser agradable para ti, por lo que si, por ejemplo, tu pequeño ya pesa bastante y no te es fácil mecerle, puedes probar otras formas de hacerlo poco a poco hasta que se vaya acostumbrando a los cambios. Evidentemente, cada actividad previa al sueño irá cambiando en función de su edad.

Como ves, el sueño de los bebés está siempre adaptado a las necesidades de cada una de las fases de su desarrollo. Es posible que pases algunos momentos duros por la falta de sueño y descanso, pero no te desanimes y ten presente que las noches volverán a ser sólo para dormir antes de lo que imaginas.

 

 

Fuentes:

Jové, Rosa. (2006). Dormir sin lágrimas. Madrid: La Esfera de los libros.

 

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