Bañar a un recién nacido por primera vez puede generarnos cierta inseguridad. Son tan pequeños y frágiles, que es normal tener miedo a hacerlo mal. Sin embargo, con algunos consejos prácticos, este momento puede convertirse en una rutina segura, y uno de los momentos preferidos del día, tanto para el bebé como para los padres.
El momento del primer baño, suele estar lleno de dudas: ¿cuándo hacerlo?, ¿cómo sujetarlo?, ¿qué productos usar? Por ello, en este artículo, te contaremos paso a paso como bañar a un recién nacido, para que esa primera experiencia sea inolvidable.
¿Cómo y cuándo debe ser el primer baño del recién nacido?
El primer baño del recién nacido es un momento especial, este debe hacerse con calma y sin prisas. No es necesario hacerlo justo después del nacimiento, ya que en el hospital suelen limpiar al bebé de forma suave, respetando la capa protectora que cubre su piel.
Durante los primeros días, manteniendo su higiene con una esponja húmeda y agua templada, es suficiente. Lo más importante es esperar a que el cordón umbilical cicatrice y el bebé esté preparado para disfrutar de su primer baño.
¿Cuándo bañar al bebé por primera vez?
Los expertos recomiendan esperar a que el cordón umbilical haya caído y cicatrizado antes de darle un baño completo al bebé por primera vez. Esto suele ocurrir entre los 10 y 15 días después de su nacimiento.
Hasta ese momento, puedes limpiar al bebé con los llamados “baños de esponja”: limpia suavemente su cara, cuello, zona de pañal y pliegues con una gasa o toallita humedecida. Así podrás limpiarlo sin necesidad de mojar todo el cuerpo. Este tipo de baño es suficiente para mantenerlo limpio hasta que puedas bañarlo completamente.

¿Cada cuánto hay que bañar a un recién nacido?
La piel del recién nacido es muy sensible y se reseca con facilidad, por lo tanto, no hace falta bañar al recién nacido todos los días. Con dos o tres baños por semana es más que suficiente.
Cada baño y baño puedes limpiar con una gasa o una toallita, las zonas que lo necesiten como la cara, los pliegues o la zona del pañal. De esta forma evitarás irritaciones y mantendrás la piel del bebé sana.
Paso a paso: cómo bañar a un recién nacido de forma segura
Si te preparas con antelación, el momento del baño será mucho más tranquilo. Tener todo a mano y seguir unos pasos sencillos, te ayudará a disfrutarlo y a transmitir seguridad al bebé. Recuerda que no hay prisa, lo más importante es mantener la calma.
¿Qué necesitas preparar antes del baño?
Antes de comenzar, asegúrate de tener a mano todo lo que vas a necesitar, de esta forma evitarás interrupciones y podrás concentrarte solo en tu bebé.
Lista básica para el baño:
- Una bañera pequeña.
- Toalla suave y limpia.
- Jabón o gel neutro, específico para bebés.
- Ropa y pañal limpios.
- Agua templada, entre 36ª y 37ª.
- Termómetro de agua si es necesario.
Recuerda que el espacio donde bañas a tu bebé tiene que estar libre de corriente de aire y con una temperatura agradable, de esta forma el bebé no sentirá frío al salir del agua.
¿Cómo sujetar y colocar al bebé?
Sujeta siempre la cabeza y el cuello del bebé con una mano, mientras con la otra lo vas introduciendo despacio en el agua. La posición más cómoda es apoyando su cabeza en tu antebrazo, con tu mano debajo de su axila.
No lo sumerjas por completo de golpe, deja que poco a poco se acostumbre al agua. Si le hablas y le sonríes en ese momento le transmitirás confianza, ayudándolo a relajarse.
¿Cómo lavar y secar al recién nacido?
Comienza por la cara y la cabeza, sin utilizar jabón, solamente con agua, luego continúa con el resto del cuerpo. Es importante que prestes especial atención a los pliegues del cuello, axilas y zona del pañal, en estas zonas puedes utilizar un jabón neutro formulado específicamente para recién nacidos. Aplícalo suavemente con la mano o con una esponja muy suave.
No hace falta aplicar jabón en todo el cuerpo, basta solo con utilizarlo en las zonas donde se acumula más suciedad. Además, es importante enjuagar bien para evitar que queden restos de producto.
Una vez termines, sácalo del agua y envuélvelo enseguida en una toalla suave, preferentemente con una toalla de algodón. Sécalo con pequeños toques, para proteger la piel del bebé, sobre todo en los pliegues de cuello, axilas, ingles.
Cuando esté completamente seco, puedes aplicar una crema hidratante ligera, específica para recién nacidos, para mantener la piel del bebé y evitar la sequedad.

Consejos prácticos para que el baño sea un momento agradable
Además de la higiene, el baño puede convertirse en un momento de calma y conexión. Con algunos trucos podemos hacer de esta rutina un momento placentero, tanto para el bebé como para los padres.
- Temperatura del agua y el ambiente: para que el bebé se sienta cómodo, la temperatura es clave. El agua debe estar entre 26 y 27 °C, similar a la del cuerpo. Puedes comprobarla con un termómetro o introduciendo el codo, debe sentirse tibia, nunca caliente. También conviene que la habitación esté templada y sin corrientes de aire, ya que los recién nacidos pierden calor con facilidad.
- Productos para el cuidado de la piel: la piel del recién nacido es muy delicada, por lo que se recomiendan productos suaves, sin perfumes ni alcohol. Utiliza un jabón neutro o específico para bebés, de uso ocasional, una o dos veces por semana es suficiente. Tras el baño, seca con toques suaves, sin frotar, y aplica una crema o loción hidratante específica si la piel está seca.
- Crea un ambiente de calma: El baño puede ser una experiencia relajante si se crea un entorno tranquilo. Habla con el bebé con voz suave, mantén contacto visual, incluso puedes poner música suave. Evita las prisas; los movimientos suaves y lentos transmiten seguridad. Al finalizar, después de envolverlo en la toalla, puedes aprovechar el momento para un pequeño masaje antes de vestirlo.
Bañar a un recién nacido puede parecer un gran desafío al principio, pero con práctica y confianza se puede convertir en uno de los momentos más esperados del día. Lo importante es mantener la calma, preparar todo con antelación y disfrutar de ese instante de conexión y cuidado.
Cada bebé es diferente, y poco a poco irás descubriendo qué le relaja, qué temperatura prefiere o cuánto tiempo disfruta en el agua. Con amor, paciencia y estos consejos, el baño pasará de ser una tarea a una rutina esperada tanto por ti como por tu pequeño.
FAQs sobre como bañar a un recien nacido
El baño no debe prolongarse más de 5 a 10 minutos. Su piel es muy delicada, y además se enfría rápidamente, un baño breve y tranquilo es más que suficiente.
No hay una hora exacta, pero muchos padres prefieren hacerlo por la tarde o antes de dormir, cuándo el bebé está más tranquilo. El baño puede ayudar a relajarlo y favorecer el descanso.
La temperatura ideal del agua es entre 36 y 37 ºC, similar a la temperatura corporal. Puedes comprobarlo con un termómetro o introduciendo el codo en el agua.
Es normal que algunos recién nacidos se sientan incómodos al principio. Hablarles con voz suave, mantener el ambiente cálido y evitar los movimientos bruscos puede ayudar a que poco a poco asocie el baño con un momento relajante.
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