La adolescencia es una etapa llena de cambios que representa todo un reto para aquellos padres y madres que tienen que convivir con adolescentes rebeldes.
La adolescencia es un período vital tan relevante como complejo. Se trata de una etapa llena de cambios que representa un reto para aquellos padres y madres que tienen que convivir con la transformación de sus hijos en adolescentes rebeldes. No hay fórmulas mágicas para afrontar la rebeldía, pero sí que existen claves y consejos útiles para reducir los conflictos y mejorar la convivencia familiar. Este artículo repasa algunos de ellos.
¿A qué se debe la rebeldía?
“Rebelarse contra una autoridad” es el significado original de la palabra rebeldía. Todos los cambios emocionales, hormonales y físicos que se producen en la adolescencia suelen derivar en una actitud rebelde hacia los progenitores. Aunque las causas pueden ser múltiples, existen algunos factores que suelen ser predictores de la rebeldía:
- Situación de la estructura familiar: los adolescentes rebeldes son más comunes en entornos con mayor inseguridad y con conflictos frecuentes. También, los estilos de crianza más restrictivos, autoritarios o basados en un apego ambivalente generan más conductas rebeldes.
- Búsqueda de la identidad propia: el adolescente se encuentra en una fase vital de redefinición personal que suele conllevar una fase rebelde para reivindicar su propia autonomía.
- Influencia del entorno: los amigos, o incluso famosos que tomen como referentes, pasan a ejercer una mayor influencia en un adolescente. Por su parte, el padre o la madre dejan de ser el modelo a seguir y, en cambio, pasan a ser los principales afectados por estas conductas rebeldes.
- Exceso de reglas: la percepción de injusticia o el establecimiento de normas muy rígidas también actúan como detonantes para la aparición de comportamientos desafiantes en adolescentes rebeldes.
Adolescentes rebeldes: ¿cuándo es necesario el apoyo profesional?
¿Cómo puedo diferenciar si la rebeldía de mi hijo es solo una etapa vital o se trata de un problema mayor? Esta es la disyuntiva que recorre la mente de muchas madres con adolescentes rebeldes, que dudan de si la situación es normal o si existe un problema mayor que requiere de asistencia psicológica.
Los cambios comportamentales de los hijos, como adoptar una cierta actitud rebelde, son solo una fase normal de la adolescencia. No obstante, también hay casos donde la rebeldía es sinónimo de la presencia de algún trastorno de la conducta. Para saber cómo diferenciar una situación de la otra, es importante prestar atención a algunos factores como los siguientes:
- Interferencia en la vida cotidiana: la situación interfiere en los diferentes ámbitos vitales. Por ejemplo, se produce una disminución notable del rendimiento académico o hay problemas frecuentes con las amistades y en las relaciones familiares.
- Faltas de respeto a los derechos de los demás: la actitud de los adolescentes rebeldes deriva en situaciones que van contra cualquier autoridad o la sociedad en general.
- Agresividad física y verbal: son muy frecuentes las peleas físicas y los actos de agresión verbal.
- Duración en el tiempo: es muy importante evaluar el grado de intensidad de los síntomas y su extensión en el tiempo. Si la situación problemática supera los seis meses de duración, es el momento de empezar a valorar si se debe pedir ayuda psicológica.
5 Consejos y estrategias para mejorar la convivencia con adolescentes rebeldes
Aquellas madres que estén en la fase de lidiar con adolescentes rebeldes deben saber que existen algunas estrategias que pueden ser de ayuda:
- Actúa con el ejemplo. Si pides algo a tu hijo y tú actúas de una manera diferente, será más difícil que exista concordia en las relaciones. Un comportamiento congruente por parte de los adultos facilita los acuerdos familiares.
- Exige respeto, brinda respeto. Establecer límites es importante. Por ejemplo, hay que delimitar que el respeto es clave. Eso sí, es más difícil evitar la rebeldía si no se muestra ese mismo respeto hacia el adolescente.
- Apela al vínculo emocional y refuerza la comunicación. Hablar, escuchar de manera activa, no juzgar, fomentar la empatía… una buena comunicación y la cercanía pueden prevenir las conductas rebeldes.
- Ofrece los espacios necesarios. Hay que comprender esta etapa de cambio de los hijos y permitir un espacio necesario para construir su identidad propia.
- Cuidado con las comparaciones y la presión. Se deben evitar las comparaciones con otros adolescentes o componentes de la familia. La comparación constante y el exceso de presión suelen derivar en una actitud desafiante y rebelde.
En definitiva, transitar por la adolescencia de los hijos es una etapa compleja donde es difícil evitar la presencia de actitudes rebeldes. No obstante, existen algunas claves que pueden ayudar a mejorar las relaciones y a prevenir los conflictos. Convivir con adolescentes rebeldes no tiene por qué ser sinónimo de enfrentamientos permanentes en el hogar.
Preguntas frecuentes sobre adolescentes rebeldes
Actúa con el ejemplo; exige respeto, brinda respeto; apela al vínculo emocional; ofrece los espacios necesarios y ten cuidado con las comparaciones y la presión excesiva son algunas de las recomendaciones para tratar con adolescentes rebeldes.
Es importante establecer una comunicación fluida y con mucho respeto para exponer las razones del error. También es clave no realizar aquellas acciones que se corrigen al adolescente.
Todos los cambios emocionales, hormonales y físicos que se producen en la adolescencia suelen derivar en una actitud rebelde hacia los progenitores.
En la mayoría de las ocasiones se trata solo de una fase normal dentro de la adolescencia que puede deberse a cuestiones cómo la búsqueda de una identidad propia. No obstante, también hay casos donde la rebeldía es sinónimo de la presencia de algún trastorno de la conducta.
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