¿Qué es el beso del ángel en el bebé? Todo lo que necesitas saber

  • 5 de Octubre del 2025
  • 8 min de lectura

Descubrir una mancha rojiza en la cara o el cuello de tu bebé recién nacido puede resultar alarmante. A veces aparece entre los ojos, sobre los párpados o justo en la nuca. Y aunque suele recibir nombres tan evocadores como beso de ángel del bebé o picotazo de cigüeña, lo cierto es que su aspecto causa cierta alarma, sobre todo cuando cambia de color al llorar o con el paso de los días.

Estas manchas, conocidas médicamente como nevus simplex o manchas salmón, son extremadamente frecuentes y, en la mayoría de los casos, no tienen ninguna implicación para la salud ni requieren tratamiento. Saber qué son, por qué aparecen y cómo evolucionan puede ayudarte a dejar de preocuparte.

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Qué es el beso de ángel y por qué aparece

La aparición de una mancha rojiza en la cara de un recién nacido suele generar inquietud. Sin embargo, en la mayoría de los casos se trata de una alteración vascular inofensiva que no requiere tratamiento ni indica ningún problema de salud. Esta marca tan frecuente en los primeros días de vida tiene nombre propio y una evolución bien conocida.

Cómo identificarlo

El llamado beso de ángel es una de las manchas más frecuentes en recién nacidos. Se trata de una malformación vascular benigna, que en términos médicos se conoce como nevus simplex o mancha salmón, y se clasifica dentro de los angiomas planos.

Su aspecto es muy reconocible: una mancha de color rosado o rojizo, plana, de bordes irregulares y sin relieve. Afecta hasta al 40 % de los recién nacidos y suele aparecer en zonas concretas del rostro como la frente, el entrecejo, los párpados o la base de la nariz.

Un rasgo característico de esta mancha es que se intensifica cuando el bebé llora, realiza esfuerzo o está agitado. Esto ocurre por el aumento temporal del flujo sanguíneo en la zona afectada. También es habitual que la mancha palidezca al ejercer presión sobre ella, lo que indica su origen vascular y ayuda a distinguirla de otras lesiones cutáneas.

Diferencias con otras marcas como el hemangioma

Aunque pueda confundirse con otras marcas, el beso de ángel tiene características muy concretas que lo distinguen. A diferencia del hemangioma infantil, que crece durante los primeros meses de vida y puede necesitar seguimiento o tratamiento, el beso de ángel no crece ni cambia de forma ni textura.

Además, el nevus simplex tiende a desaparecer por sí solo a lo largo del primer o segundo año de vida, sin dejar cicatriz ni alterar la piel. En cambio, otras lesiones como el nevus flammeus (también conocido como mancha en vino de Oporto) afectan a solo el 0,3 % de los recién nacidos, son más extensas, más oscuras y no suelen desaparecer espontáneamente.

Conocer estas diferencias permite evitar alarmas innecesarias y entender que, en la mayoría de los casos, se trata de un hallazgo completamente benigno.

Dónde aparece el beso del ángel del bebé y cómo cambia con el tiempo

Estas marcas no se presentan al azar. El lugar donde aparecen influye tanto en su nombre popular como en su evolución a lo largo del tiempo. Aunque todas responden al mismo tipo de malformación vascular, no todas desaparecen de la misma manera ni en el mismo plazo.

Manchas en la frente, párpados o entrecejo

Cuando el nevus simplex se localiza en la parte frontal de la cabeza —como el entrecejo, los párpados o la base de la nariz— se conoce popularmente como beso de ángel. Este tipo de mancha suele hacerse más visible cuando el bebé llora o realiza un esfuerzo, y palidece con la presión ligera, lo que confirma su origen vascular.

Estas lesiones no crecen ni cambian de textura, y suelen desaparecer de forma espontánea entre los 12 y los 18 meses de vida, sin dejar marcas ni alterar la piel.

El beso del ángel en el bebé se intensifica al llorar.

Picotazo de cigüeña en la nuca o cuello

Cuando la mancha aparece en la nuca o en la parte posterior del cuello, se conoce como picotazo de cigüeña. Aunque su origen es exactamente el mismo, su evolución puede ser distinta. Tiende a persistir durante más tiempo y, en muchos casos, no desaparece por completo.

Aun así, no representa un problema médico y suele quedar oculta bajo el cabello a medida que el niño crece. Estas manchas pueden acompañar discretamente durante la infancia y la edad adulta sin causar ningún tipo de alteración funcional ni estética.

¿Cuánto tiempo dura el beso de ángel?

Una de las preguntas más frecuentes que se hacen las familias cuando descubren estas manchas es si desaparecerán y cuándo. La respuesta varía en función de la ubicación, pero en la mayoría de los casos, la evolución es favorable y no se necesita hacer nada más que observar.

Manchas que desaparecen solas

Las manchas faciales, como las que aparecen en el entrecejo, párpados o nariz, suelen desaparecer de forma natural entre los 12 y 18 meses de vida. Este proceso no requiere ningún tratamiento ni seguimiento específico. Simplemente, el sistema vascular de la piel del bebé madura y las dilataciones capilares que causaban la coloración van cerrándose.

Durante ese tiempo, es normal que la mancha se intensifique con el llanto o el calor y que poco a poco vaya perdiendo color sin dejar cicatriz ni alterar la piel.

Cuándo consultar si no remiten

Si una mancha persiste más allá de los tres años de edad, especialmente si está en una zona visible como el rostro, es recomendable consultar con el pediatra o un dermatólogo infantil para valorar su evolución.

Eso no significa que sea patológica, pero en algunos casos puntuales puede evaluarse si existe algún motivo estético que justifique un tratamiento. También se recomienda consultar si la mancha cambia de forma, se engrosa o presenta sangrado, aunque esto es extremadamente poco frecuente en los nevus simplex.

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¿Se puede tratar el beso del ángel en el bebé? ¿Y si no desaparece?

Una vez superado el primer año de vida, si la mancha sigue presente, es habitual que surja la duda sobre si conviene eliminarla. Aunque en la mayoría de los casos no es necesario ningún tipo de intervención, existen opciones para quienes deseen valorar su eliminación por motivos estéticos.

Por qué no hace falta tratamiento médico

El beso de ángel es una lesión completamente benigna, que no causa molestias, no implica riesgo para la salud del bebé y no se asocia a ninguna enfermedad interna. No pica, no duele, no crece y no se transforma en otro tipo de lesión.

Por eso, la recomendación médica general es no tratarla. El cuerpo del bebé resuelve estas dilataciones vasculares por sí solo a medida que se completa el desarrollo de su piel. Los nevus simplex no requieren cremas ni masajes, y no existe ningún producto tópico capaz de acelerar su desaparición.

Cuándo se considera el láser (opcional y estético)

En los casos en los que la mancha persiste más allá de los tres años, y especialmente si está en una zona visible del rostro, algunas familias valoran la posibilidad de recurrir al láser de colorante pulsado.

Este tipo de tratamiento actúa sobre los vasos sanguíneos dilatados, reduciendo su visibilidad progresivamente. Aunque es una técnica eficaz, su indicación es siempre estética y no médica, y debe ser valorada por un especialista en dermatología pediátrica.

El láser se considera sólosolo cuando el niño es algo mayor, no presenta otras alteraciones cutáneas y la familia desea reducir el impacto visual de la mancha. No está indicado en bebés menores ni es necesario si la evolución es la habitual.

El beso del ángel en el bebé es una mancha plana y rosada.

Lo que sí debes vigilar: señales para acudir al pediatra

Aunque el beso de ángel no supone un problema médico en sí mismo, siempre es importante saber cuándo conviene consultar con un especialista, sobre todo si la mancha presenta características atípicas o su evolución se desvía de lo esperado.

Algunas señales que justifican una revisión son:

  • Cambios en el color: si la mancha se oscurece de forma progresiva o adquiere un tono violáceo sin relación con el llanto o el esfuerzo.
  • Variaciones en la textura: si la zona se vuelve rugosa, se eleva o presenta costras, podría no tratarse de un nevus simplex.
  • Sangrado o inflamación: aunque muy poco frecuentes, estas manifestaciones no son propias del beso de ángel y deben valorarse.
  • Aparición de nuevas manchas en otras zonas del cuerpo que no corresponden con las localizaciones típicas de los nevus simplex.
  • Asimetría o bordes irregulares muy marcados, que dificulten su clasificación clínica clara.

También es aconsejable consultar si la mancha persiste sin cambios después de los tres años o si genera preocupación en la familia, incluso si todo indica que es benigna. En estos casos, una valoración médica puede confirmar el diagnóstico y ofrecer tranquilidad.

Conclusión: el beso del ángel en el bebé es habitual y, por lo general, no es grave

El beso de ángel es una de las marcas de nacimiento más comunes, ya que afecta al 40 % de los bebés y, en la mayoría de los casos, se resuelve por sí sola durante los primeros años de vida.

Se trata de una alteración vascular benigna que no supone un riesgo para la salud del recién nacido y no requiere pruebas médicas ni tratamientos específicos en la gran mayoría de situaciones.

Conocer su origen, identificar sus características y saber cómo evoluciona permite a madres y padres afrontar esta etapa con más tranquilidad, confiando en que lo habitual no tiene por qué ser preocupante.

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FAQs sobre el beso del ángel en el bebé

No. El beso de ángel es una malformación vascular superficial que no produce molestias, picor ni dolor. Al tratarse de una simple dilatación capilar sin inflamación ni alteración nerviosa, el bebé no nota su presencia. Si observas que se rasca o muestra incomodidad en esa zona, conviene consultar al pediatra para descartar que se trate de otro tipo de lesión cutánea.

No se considera una condición hereditaria. Aunque puede observarse en varios miembros de una misma familia, esto se debe más a la alta frecuencia del nevus simplex en recién nacidos que a un componente genético directo. No hay evidencia científica que relacione la aparición del beso de ángel con factores hereditarios concretos o antecedentes familiares.

Estas manchas están presentes desde el nacimiento, aunque en algunos casos pueden pasar desapercibidas hasta que el bebé llora o hace esfuerzo. No aparecen después del parto ni se desarrollan con el tiempo. Su origen está en el desarrollo embrionario de los capilares cutáneos y no tiene relación con hábitos, alimentación o cuidados durante el embarazo.

No especialmente, siempre que se sigan las recomendaciones generales para la piel del bebé. El beso de ángel no tiene mayor sensibilidad a la luz solar que el resto de la piel del recién nacido. Aun así, se aconseja evitar la exposición directa al sol en menores de seis meses y usar gorros o sombras naturales, como medida general de protección para toda la piel.

No es necesario ni recomendable. No existe ninguna crema ni remedio casero que acelere la desaparición del beso de ángel. Estas manchas siguen un proceso natural y autolimitado que no debe alterarse. Aplicar productos sin indicación médica puede irritar la piel del bebé. Lo mejor es dejar que el tiempo actúe y consultar al pediatra si hay dudas sobre su evolución.

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