Cuida tu cuerpo en todas sus dimensiones y etapas vitales

Cada vez escuchamos con más frecuencia mensajes que, de forma directa o indirecta, nos dicen «Cuida tu cuerpo».

Esto ha contribuido al aumento notable de personas que se preocupan por su bienestar, que tratan de mantener una buena condición física y/o que se preocupan por ello.

Pero, ¿realmente prestamos suficiente atención a todos los aspectos importantes que repercuten en nuestro bienestar físico? 

Nuestra joya más valiosa

Todos queremos cuidar nuestro cuerpo o, al menos, es uno de nuestros propósitos más redundantes. Sin embargo, fácilmente encontramos excusas para posponerlo: «no tengo tiempo», «me veo bien», «no me duele nada». 

Justamente porque «nos vemos bien y no nos duele nada» debemos cuidar el cuerpo para que, en un futuro, nos sigamos viendo bien y no nos duela nada o casi nada. Disponer de un cuerpo funcional y saludable es un activo al que no solemos darle todo el valor que tiene. Si afortunadamente no hemos tenido que lidiar con ninguna enfermedad, incapacidad o limitación física grave es factible pensar que todo va a seguir igual.

Si pensamos en todo lo que podemos hacer gracias a nuestro cuerpo: andar de un sitio a otro, disfrutar experiencias, sentir, crear, decidir… tomaremos conciencia de lo importante que es no perder la salud y el bienestar. 

Un cuerpo sano es clave para nuestra autonomía y nos abre la puerta a infinitas posibilidades. Por tanto, no es exagerado decir que nuestro cuerpo es la joya más valiosa que poseemos y no debemos dudar ni un segundo en cuidarlo.

Cuida tu cuerpo por dentro y por fuera

Integrar su cuidado en las rutinas diarias es la mejor forma de cuidar nuestro cuerpo. Adquirir hábitos saludables y desterrar aquellos que nos perjudican actúa de manera integral en nuestro organismo beneficiando al cuerpo y la mente y haciéndonos sentir mejor cada día.

Nunca es tarde para empezar a cuidarse. La salud se sustenta en tres pilares fundamentales: 

Alimentación sana, variada y equilibrada. 

Las necesidades nutricionales cambian con la edad y las circunstancias de cada persona y, por ello, no todos debemos comer igual. ¿Sabías que el significado original del término dieta es régimen de vida o manera de vivir? Elegir alimentos naturales y saludables nos otorga bienestar físico y mental, al placer de degustarlos se unen sus beneficios nutricionales que nos ayudan a no enfermar. 

Elaborar un menú semanal, dedicar un día a cocinar varios platos y congelar raciones para cuando no tenemos tiempo, acudir a la compra con una lista preparada o visitar el mercado y descubrir nuevos alimentos y recetas son algunos de los métodos que nos pueden ayudar mucho en nuestro propósito de comer sano.

Práctica regular de ejercicio

El sedentarismo es el gran enemigo a combatir en el siglo XXI. Son muchos los trabajos y formas de ocio que parecen confabularse para que no nos levantemos de la silla o el sofá. 

No obstante, nunca ha sido tan fácil estar en forma: clases de fitness online, parques y zonas deportivas donde ejercitarnos, calzarse las deportivas y salir a caminar o a correr. 

Las bondades de una vida activa ya las conocemos todos:

• Mayor agilidad y la fuerza muscular 
• Se previene el desgaste y la pérdida de masa ósea
• Aumenta la capacidad cognitiva
• Reduce la ansiedad, el estrés y el riesgo de depresión
• Nos mantiene en el peso adecuado
• Aumenta la autoestima y la percepción de bienestar
• Reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes o hipertensión

Cuidado de nuestra mente y nuestras emociones

Somos un todo y no podemos desligar el cuerpo de la mente. Difícilmente podremos cuidar nuestro cuerpo si descuidamos nuestras emociones. Una actitud positiva nos predispone a tener mejor salud y cuidarnos física y mentalmente. 

Al contrario, las emociones negativas, el sentirnos mal, nos abocan a dejarnos llevar por malos hábitos como el sedentarismo. El estrés, la ansiedad, la tristeza o la ira provocan respuestas fisiológicas que se traducen en molestias musculares y digestivas, cefaleas o arritmias, entre otras consecuencias.

Cuidar nuestro bienestar emocional y mental es también una forma de invertir en nuestro bienestar físico.

Belleza y salud van de la mano

El cuidado del cuerpo siempre ha estado muy ligado a la belleza y no son pocas las personas que queriendo atenerse a unos supuestos cánones de belleza descuidan la salud y el bienestar. 

Sin embargo, la preocupación por lo estético no debería ser nuestra prioridad. El cuidado de nuestro cuerpo es mucho más que vernos bien ante el espejo. 

Valorar nuestro cuerpo apreciando todo lo que nos procura es el camino más seguro para vernos bien y lograr un bienestar físico y mental. Cuanto más nos queremos, más nos cuidamos y todos los beneficios de adoptar hábitos saludables se reflejan en nuestro aspecto.

Cuida tu cuerpo y presta atención a sus cambios

Nuestro cuerpo experimenta muchos cambios a lo largo de las diversas etapas vitales. En el transcurso de la vida, son diversos los factores que influyen en estos cambios, desde los puramente biológicos a los que están motivados por las circunstancias.

El embarazo, la menopausia, las enfermedades que pueden afectarnos o el proceso natural del envejecimiento son momentos de cambios importantes en el organismo que demandan cuidados específicos y particulares.

Debemos estar atentos a estos cambios, escuchando y observando nuestro cuerpo para adaptar su cuidado a lo que necesita en cada momento para vivir de forma plena.

Cuida tu cuerpo pero, como ves, es necesario hacerlo desde diversos ángulos y enfoques, sin olvidar aquellos más invisibles y que influyen indirectamente en nuestro físico, como el bienestar emocional. 

Cuanto más inviertas en la mejora de tu condición física, mejor te sentirás hoy y mejores opciones tendrás en el futuro.