Un buen desarrollo afectivo de los niños es clave para que puedan desenvolverse de manera correcta en su futuro como adultos.
Un buen desarrollo afectivo de los niños es vital para que puedan desenvolverse de manera correcta en su futuro como adultos. En este artículo te acercamos algunas claves sobre su importancia, los problemas que evitará un correcto desarrollo y te ofrecemos algunos consejos sobre cómo lograrlo.
¿Qué es el desarrollo afectivo?
Igual que ocurre con el desarrollo intelectual, cognitivo, físico y motor, el desarrollo afectivo resulta fundamental en el periodo evolutivo de los más pequeños. Se trata de un proceso en el que la influencia de la familia es muy relevante. Arranca con las primeras interacciones personales y va a permitir a los niños convertirse en adultos socialmente competentes.
¿Por qué es importante?
Muy vinculado a los estilos de apego y al concepto de impronta, el desarrollo afectivo conlleva una correlación entre situaciones en la etapa infantil y la vida adolescente y adulta. Es muy probable que un niño con una correcta evolución afectiva de mayor sea una persona segura de sí misma y tenga una buena autoestima.
Este tipo de desarrollo se configura como un elemento vital en el aprendizaje social de los más pequeños. Un proceso en el que podemos encontrar dos vertientes fundamentales:
- Permitir a los niños el desarrollo de su identidad.
- Facilitar el reconocimiento de las emociones propias y ajenas así como su correcta gestión.
¿Cómo evoluciona este desarrollo?
Aunque se pueden producir variedades individuales existe una evolución afectiva común a lo largo del tiempo. En ese sentido, son dos los principales intervalos en los que podemos encontrar los progresos más destacados:
- De 0 a 3 años: Las primeras reacciones afectivas de los bebés están vinculadas a la satisfacción de sus necesidades vitales. Poco a poco es habitual que se amplíe el círculo de personas con las que se interactúa aunque también se configuran las figuras de apego. En este periodo suelen aparecer las primeras imitaciones de conductas afectivas y los primeros aprendizajes para la autorregulación emocional.
- De 3 a 6 años: En este intervalo es muy común que los niños quieran agradar a sus figuras de apego a quienes imitan con mucha frecuencia. Se produce una evolución de la expresión afectiva y aparecen nuevas emociones como la vergüenza, el orgullo o la envidia. Los niños comienzan a valorarse a sí mismos y también cobran mayor peso los afectos vinculados a la amistad.
El papel familiar en el desarrollo afectivo
Las instituciones educativas y las figuras de los docentes juegan un papel relevante en el desarrollo afectivo. No obstante, el rol fundamental en este apartado corresponde a las familias en cuyo seno tienen lugar las primeras conductas afectivas. Los progenitores suelen ser las figuras de apego con quienes se desarrollan los primeros vínculos.
Teniendo en cuenta lo anterior, la forma de actuar de las madres y padres va a ser clave para que los niños puedan tener un correcto desarrollo. Estos son algunos consejos que pueden resultar de ayuda durante la crianza:
- Educa con un buen equilibrio afectivo. Es muy importante prestar atención al estilo educativo que se utiliza así como al tipo de apego que se establece.
- Establece dinámicas para potenciar todos los ámbitos del aprendizaje. Fomentar una actitud curiosa y de exploración del mundo o inculcar interés en elementos como el juego pueden potenciar el aprendizaje por observación y el desarrollo de las emociones.
- Ofrece seguridad. Una relación sana permite una buena salud emocional, que los niños crezcan con confianza en sus padres y una mayor seguridad en sí mismos. También ayuda el establecimiento de normas que delimiten lo que se puede hacer y lo que no.
- Cultiva la empatía y apela a la expresión emocional. Fomenta el desarrollo empático, interpela la expresión de las emociones y escucha con interés lo que tu hijo quiera contarte sobre cómo se siente. También es fundamental actuar como un ejemplo a seguir en materia emocional. ¡Muestra empatía y consigue un efecto contagio!
- Fomenta la autonomía. Permite que los niños tengan la autonomía suficiente para poder establecer nuevas relaciones interpersonales.
En conclusión, el desarrollo afectivo durante la infancia juega un papel clave en el futuro de los hijos. Toda la evolución que se produzca en materia emocional ayudará a que los más pequeños adquieran una serie de habilidades y herramientas que les permitan reconocer los códigos y claves que marcan las relaciones interpersonales de la sociedad.
Preguntas frecuentes sobre el desarrollo afectivo
El desarrollo afectivo es un proceso que arranca con las primera interacciones personales y que incluye la adquisición de habilidades como el reconocimiento de las emociones propias y ajenas o la empatía.
Se trata de un desarrollo que va a ser fundamental para que los niños puedan convertirse en adultos socialmente competentes.
Su inicio está vinculado a la aparición de las primeras interacciones interpersonales y en el mismo la familia suele jugar un papel muy relevante.
Educar con un buen equilibrio afectivo; ofrecer seguridad; cultivar la empatía o apelar a la expresión emocional son algunas formas de contribuir al desarrollo afectivo.
Etapa vital
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