Alimentación y nutrición son conceptos distintos que a menudo se confunden. Mediante la digestión, nuestro cuerpo transforma los alimentos en nutrientes, y estos pueden convertirse en energía, cubrir necesidades plásticas o reguladoras. Durante el embarazo aumentan las necesidades energéticas y nutricionales, es el momento de seguir una alimentación saludable para nutrirte de forma óptima.
También forman parte de estructuras del organismo y sirven para mantener la actividad física y mental. Es recomendable que los hidratos de carbono aporten entre el 50 y 55% de las calorías totales diarias, y hay que tener en cuenta que un aporte insuficiente puede generar sensación de cansancio, hambre, mareo y hasta sudor.
Se clasifican en simples y complejos según su estructura química. Los hidratos de carbono simples se absorben de forma rápida y en seguida pasan a la sangre. Es el caso del azúcar, alimentos dulces y refrescos. Modera su consumo para prevenir problemas de sobrepeso, diabetes o caries dental.
Los hidratos de carbono complejos necesitan más tiempo para transformarse en glucosa y pasan a la sangre de forma gradual. Nos referimos a los cereales y sus derivados, la patata y también las legumbres donde se encuentrancombinados con proteína. Al contrario que los anteriores, es recomendable que los hidratos de carbono complejos estén presentes en la dieta de la mujer embarazada, y la mejor manera de distribuirlos es realizando de 5 a 6 comidas al día. Desayunar cereales al levantarte y un bocadillo a media mañana, comer arroz o pasta en los platos principales y merendar unas galletas integrales sería una buena manera de tener energía todo el día.
Etapa vital