¿Por qué no me quedo embarazada si ovulo?: fertilidad y concepción

Cuando se desea un embarazo, sobre todo si se tarda en llegar tras un tiempo buscándolo, es habitual realizar un seguimiento más exhaustivo de los días fértiles y la ovulación. Entonces es cuando puede surgirnos la pregunta «¿por qué no me quedo embarazada si ovulo?».

Aunque muchas mujeres asocian tener la menstruación regularmente y ovular con una fertilidad óptima o descartar cualquier dificultad para conseguir el embarazo, esto no siempre es así. Por tanto, las causas por las que, a pesar de ovular, no se haya producido el embarazo pueden ser múltiples.

¿Qué es la ovulación exactamente?

De manera concisa y exacta, la ovulación es el momento en que el folículo se rompe y el óvulo maduro se dirige hacia la trompa de Falopio. Te lo explicamos.

El ciclo menstrual dura aproximadamente 28 días y se divide en tres fases. 

1. La primera de ellas, fase folicular, va desde el primer día del ciclo hasta la fase de ovulación, aproximadamente sobre el día 14.
2. La fase ovulatoria ocurre a mitad del ciclo. Las hormonas estimulan el óvulo y su desarrollo en el ovario y preparan el útero para un posible embarazo.
3. La tercera y última fase es la fase lútea. Si no se ha producido la fecundación, se descama el recubrimiento del útero, es decir, sucede la menstruación y se inicia un nuevo ciclo.

El ciclo menstrual comprende desde el primer día de la menstruación hasta el primer día del siguiente ciclo y, aunque su duración media es de 28 días, se considera completamente normal que dure entre 21 y 35 días.

• La ovulación condiciona los días fértiles de cada mujer pero ambos conceptos no son lo mismo. El periodo fértil o periovulatorio hace referencia a los días previos y posteriores al momento preciso en que se libera el óvulo, la ovulación, que es cuando se puede producir la concepción, desde su liberación y en las 24 horas inmediatas.
• El período fértil, o días fértiles, suele ser una ventana de unos seis días ya que los espermatozoides están activos en las glándulas del cuello del útero hasta cinco días tras la eyaculación gracias al moco que secretan estas glándulas que mantienen vivo el esperma durante dos o tres días. El esperma se desplaza hacia arriba, atravesando el cuerpo del útero y entrando en las trompas de Falopio para fertilizar el óvulo.

Por tanto, si se mantienen relaciones sexuales dos o tres días antes de la ovulación o un día después de ésta, es posible que se produzca la fecundación. 

No obstante, conocer el periodo fértil no es igual de sencillo para todas las mujeres. Muchas mujeres no notan nada cuando están ovulando y otras tienen síntomas más evidentes.Las señales que pueden indicar que se está ovulando son cambios en el flujo vaginal, aumento de la temperatura corporal en reposo o temperatura basal y, en ocasiones, molestias abdominales. 

La duración de los ciclos menstruales es variable incluso de un ciclo a otro y es difícil calcular el momento exacto de la ovulación aunque se tengan ciclos menstruales regulares.

Si se experimentan retrasos frecuentes o irregulares pueden darse ciclos anovulatorios, sin ovulación.

¿Por qué no me quedo embarazada si ovulo?

Cuando los ciclos menstruales de una mujer son regulares, se da por hecho que ovula aunque esto no es una garantía de fecundación y es una creencia errónea bastante extendida pensar que si se ovula con normalidad se producirá un embarazo con rapidez.

Son múltiples las causas, patológicas o no, que hacen que muchas mujeres se pregunten por qué no se quedan embarazadas si ovulan.

Te las detallamos.

La propia complejidad del cuerpo y la reproducción del ser humano

Seguro que muchas veces has escuchado definir un nacimiento como el milagro de la vida y realmente es casi un milagro que la concepción ocurra. Es un proceso complejo en el que deben darse ciertos mecanismos y cambios en las células reproductoras, gametos, femeninas y masculinas para que pueda suceder.

De los millones de espermatozoides eyaculados, unos doscientos conseguirán llegar a su destino en las trompas de Falopio y solo uno de ellos logrará atravesar la membrana externa del óvulo y fusionarse con él. Para ello, la mujer deberá haber ovulado y encontrarse en el periodo fértil. 

Como hemos explicado en el punto anterior, suele ser complicado establecer con exactitud el momento de la ovulación. 

Otra circunstancia a tener en cuenta es que el propio cuerpo de la mujer es capaz de descartar los óvulos que presentan anomalías cromosómicas que hacen imposible el desarrollo del bebé. Si son fecundados, se produce el llamado aborto espontáneo que es la pérdida espontánea de un feto antes de la semana 20 del embarazo. En la mayoría de los casos ocurre antes de que la mujer llegue a saber que se había producido la concepción.

La edad y el envejecimiento de los ovocitos

La edad es un factor determinante en la probabilidad de lograr un embarazo. La capacidad reproductiva de la mujer alcanza su máximo en el periodo comprendido entre los 20 y los 30 años. Tras los treinta años, se produce un descenso fisiológico totalmente natural y se incrementan las dificultades de concebir debido a la bajada de la reserva ovárica y de la calidad de los óvulos.

Al nacer, toda mujer posee unos 400.000 óvulos. A los treinta y cinco años quedan, de media, unos 25.000 y cada día se pierden unos 1.500 óvulos a causa del proceso de envejecimiento del ovario, que es cada vez más acusado.

Con la edad, aumentan las alteraciones cromosómicas en los óvulos y, por tanto, las posibilidades de que el desarrollo de la fecundación no sea viable.

A pesar de lo anterior, es preciso tener en cuenta que la edad ovárica no siempre coincide con la edad biológica de la mujer. Algunas mujeres jóvenes presentan una reserva ovárica muy baja.

Patología y condiciones varias

En ocasiones, alguna patología u otra circunstancia dificulta la posibilidad de fecundación aunque la mujer tenga ciclos regulares y se produzca la ovulación. 

Estos son algunos de los factores que pueden dificultar la concepción aunque la mujer ovule:

• Alteraciones en la producción de gametos masculinos como la ausencia de la producción de espermatozoides o bajo número y movilidad de éstos.
• Dificultades en la eyaculación.
• Alteraciones vaginales que entorpecen el coito.
• Trastornos en el transporte espermático en el aparato genital masculino o femenino 
• Problemas en la captación del ovocito por la trompa de Falopio.
• También puede ocurrir la fecundación pero no se produzca la implantación del embrión y éste no se desarrolle.
• Padecer una diabetes mal controlada por parte de uno o ambos miembros de la pareja también supone una dificultad añadida. 
• Obesidad.
• Toma de determinados fármacos.

Que no se haya producido el embarazo después de un tiempo intentándolo no significa necesariamente que nosotras o nuestra pareja tenga algún problema, no obstante es una posibilidad que tampoco se puede descartar. 

En términos generales, los especialistas aconsejan acudir al médico tras un año de relaciones sin protección sin que se haya producido el embarazo.

No obstante, este periodo se acorta para las mujeres de más de 35 años, en cuyo caso los médicos sugieren acudir a consulta una vez transcurridos 6 meses desde el inicio de la búsqueda del embarazo.