Importancia de la autonomía infantil y cómo fomentarla

  • 30 de Enero del 2024
  • 4 min de lectura

Promover la autonomía infantil es fundamental para el óptimo desarrollo psicoemocional de los niños. Sin embargo, es un tema que suele ocasionar interrogantes y dudas entre los padres: ¿cómo hacerlo? ¿Cuáles son los pasos adecuados en cada edad? 

En este artículo te explicamos todo lo que debes saber sobre la autonomía y los niños, su importancia y cómo fomentarla.

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¿Qué se entiende por autonomía infantil?

El concepto de autonomía infantil hace referencia a la capacidad que tienen los niños para realizar tareas, tomar decisiones, asumir responsabilidades y evidenciar sus intereses de manera autónoma, sin necesidad de la intervención de otras personas. 

La autonomía y los niños es una relación de aprendizaje constante que comienza desde pequeños, conforme van adquiriendo hábitos y asumiendo tareas en casa, adquiriendo competencias y aprendiendo a ser cada vez más independientes y a decidir por sí mismos, comprometiéndose con sus acciones y desarrollando sus gustos y opiniones.

La importancia de la autonomía infantil

Fomentar la autonomía de los niños es fundamental para que de mayores sean adultos con capacidad de decisión, autoestima y respeto hacia los demás

El desarrollo de la autonomía infantil debe comenzar desde pequeños, ejerciendo tareas acorde a sus años. Poco a poco, aprenderán a resolver las cuestiones cotidianas sin la ayuda de los padres, desarrollando habilidades y tomando iniciativas que redundan en su crecimiento personal. 

Para ello, hay que esforzarse en prevenir un exceso de protección. En muchas ocasiones, los padres se adelantan a las acciones de los niños, impidiendo que las hagan ellos mismos por falta de tiempo, de confianza o por una sobreprotección, olvidando que los niños aprenden a ser autónomos e independientes a través de las actividades rutinarias de su vida cotidiana.

Conforme va aumentando la autonomía infantil, los niños colaboran y se integran cada vez más en el día a día de la familia, asumiendo sus responsabilidades y siendo conscientes del valor y la importancia de sus aportaciones.

Beneficios de la autonomía infantil

Fomentar la independencia y autonomía infantil desde una edad temprana aporta múltiples beneficios al desarrollo de su personalidad:

  • Favorece su autoestima y autoconfianza.
  • Contribuye a definir su identidad y criterio propio.
  • Les ayuda a vencer inseguridades y temores.
  • Aprenden a ser responsables y a tomar decisiones ante distintas situaciones y circunstancias.
  • Crea hábitos sanos, tanto físicos, por ejemplo en el ámbito de la higiene personal, la alimentación o el orden, como psicoemocionales, pues aprenden tanto a lidiar con la frustración como a sentirse escuchados y tenidos en cuenta.
  • Promueve el entendimiento de las normas.
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Cómo fomentar la autonomía infantil

Cuando los pequeños empiezan a intentar vestirse ellos solos, quieren comer sin ayuda o toman algún otro tipo de decisión, será el momento de empezar a respetar y promover esos primeros síntomas de madurez:

  • A partir de los 2 años o 2 años y medio se debe empezar a enseñar a los niños a realizar por sí mismos hábitos acordes a su edad: comer solos utilizando los cubiertos, dejar el pañal, caminar sin ayuda y pedir lo que necesiten llamándolo por su nombre.
  • Entre los 3 y los 5 años se les debe permitir vestirse solos, ponerse los zapatos y enseñarles a atarse los cordones. El lenguaje está muy desarrollado en esta edad así que se debe fomentar que expresen lo que quieren sin necesidad de rabietas. Es el momento de que recojan solos su habitación y su plato después de comer, además de inculcar los primeros hábitos de limpieza. También es importante establecer unas rutinas que deben aprender y seguir ellos solos: lavarse las manos antes de comer, acostarse a la hora indicada, recoger después de jugar, etc.
  • Pasados los 5 años se ampliarán las tareas y decisiones que deben tomar ellos solitos: preguntarles qué quieren comer (entre ciertas opciones sanas y equilibradas), qué actividades de ocio prefieren, quiénes son sus amigos o qué película prefieren ver en la TV.
  • Si el niño se niega a realizar nuevas actividades habrá que observar si el reto es demasiado alto para su edad. Si es así habrá que adaptarlo a su etapa, pero si no, lo mejor es ignorar sus quejas y que asuma las consecuencias de sus actos: si no quiere recoger los muñecos, mañana no jugará, por ejemplo.

Hay que evitar la falta de autonomía en los niños

Lo hemos recalcado a lo largo del texto: la autonomía no es innata, sino que es un proceso de aprendizaje en el que los padres deben respetar las capacidades del niño, su ritmo de desarrollo y, sobre todo, abandonar el exceso de protección. 

De pequeños, los niños se caen, se equivocan, se ponen malos y se enfadan, pero el propósito no es evitarlo, sino que sepan desenvolverse en cada una de estas situaciones.

Los niños sobreprotegidos no saben jugar en equipo, no respetan las reglas y tienden a protestar de manera continuada, así que desde que son pequeños se le debe exigir las mismas reglas que a los adultos pero adaptadas a su edad y nivel de comprensión.

De este modo, evitaremos que se genere un fenómeno de dependencia con negativas repercusiones en la edad adulta, como la inseguridad, la incapacidad de decisión y una baja autoestima.

Publicado originalmente el 3 de julio de 2015 y actualizado el 30 de enero de 2024

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Preguntas frecuentes sobre autonomía en los niños

Es la capacidad que adquieren los niños para realizar acciones y tomar decisiones de forma independiente, siempre en un contexto acorde a sus años.

Aprenden a ser independientes, responsabilizándose de tareas propias de su edad y dando a conocer sus gustos y opiniones.

Pueden participar en las actividades cotidianas y las tareas en casa cómo vestirse solos, escoger su ropa, poner la mesa o recoger sus juguetes, siempre de acuerdo a su edad.

Alrededor del primer año, cuando dan los primeros pasos, suelen empezar a mostrar señales de autonomía que se afianzan más a partir de los 2 años de edad. Comienzan a darse cuenta de que pueden hacer cosas solos y nos imitan. Es el momento de comenzar este aprendizaje y convertir estos actos repetitivos en hábitos autónomos.

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