Dolores de hueso: origen, implicaciones y prevención frente al envejecimiento

  • 5 min de lectura

Es común escuchar afirmaciones como «tengo dolores de hueso» o «me duelen todos los huesos», pero ¿realmente el origen del dolor es óseo? Y, de ser así, ¿a qué se puede deber y cómo se percibe ese dolor?

Comprender cómo y porqué aparecen los dolores de hueso en la edad adulta y la vejez, así como saber distinguirlos de otros dolores con los que tienden a confundirse, es importante para evitarlos y para poder abordarlos correctamente.

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El funcionamiento del sistema óseo y los dolores de hueso

El tejido óseo tiene un funcionamiento peculiar y su desajuste puede causar la aparición de patologías en los huesos.

Por su rigidez y su dureza pueden parecer una estructura fija, pero los huesos están en construcción continua. Es un tejido vivo y dinámico que, de forma similar a la regeneración de la piel, permanece activo a lo largo de la vida.

Ese proceso de construcción se denomina remodelación ósea y consiste en la reabsorción del hueso viejo para ser reemplazado por hueso nuevo que está en constante formación.

En condiciones normales, este sistema de retirada y formación de hueso está perfectamente coordinado y permite que la densidad ósea sea la adecuada para unos huesos fuertes y sanos.

Cuando el proceso de remodelación pierde su coordinación la densidad ósea deja de ser óptima y puede dar lugar a una condición patológica.

Es lo que ocurre, de hecho, en la osteoporosis y en la enfermedad de Paget, pero también en el propio envejecimiento. Por ello, conocer este funcionamiento facilita la comprensión de los dolores de hueso.

dolores de hueso origen

Características y causas del dolor óseo

En realidad, tener dolores de hueso es menos común que sufrir dolor en articulaciones o músculos, con los que suele confundirse.

Distinguir entre estos dolores de diferente naturaleza es importante para poder encontrar una solución adecuada, pero la percepción del dolor óseo es compleja.

Por ejemplo, en la osteoporosis no se percibe dolor por la pérdida de densidad ósea hasta que, como consecuencia de esta, ocurre una fractura. En las fracturas vertebrales, sin embargo, puede no producirse dolor o síntoma alguno.

Esa ambigüedad en la percepción del dolor es un reflejo de su complejidad y el motivo por el que aún se continúa investigando el dolor óseo en el ámbito científico .

Por ello también es comprensible que no todos los dolores de hueso se experimenten de manera idéntica. Así un dolor de hueso podría sentirse como:

  • Una sensación de dolor localizado y agudo (por ejemplo, en una fractura)
  • O como un dolor sordo y constante (como ocurre en la enfermedad de Paget).

Sí es sabido con certeza que la principal causa de los dolores de hueso son las fracturas ocasionadas por traumatismos.

No obstante, también pueden aparecer dolores de hueso asociados a una fractura que, en realidad, se produce por un problema subyacente, como ocurre en la osteoporosis.

En esta patología la formación de hueso nuevo es insuficiente para contrarrestar la destrucción o reabsorción de hueso viejo, por lo que disminuye la densidad ósea y los huesos se vuelven más frágiles y propensos a las fracturas.

Por tanto, la osteoporosis per se no causa dolores de hueso, sino que permanece «silenciosa» hasta que tiene lugar una fractura que sí produce dolor y constituye el principal síntoma clínico de la enfermedad.

El origen del dolor óseo no siempre es evidente como en una fractura. Cuando su procedencia es incierta puede deberse a otras patologías no óseas que afectan de forma secundaria a los huesos.

Por ello siempre es importante acudir al médico, para determinar el origen y la causa de los dolores de hueso y poder tratarlos de forma adecuada.

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Cómo prevenir la aparición de dolores de hueso

Los dolores de hueso pueden afectar a la postura, la movilidad e incluso ocasionar problemas para conciliar el sueño, teniendo un impacto notorio en la calidad de vida y el desarrollo de actividades cotidianas.

Por ello, no solo es importante tratar el dolor óseo una vez se manifiesta, sino también prevenir su aparición, para lo cual un estilo de vida saludable será el mejor aliado.

Incorporar hábitos saludables ayuda a retrasar el deterioro óseo propio del envejecimiento y la aparición de problemas que de forma directa o indirecta propician los dolores de hueso.

La práctica de ejercicio físico permite conservar la fuerza y la flexibilidad y ayuda a mantener y mejorar el equilibrio. Esto es fundamental para evitar caídas que puedan ocasionar fracturas, sobre todo en personas de edad avanzada.

Además del ejercicio, una nutrición adecuada, con una dieta equilibrada y saludable, es esencial para alcanzar y conservar una densidad ósea óptima y evitar la aparición de dolores de hueso.

Durante la premenopausia y tras la menopausia en las mujeres, así como durante la vejez en hombres y mujeres, es especialmente importante que la dieta aporte suficiente calcio. También tener niveles adecuados de vitamina D, ya que esta regula la absorción y metabolización del calcio.

Realizar ejercicio y llevar una dieta sana y equilibrada es, además, la fórmula idónea para tener un peso corporal saludable, que también repercute en los huesos.

Tanto un peso insuficiente como la obesidad pueden favorecer la aparición de fracturas, por lo que siempre es conveniente mantener un peso adecuado.

Por último, se deben evitar aquellos hábitos que sean nocivos, como el tabaco o el exceso de alcohol que, además de tener un efecto negativo en la salud general, merman la salud ósea.

Conclusiones

  • Una buena salud ósea es fundamental para alcanzar y mantener una calidad de vida óptima.
  • Un estilo de vida saludable ayuda a prevenir la aparición de dolores de hueso y a contrarrestar los efectos del envejecimiento a nivel óseo.
  • La dieta y el ejercicio físico son dos factores de gran importancia para alcanzar y conservar una salud ósea óptima.
  • Preservar la salud de los huesos evita y retrasa la aparición de patologías y ayuda a tener un mejor pronóstico frente problemas óseos.
  • Ante dolores de hueso de procedencia incierta o fracturas frecuentes, siempre es necesario consultar a un especialista.
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