Pies planos: síntomas, tratamiento y cuándo preocuparse

  • 26 de Enero del 2024
  • 6 min de lectura

Se dice que un niño tiene pie plano, o pie valgo, cuando existe un descenso de la bóveda plantar y, en consecuencia, tiene menos arco del habitual. En este post te contamos todo sobre esta leve deformidad. 

Pies planos y niños

Al nacer, todos los bebés tienen los pies planos. De hecho, los pies de todos los recién nacidos apuntan hacia dentro. A medida que van experimentando cada movimiento y los músculos del tronco y las piernas van adquiriendo más fuerza, los pies planos de los bebés se van preparando para cuando sea el momento de ponerse de pie

Es importante destacar que no estamos hablando de una condición frecuente, que no suele causar dolor, y que permite llevar una vida totalmente normal. Eso sí, será necesario acudir a un especialista para saber cuál es la mejor manera de tratar a cada niño. 

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Los síntomas de los pies planos

Normalmente, el hecho de tener los pies planos no produce ningún tipo de síntoma. En ocasiones, se puede experimentar dolor en los pies, sobre todo en el talón o en la zona del arco, que puede empeorar con la actividad.
Especialmente en los niños, el pie valgo puede favorecer que se caigan con mayor facilidad, deformen exageradamente los zapatos, caminen con los pies muy desviados o, incluso, que prefieran jugar sentados en el suelo.

Madre acariciando los pies de su bebé

Causas de los pies planos

Como hemos comentado anteriormente, todos los niños nacen con los pies planos. Esta condición es debida a la elasticidad de los ligamentos y a la almohadilla formada por un acúmulo de grasa que irá desapareciendo conforme, al empezar a caminar, se ejercita y fortalece la musculatura plantar.

Lo más habitual es que los pies planos en los bebés sean pies planos flexibles y que el arco se desarrolle durante la infancia. Sin embargo, no siempre sucede; hay personas a las que nunca se les llega a formar el arco plantar. Hablamos de una variación normal en cuanto a tipo de pie, aunque es importante tenerlo en cuenta porque pueden tener algún problema en el futuro. 

Las causas más comunes son:

  • Herencia genética.
  • Patologías neurológicas.
  • Patologías osteoarticulares.
  • Disfunción del músculo tibial posterior.

Diagnóstico de los pies planos

Durante las revisiones periódicas, el pediatra observará el desarrollo del arco plantar del niño. En caso de que este no fuera el adecuado, lo derivará a un especialista para que sea él quien realice una serie de pruebas concretas para confirmar el diagnóstico.
Recordemos que una desviación durante los primeros años es de lo más normal, por eso es importante seguir las recomendaciones del pediatra que analizará la evolución. 

Existen diferentes sistemas para diagnosticar los pies planos. Muchos de ellos se basan en el análisis de la huella mediante una plataforma de presiones, ya que permite ver de forma digital cómo es la huella.

Para poder obtener estos resultados, se realizan test biomecánicos como estos: 

  • El test de Jack es fundamental durante la etapa de la infancia para poder concretar el tipo de rigidez que tiene el pie plano. Es una prueba muy simple que consiste en flexionar el dedo gordo del pie hacia arriba. Si se forma el arco, el resultado se considerará correcto (negativo). En caso contrario, positivo. 
  • El Heel Rise Test también es muy sencillo de realizar: consiste en observar el arco y el talón mientras alguien se pone de puntillas. Es decir, si estando de puntillas se forma el arco y el talón se va hacia fuera, el resultado es negativo, si no sucede, el resultado es positivo.

Tipos de pies planos

En función de los resultados de los tests, se pueden diagnosticar tres tipos de pie plano en función de su rigidez: el flexible, el semi flexible y el rígido

  • Si las dos pruebas son negativas, se trata de un pie plano flexible que, como hemos comentado, es lo más frecuente en los pies planos de bebés. En principio, este tipo de pie se corregirá a medida que el niño crezca. 
  • Si las dos pruebas son positivas, se trata de un pie rígido, por lo que hablamos de un pie plano estructural. En este tipo de pie los huesos están planos debido a uniones anómalas entre ellos que bloquean la correcta movilidad.
  • Si uno es positivo y el otro negativo, se trata de un pie plano semiflexible. Los síntomas suelen aparecer alrededor de los cuatro años de edad y pueden corregirse con el tratamiento adecuado.

Bebé sentado en una alfombra

Cuándo debemos preocuparnos por los pies planos

Durante los primeros 3 años no debemos preocuparnos por los pies planos, pues durante este período, conforme el niño se apoya en los pies y ejerce carga sobre ellos, se comienza a formar el arco plantar. Es un proceso lento y la forma normal del pie se adquiere alrededor de los 6 años, aunque es posible ganar algo más de arco hasta los 10 años. 

Además de las revisiones con el pediatra, podemos realizar una valoración simple a partir de los 4 o 5 años. Solo hemos de pedir al niño que se ponga de puntillas:

  • Si puede ponerse de puntillas, se aprecia el arco plantar al estar en esta postura y no le duele, no hay de qué preocuparse.
  • Si no puede ponerse de puntillas, no se aprecia el arco plantar en esta postura o nota dolor, debemos consultar al pediatra.

Hasta los 6 años, el pie plano es fisiológico, por lo que, si no provoca dolor ni molestias para moverse, andar y jugar con normalidad, no hay que preocuparse. A partir de esa edad, si el pie no ha mejorado su alineación, el pediatra y el ortopeda valorarán la necesidad de tratamiento para lograr un correcto desarrollo.

En caso de ser sintomático, es decir, que provoque dolor o alguno de los síntomas que hemos explicado antes (torpeza, desviación clara al caminar, no querer correr o cansarse en exceso), es necesario una valoración pediátrica.

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Tratamientos del pie plano

Antiguamente, se utilizaban plantillas duras y calzado ortopédico. Sin embargo, la tendencia ha cambiado en las últimas décadas en base al estudio de esta patología y su evolución natural.

En la actualidad y en función del tipo de pies planos, el especialista valorará el procedimiento más adecuado para corregir la excesiva desviación del pie. 

  • En el caso de pies planos flexibles o semiflexibles el tratamiento habitual comprende:
  • El uso de plantillas blandas de descarga con el fin de modificar la posición del talón y alzar el arco plantar.
  • La utilización del calzado adecuado desde que el pequeño empieza a caminar. Los zapatos recomendados deben ser ligeros y bajos, con media suela rígida y contrafuerte interno.
  • Consejos posturales y ejercicios de rehabilitación con fisioterapeutas para potenciar el tono muscular.
  • Respecto a los pies planos rígidos, el ortopeda pediátrico valorará si es suficiente un tratamiento rehabilitador, en los casos poco o nada sintomáticos, o si es necesaria la cirugía correctora. 

A partir de los 8 años el pie ya ha alcanzado un 75% de su tamaño y la desviación deja de ser fisiológica. Por ello, hay que comenzar el tratamiento antes de esa edad, generalmente entre los 6 y los 8 años si es un pie plano asintomático, para que sea más efectivo.

En definitiva, tener pies planos es una condición habitual en los niños que se debe controlar con el pediatra de confianza para que pueda valorar si es necesario o no un tratamiento con el especialista. 

 

Publicado originalmente el 28 de enero de 2020, actualizado el 26 de enero de 2024

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Preguntas frecuentes sobre los pies planos

Los pies planos son normales en los bebés y niños hasta los 3 años. A partir de esta edad, los tejidos se tensan y comienzan a formar el arco plantar.

Los pies planos en los bebés es normal. Todos nacen con los pies planos y durante la infancia se va desarrollando el arco plantar.

En caso de ser un pie plano asintomático, puede notarse en un retraso en comenzar a andar, el desgaste exagerado de los zapatos o en la forma de caminar.

Desde que el pequeño camina es recomendable darle oportunidad de hacerlo descalzo en la playa, por el césped o en casa. Otras medidas adecuadas son andar de puntillas o jugar a coger objetos con los dedos de los pies o a arrugar una toalla.

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Referencias

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