Segunda semana de vida del recién nacido

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Esta segunda semana de vida de tu bebé será muy parecida a los días anteriores, con una pequeña gran diferencia: ¡dará el primer estirón de su vida! Eso significa que querrá comer mucho más y también que notarás algunos cambios en su actitud respecto a la semana anterior. ¡Vamos a ver qué te depara esta semana!

 

¿Cómo crece tu bebé?

Durante la segunda semana de vida del bebé, su peso debería volver a ser el mismo que en el momento del nacimiento. Algunos bebés, incluso, pesan algo más. Pero cada bebé es un mundo, así que no te obsesiones con esto: si tu bebé está despierto, come bien, sus deposiciones son normales y va ganando peso, es que todo marcha como es debido.  

Con la segunda semana del bebé llega también el primer estirón: en estos días notarás que está algo más quisquilloso o quisquillosa, pero también que duerme durante más tiempo y que tiene más hambre. Lo normal en este periodo es que el bebé gane entre 150 y 200 gramos semanales.

Puede que tengas la sensación de que la cabeza de tu bebé parece más pequeña en estos días: es normal, ya que los huesos se han ido recolocando y ya ha desaparecido cualquier tipo de inflamación que todavía pudiera existir después del parto.

Habilidades y desarrollo

En comparación con la primera semana de vida, notarás que tu bebé está mucho más atento y activo. Seguirá durmiendo alrededor de 18 horas diarias, pero cuando esté despierto o despierta empezará a coger cosas con la mano, a mirarte fijamente durante breves periodos de tiempo y sus habilidades motoras mejorarán.

Durante estos días el cordón umbilical caerá del todo y, además, deberían desaparecer pequeñas lesiones ocurridas durante el parto: pequeños rasguños, moretones o incluso algunos vasos sanguíneos rotos en los ojos, todo ello debido al esfuerzo de las contracciones. A medida que tu bebé se recupere podrás observar mejor el color de sus ojos: si es de piel clara es probable que sean grises o azulados, mientras que si su piel es oscura deberían ser muy marrones. El color de los ojos irá variando durante los primeros meses de vida y, en algunos casos, puede ir cambiando hasta el primer año. 

A partir de la segunda semana de vida del bebé, debería ser capaz de:

  • Llorar para indicarte que está incómodo porque tiene hambre, frío o calor.

  • Levantar un poco la cabeza.

  • Sobresaltarse ante algunos estímulos.

  • Mirarte fijamente a la cara durante unos segundos.

  • Escuchar ruidos fuertes.

En esta segunda semana es importante que observes si el bebé empieza a responder a los ruidos poco a poco. Lo hará a su ritmo, así que no te preocupes si ves que al principio los ignora: si tienes cualquier duda, puedes consultar con el pediatra, igual que si llora desconsolado durante tres o más horas tras haber comprobado que no tiene hambre, un pañal sucio o que no tiene frío ni calor.

Un día cualquiera...

Durante esta semana tu bebé seguirá durmiendo muchas horas, alrededor de 18 al día, pero su atención será mayor en los ratos en los que esté despierto o despierta. Este es un buen momento para iniciar los paseos con carrito aunque sea dentro de casa: la gran mayoría de bebés están más tranquilos cuando están cerca de los padres, aunque también pueden ser amigos o abuelos quienes empiecen a introducir esta nueva rutina poco a poco. Aprovecha para tenerle en brazos todo lo que te apetezca: el contacto piel con piel estimula la producción de leche, regula la temperatura del bebé y le ayuda a ganar peso

Cuidados básicos

Si durante la primera semana de vida te recomendábamos los baños con esponja, una vez el cordón umbilical se ha desprendido del todo ya puedes empezar a bañar a tu bebé en su propia bañera. Los primeros días quizá no es necesario hacerlo cada día, ya que no hace falta bañar tanto a un recién nacido como a un adulto porque la piel tiene sus propios mecanismos de limpieza, pero tener una buena rutina de baño os ayudará a inducir el sueño. Muchas madres usan el pecho para calmar al bebé y que se relaje antes de dormir pero, a la larga, esto puede ser contraproducente. En su lugar, darle un baño con agua caliente y un buen masaje puede ayudar a que se relaje más fácilmente.

Sobre lo que a pañales respecta, la transición del meconio a las deposiciones normales debería haber finalizado: en esta segunda semana de vida tu bebé debería mojar alrededor de 6 pañales y manchar entre 3 y 4.  

Alimentación

Como te comentábamos más arriba, en esta segunda semana tu bebé está dando el primer estirón de su vida. Esto significa, ¡exactamente!, que tendrá mucha más hambre que la semana anterior: te pedirá comer cada 2 o 3 horas si le das el pecho, o cada 4 o 5 si está tomando leche de fórmula, y las tomas pueden durar entre 15 minutos y una hora según cada bebé. 

Ten presente que la toma empieza en el momento en que iniciáis la toma, no cuando el bebé acaba de comer: así pues, si empiezas a darle el pecho a las 14 h y acabáis casi a las 15 h, ¡es posible que a las 16 quiera comer otra vez! Es normal que tengas la sensación de que te pasas el día dándole el pecho, pero esta etapa pasará y las tomas se irán espaciando cada vez más.

Como consejo general te recomendamos que no esperes a que tu bebé esté llorando desconsolado para darle de comer: si esto sucede no es que el bebé te esté avisando de que tiene hambre, sino que estará tan hambriento que te costará muchísimo calmarle. Aprende a detectar los signos que te indican que tu bebé de dos semanas está dispuesto o dispuesta a comer de nuevo:

  • Se despierta después de un buen rato durmiendo y se mueve mucho.

  • Se mete el dedo o el puño en la boca.

  • Sus labios se colocan en posición de succionar y saca la lengua.

  • Si le tienes en brazos, vuelve la cabeza hacia tu pecho.

  • Pone muecas o hace sonidos suaves.

Todas estas señales son indicadoras de que el bebé tiene hambre, así que procura darle una toma antes de llegar al punto crítico en que estalla en llanto. Si aprendes a detectarlas verás que tu bebé come de forma bastante irregular todavía, pero estará mucho más tranquilo o tranquila.

Sueño

Tu bebé seguirá pasando la mayor parte del día durmiendo durante esta semana, probablemente en periodos más largos que en su primera semana de vida. La gran mayoría de familias optan por compartir habitación con el bebé por dos motivos: en primer lugar porque es mucho más cómodo gestionar los momentos en que el bebé se despierta, y en segundo lugar porque así el bebé puede olerte y reconocer tu voz, lo que le ayuda a estar más tranquilo.

Eres tú quien debe decidir si quieres tener el moisés contigo o si el bebé dormirá en su habitación desde el principio. Lo que no debes hacer bajo ningún concepto es dormir con él o ella mientras sea tan pequeño

  • Debe seguir durmiendo boca arriba y con la cuna libre de cualquier objeto que pueda obstruir las vías respiratorias; en tu cama, al ser mucho más espaciosa, es probable que pueda acabar dándose la vuelta y colocarse boca abajo

  • No dejes a tu bebé en superficies elevadas, como tu cama, mientras no puedas vigilarle: podría caerse y hacerse daño.

Un bebé de quince días no distingue todavía la noche del día, pero ya puedes empezar a habituarle a descansar más durante la noche. Muchas familias optan por mantener una rutina de luz y ruidos propios de la casa durante el día y se esfuerzan por crear un ambiente más silencioso y tranquilo al caer la noche, para que el bebé empiece a acostumbrarse a dormir más horas. 

Esta semana la madre...

En estos días tu lactancia acabará de establecerse. Pasada la primera semana quizá puedas experimentar algunas molestias con el hecho de amamantar a tu bebé: puede que sientas los pezones doloridos debido a la succión e incluso que tengas algunas heridas o irritación en la zona. Para evitar esto procura cambiar de posición mientras le das el pecho para que no sea siempre la misma parte del pezón la que el bebé succiona durante las tomas; aplicarte un poco de lanolina después de las tomas también aliviará este problema.

Del mismo modo, si el bebé no acaba de vaciar ninguno de los pechos puede que sientas dolor por un exceso de leche y que esto acabe provocando una mastitis, una infección bacteriana que se caracteriza por enrojecimiento, dolor y un flujo peor de la leche. En este caso será tu médico quien te recete el tratamiento más adecuado.

Además de ir perfeccionando tu forma de dar el pecho, no olvides asegurarte de que tu cuerpo se está recuperando bien después del parto. Tanto si has tenido un parto natural como si te han practicado una cesárea asegúrate de que las heridas están cicatrizando bien. También deberías notar que el sangrado empieza a disminuir, aunque puede mantenerse hasta las 6 semanas después del nacimiento de tu bebé.

Si sientes dolor en la zona pélvica, el olor del sangrado cambia o se vuelve desagradable, te duele al dar el pecho o, simplemente, detectas cualquier síntoma que indique que algo no va bien, pide cita con tu médico para que te evalúe.

En este momento, cuando la excitación por llegar a casa con el bebé ha bajado un poco, el cansancio puede empezar a hacer mella. Apóyate en tu pareja, tu familia o tus amigos más cercanos: están ahí para disfrutar de todo lo bueno que supone la llegada de un bebé, pero también para ayudarte siempre que lo necesites. Si lo consideras necesario, incluso puedes hablar con tu médico para que te dé pautas y consejos con los que sobrellevar mejor estos días.

Tu entorno

Un bebé de dos semanas requiere atención constante las 24 horas del día, y esto puede ser agotador para toda la familia. Una buena estrategia para descansar mejor puede ser que os turnéis para cuidar del peque: repartíos los momentos en los que cada uno se encarga de cuidarle y aprovechad para dormir un poco mientras lo haga el bebé.  

Puntos clave

  • El bebé da su primer estirón y necesita comer más.

  • Reconoce tu voz y puede empezar a focalizar tu rostro.

  • Aprende a dar señales de que está hambriento o hambrienta.

  • Ya puede tomar baños si el cordón umbilical ha caído.

  • Duerme hasta 18 horas al día.