Tercera semana de vida del recién nacido

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En este artículo…

Desde que has llegado a casa con tu bebé recién nacido, has tenido que adaptarte a un montón de situaciones nuevas, cambiar tus hábitos, aprender a entender a tu bebé y ahora, por fin, parece que empezáis a tener una rutina más o menos establecida. Bueno, pues durante esta tercera semana de vida… ¡Se acercan muchos cambios! ¿Vamos a descubrirlos?

¿Cómo crece tu bebé?

Durante su tercera semana de vida el bebé continuará ganando bastante peso: a una media de 20 o 30 gramos diarios y crecerá alrededor de unos 5 centímetros más. En esta semana tu pediatra volverá a medirle y pesarle para anotar los percentiles, de los que ya te hablamos en la primera semana de tu bebé.

Independientemente del peso y la talla de tu bebé, lo que le interesa al pediatra es su curva de crecimiento: si se mantiene más o menos constante en el tiempo todo estará en orden, pero a veces se pueden observar caídas o grandes subidas que nos estén señalando algún problema de salud. Asimismo, las curvas permiten a tu pediatra comparar la altura del niño con su peso y ver si está por encima o por debajo del peso que debería tener.

Habilidades y desarrollo

Un bebé de 20 días empieza a tener más control muscular, lo que le permite añadir nuevos movimientos a su repertorio: ya es capaz de girar levemente la cabeza para seguirte por la habitación, y algunos bebés incluso pueden levantarla durante cortos espacios de tiempo. Muchos padres tienen miedo de que el bebé se haga daño y evitan colocarle boca abajo, lo cual es genial a la hora de dormir porque se ha demostrado que tenerle boca arriba ayuda muchísimo a reducir el riesgo de que tu bebé pueda tener dificultades para respirar, lo que sí puede suceder si está boca abajo, y ayuda a disminuir la probabilidad de que padezca una muerte súbita, una afección que se da en menos de 1 por cada 1000 bebés nacidos en España. Pero si el bebé pasa prácticamente las 24 horas del día tumbado su cabecita puede pagar las consecuencias: algunos bebés desarrollan una deformidad del cráneo, que se aplana debido a que el bebé pasa demasiado tiempo tumbado en la misma posición. Pero, además, existe otro inconveniente: si el bebé siempre está boca arriba, no tiene posibilidad de ejercitar los músculos del cuello, de la espalda o de los brazos. 

Ahora es un buen momento para dejarle algunos ratos boca abajo: después de las tomas, por ejemplo, o algunos minutos en su cuna. Debería pasar así entre 60 y 90 minutos repartidos a lo largo de todo el día, añadidos a los ratos en los que tenéis al bebé en brazos y su cabeza no está apoyada contra una superficie dura. 

En esta etapa su visión y su capacidad de concentración también mejoran rápidamente: estos días notarás que tu bebé te sigue con la mirada e, incluso, que puede girar la cabeza hacia ti mientras lo hace. También es capaz de distinguir mejor formas complejas y de centrar la vista durante más tiempo en un objeto o un rostro.

Cuando tu bebé cumple tres semanas puede que notes que empieza a llorar muchísimo más de lo normal. Si lo hace después de las tomas y está tres horas o más llorando sin parar pese a que ha comido y su pañal está limpioPuede que esté sufriendo cólicos. Normalmente se diagnostican cuando tiene estos episodios de llanto varios días a la semana durante varias semanas seguidas. El cólico suele aparecer después de las tomas, aunque no necesariamente, y se debe a que el bebé sufre molestias intestinales y muchos gases. Las causas son desconocidas, pero entre ellas encontramos:

  • Una leve intolerancia a la lactosa provocada porque su capacidad para digerirla no es la adecuada. 

  • Tragar demasiado aire al tomar el pecho o el biberón, lo que provoca la presencia de excesivo aire. 

  • Pasar demasiadas horas tumbado o tumbada en la cuna u otras superficies.

Para intentar reducir los síntomas y aliviar el malestar de tu bebé, vigila la forma de mamar o tomar el biberón de tu pequeño y ayúdale a expulsar los gases después de cada toma con pequeños golpes en su espalda.

Un día cualquiera...

Aunque siga durmiendo muchísimas horas, a partir de la tercera semana tu bebé estará más despierto y activo. Es un buen momento para empezar a introducir algo de estimulación en su día a día, que le ayudará a no aburrirse tanto y contribuirá a su desarrollo físico y cognitivo. 

En este sentido, ya te hemos comentado lo importante que es que empieces a dejarle boca abajo algunos minutos para fortalecer su cuello. Una manta de actividades o un “gimnasio para bebés” pueden ser una gran opción para que tenga una superficie segura sobre la que moverse y elementos que le llamen la atención lo suficiente como para invitarle a levantar y mover la cabeza. Busca algunos ratos libres en tu día a día para estas actividades, ¡con solo unos minutos será suficiente!

¿Un bebé de tres semanas puede tener juguetes?

Además de tener una manta de actividades donde trabajar los brazos y la espalda, hay otros juguetes que te ayudarán a potenciar el desarrollo de tu bebé:

  • Móviles. Haz moverse las diferentes partes e indica al bebé que las mire, ayudándote de tu voz: los colores vibrantes, con mucho contraste estimulan su capacidad visual y de concentración.

  • Asientos o hamacas. Le ayudarán a relajarse, especialmente si acompañas el movimiento con una música suave.

  • Juguetes con sonido. La música o los sonidos de animales contribuyen al desarrollo cognitivo de tu bebé y le invitan a cambiar su atención de un elemento a otro, ayudándole a estar más despierto o despierta.

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Cuidados básicos

Si la lactancia está bien establecida, puedes valorar si ha llegado el momento de darle chupete a tu bebé: ayuda a tranquilizarle y evita la aparición de hábitos más complicados de quitar como chuparse el pulgar. El chupete puede ser un buen aliado para mantener más tranquilo a tu bebé durante el día.

Si le das el pecho a tu bebé y todavía no lo has hecho, también es un buen momento para empezar a darle un suplemento de vitamina D: sirve para favorecer la correcta mineralización de huesos y dientes y para que las defensas funcionen correctamente. Ahora mismo puede que te estés preguntando por qué tu bebé necesita tomar suplementos vitamínicos: aunque tú adquieres vitamina D a través de la luz del sol, por muchas y diversas razones puede que tu leche tu leche no tenga una concentración suficiente para el bebé, por lo que la Asociación Española de Pediatría recomienda la suplementación con esta vitamina para prevenir posible carencias durante los primeros 12 meses de vida. Esto se debe a diferentes motivos, desde la forma en la que tu cuerpo la sintetiza hasta la cantidad de tiempo que pasas en la calle. Por supuesto, tu bebé también puede adquirir vitamina D de la luz solar, pero el uso de parasoles, cremas protectoras y demás filtros contribuyen a crear este déficit. 

Alimentación

Tras el estirón de la semana anterior, notarás que a partir de los 20 días tu bebé empieza a comer menos. No te preocupes, ¡solo es que durante la segunda semana necesitaba energía extra! En esta etapa seguirá creciendo y ganando peso, pero tendrá un poco menos de hambre. 

Tal como sucede con el chupete, puedes empezar a guardar biberones si la lactancia está bien establecida.

Si lo necesitas, el sacaleches puede tener muchas ventajas: 

  • Si el bebé no se toma toda la leche, podrás vaciar los pechos y evitar las molestias que esto provoca. 

  • Tener biberones para que el bebé tenga disponible tu leche si por alguna razón no estás presente a la hora de alguna de las tomas. Esto permitirá hacer mucho más partícipe al padre o incluso otros familiares en la alimentación del bebé. 

  • Con el exceso de leche, también puedes congelarla y donarla para otros bebés.

Si te planteas esta opción, recuerda que primero debes dejar que tu bebé se alimente todo lo que quiera y, si es posible, que vacíe al menos uno de los pechos, ya que la leche del final de la toma es mucho más nutritiva. Puedes vaciar el otro con el sacaleches o bien aprovechar un rato entre tomas para hacerlo.         

Sueño

Tu bebé seguirá durmiendo prácticamente todo el día, aunque quizá notes que lo hace un poquito menos. Todavía es muy complicado que podáis establecer unas pautas de sueño claras, pero puedes seguir trabajando con algunas rutinas que le induzcan a la calma durante la noche: sigue con los baños y empieza a leerle y a cantarle antes de dormir.

Esta semana la madre...

Oír llorar sin consuelo a tu bebé durante varias horas seguidas puede ser agotador. Ten siempre claro que es normal que, a veces, sientas que necesitas un respiro porque estás llegando al límite. Si esto sucede, no lo dudes: habla con tu pareja, con tus padres, con tus mejores amigos o con quien tú consideres, e intenta tener un rato para ti. Date una ducha relajante, sal a dar un paseo o, simplemente, descansa y duerme un poco. Cualquier cosa que te apetezca y que te pida el cuerpo para recargar las pilas, ¡hazla! No debes sentirte mal ni, mucho menos, ir más allá de tus límites. Cuidar de un bebé de tres semanas es todo un reto, así que no te olvides de cuidarte a ti misma también.

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Tu entorno

A medida que pasan los días, la emoción por la llegada del bebé va perdiendo intensidad y el cansancio comienza a hacer mella, tanto en los nuevos padres como en las personas más cercanas. En esta tercera semana es clave tener presente que vosotros también necesitáis recargar las pilas de vez en cuando para poder seguir disfrutando de esta nueva faceta.

Cuando el bebé ha cumplido su tercera semana, los niveles de estrógenos y progesterona de la madre, que habían aumentado durante el embarazo, han disminuido rápidamente. Esto provoca cambios en el estado de ánimo que, unidos al cansancio y a la falta de sueño, pueden hacer que la madre se sienta un poco abatida y que empiece a sentir emociones negativas. En esta semana y en las siguientes es importante que observéis si la mamá presenta alguno de estos síntomas para ayudarla en todo lo posible. 

Puntos clave

  • El bebé puede empezar a pasar tiempo boca abajo para fortalecer el cuello.

  • Ya es capaz de seguirte con la mirada e incluso voltear la cabeza para hacerlo.

  • En esta semana pueden aparecer cólicos.

  • Los niveles hormonales de la madre descienden drásticamente y pueden aparecer síntomas de depresión.
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