Semana 1 de embarazo

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En este artículo…

¡Bienvenida a tu primera semana de embarazo! Ahora mismo aún es pronto para confirmar que estás embarazada y es probable que ninguno de los primeros síntomas del embarazo se haya manifestado.

El porqué es sencillo: aunque se cuenta el primer día de tu última regla como el primer día de tu embarazo, en la primera semana el desarrollo del embrión todavía no ha empezado. La duración aproximada de un embarazo son 280 días, por lo que calculamos 40 semanas desde la última menstruación o 38 semanas (9 meses) desde que se produce la fecundación del óvulo, lo que suele suceder 14 días después de tu última regla (semana 3).

Si te has hecho un test de embarazo y las líneas rosas han confirmado que estás embarazada, es probable que la gestación esté un poquito más avanzada de lo que creías. En cualquier caso, no importa: ¡hay muchas cosas de las que tenemos que hablarte esta primera semana también, así que empezamos!

Esta semana tú...

A nivel biológico, en tu primera semana de embarazo estarás experimentando los síntomas típicos de inicio de tu menstruación: tu cuerpo expulsará el óvulo no fertilizado del mes anterior junto al revestimiento uterino y, en las siguientes dos semanas (casi con toda seguridad, en la semana 3 de gestación), te quedarás embarazada.

Varios síntomas que puedes experimentar desde el primer día de gestación serán que: 

  • Te encuentres más cansada, somnolienta o con un olfato más desarrollado. 
  • Notes una mayor sensibilidad en los pechos o un aumento en su tamaño.
  • Es posible que sufras náuseas o vómitos debido al aumento de la hormona gonadotropina coriónica.

Sin embargo, estos síntomas se pueden dar desde el inicio de la gestación (recuerda, semana 3 de esta guía) y no debemos olvidar que cada caso será distinto. Un indicio bastante habitual en muchas futuras mamás es sentir presión en la pelvis y las caderas o un aumento en las ganas de orinar. Pero de esto ya hablaremos más adelante, ¿de acuerdo?

Esta semana tu bebé...

Como decíamos, oficialmente estás en tu primera semana de embarazo, pero el desarrollo del embrión no empezará hasta dos semanas más tarde (14 días), coincidiendo con tu periodo de ovulación. Ahora mismo, tu cuerpo se prepara para el embarazo: se genera la membrana del útero (es decir, el endometrio) y, en este caso, alojará al cigoto o blastocito tras la fecundación y allí se desarrollará la placenta para la personita que crecerá en tu interior.  

Además, aunque tú no lo puedas percibir, se generan otros procesos para favorecer la concepción, por ejemplo: tu glándula pituitaria empezará a producir una hormona foliculoestimulante para el desarrollo de folículos que contienen estrógeno y, a la vez, estimulan una hormona luteinizante que incrementará tus procesos de ovulación. En estos días de mayor fertilidad, los niveles de estrógeno y progesterona se mantendrán bajos para favorecer una relajación del cuello uterino, que permite a los espermatozoides llegar al óvulo con mayor facilidad.  

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Cuídate, cuídale

Si estás pensando en quedarte embarazada, este es el momento ideal para empezar a cuidar de tu futuro hijo o hija y seguir cuidándote a ti misma. Por esto, es muy importante que suplementes tu dieta con ácido fólico/vitamina B9 (0,4 mg/día) desde el primer día: por regla general, se encuentra en verduras de hoja verde y el cuerpo no suele absorber todo el que ingerimos, por lo que los suplementos son una buena forma de asegurar que tienes los 600 microgramos mínimos que necesitas de forma óptima (0,4 mg en suplementos y 0,2 mg por dieta).

La carencia de ácido fólico está relacionada con bajo peso del recién nacido, alteraciones de la placenta, sangrado uterino o lesiones precursoras de cáncer de útero y colon, y en los peores casos con defectos congénitos, como el labio leporino, el paladar hendido o defectos del tubo neural, como la espina bífida, por lo que es muy importante que te asegures de tomar la cantidad suficiente.

Pero no todo es agregar suplementos a tu rutina de futura mamá, cuidarte también significa quitar algunos malos hábitos:

  • Es importante que evites el alcohol y el tabaco, incluidos los cigarrillos electrónicos: puede suponer que tu bebé tenga un peso menor al nacer o mayor predisposición a enfermedades bronquiales y, en casos extremos, síndrome de alcoholismo fetal, por ejemplo.
  • Evita cargar mucho peso: en estos momentos, estás intentando favorecer la implantación del embrión en el útero y debes evitar la posibilidad de un aborto espontáneo y, más adelante, el exceso de peso hará que tu espalda sufra.
  • Sé consciente de que puedes vivir cambios de humor similares a los del síndrome premenstrual: emotividad, tristeza, irritabilidad…
  • Debes estar vacunada de la varicela y la rubéola; si no lo estás, deberías vacunarte y esperar un mes para quedarte embarazada. En caso de que ya lo estés, consulta con tu ginecólogo.  
  • Si sufres diabetes, lupus, epilepsia, problemas de tiroides, cáncer u otra enfermedad que requiera de tratamiento, es muy importante que hables abiertamente con tu médico con respecto a la medicación y las posibles contraindicaciones. 

En la consulta

Si no habías visitado a tu médico antes de quedarte embarazada, ahora es un buen momento para una primera visita. Esto te permitirá mantenerte informada de las vitaminas prenatales que puedes necesitar y, a la par, tu médico revisará tu historial médico, las vacunas y te realizará un examen físico exhaustivo: posibles ETS, nutrición, estilo de vida, ejercicio y otros hábitos que puedan afectar a tu embarazo.

Durante las próximas semanas, más allá del test prenatal, llegarán las ecografías, los análisis de sangre, y en el caso de que se considere necesario la amniocentesis y un largo etcétera de pruebas diagnósticas para asegurarte que todo va como tiene que ir. Tranquilidad, vigila ese estrés y ¡a por todas! Recuerda siempre que son análisis y pruebas que te aseguran tu mayor bienestar y el de tu bebé.

Tu próxima visita

Tras esta primera visita, puedes esperar hasta las 8 o 12 semanas desde tu última regla para volver al especialista. Por descontado, si tu embarazo requiere de necesidades especiales (por ejemplo, un embarazo ectópico u otros embarazos de alto riesgo), será el ginecólogo quien te asesorará sobre la frecuencia de las visitas y el porqué de las mismas. 

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Tu entorno

Siempre que no hayas querido concebir como madre soltera,  es recomendable que tanto la futura mamá como su pareja se impliquen al 100%. 

En el caso de los hombres, para una mejor salud sexual y reproductiva, es aconsejable evitar —o, por lo menos, limitar— el tabaco, el alcohol y cualquier tipo de droga ilegal para asegurarnos la mejor calidad posible del esperma, así como problemas en la concepción del bebé.

Puntos clave

  • Aunque contamos como el primer día de regla como tu primer día de embarazo, la gestación del embrión no empezará hasta la semana 3.
  • Debes tomar suplemento de ácido fólico (vitamina B9) desde antes de quedarte embarazada para evitar defectos congénitos.
  • Tras la primera visita, siempre que tu embarazo no sea de alto riesgo, puedes esperar a la semana 8 para volver al ginecólogo.
  • Cuidarte también significa evitar malos hábitos: en especial, evitar el alcohol, el tabaco, el estrés y cargar peso.

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