Semana 13 de embarazo

  • 7 min de lectura

En este artículo…

Estás en… Primer trimestre
Te quedan: 27 semanas 

¡Estás acabando la primera de las tres grandes etapas de tu embarazo! Sin embargo, el inicio y el final del primer trimestre del embarazo… genera cierta controversia entre los especialistas. Muchos ginecólogos y obstetras consideran que, en esta semana, acaba el primer trimestre, mientras que otros cuentan la semana 15 como el inicio del segundo trimestre de tu embarazo. En cualquier caso, a partir de ahora los fetos se desarrollan a distintas velocidades, por lo que, mientras esté sano, este tipo de discusiones no tienen mucha relevancia en tu día a día, ¿no te parece?

Esta semana tú...

Como comentábamos en la semana 11 y la semana 12, algunos de los síntomas típicos del primer trimestre empiezan a desaparecer: es probable que ya hayas dejado atrás las náuseas matutinas y que te notes con muchísima más energía que hace un par de semanas. El segundo trimestre suele considerarse el más fácil de las tres fases, pero eso no quiere decir que, de golpe, vayas a encontrarte como una rosa: los cambios serán graduales, pero el segundo trimestre es la etapa con menos síntomas del embarazo: ¡alégrate!

  • Tu libido puede estar ya de vuelta y el sexo es totalmente seguro para ti y para el bebé siempre que tu ginecólogo no te haya advertido de una situación de riesgo.
  • Muchas futuras mamás se asustan debido a ciertos calambres tras el orgasmo, pero durante el embarazo esto es perfectamente normal: ¡no hay de qué preocuparse! Es el útero contrayéndose un poco, pero no supone ningún riesgo en absoluto.
  • Como comentábamos en la semana 11, quizá estés notando ya las punzadas en la ingle y el bajo vientre debido al crecimiento de tu útero. Busca una posición más cómoda en tu situación actual para sentarte y tumbarte: es algo que te saldrá natural.
  • Si tienes fiebre o picor cuando haces pis, ve al médico; si bien la cistitis o infección de orina en el embarazo es algo común, deberías recibir tratamiento y consejos para su prevención para evitar que vuelva a sucederte.

En estos momentos, quizá percibas que estás perdiendo cintura y que tu ropa ya no se te hace tan cómoda, ¿verdad? Si prefieres dejar las prendas premamá para más adelante, prueba con ropa holgada que no apriete la zona del abdomen. 

Sin embargo, ahora el aumento de peso ya debería ser evidente en ti. Debes haber cogido unos 2 kg de peso (aunque la mayoría es líquido, ya que el feto no pesa más que un limón, en realidad). La retención de líquidos es tu nueva gran batalla en el camino hacia el segundo trimestre, ya que tus tejidos retienen más líquido y empezarás a notar pies y tobillos hinchados. Para evitar esto:

  • Reduce la sal o ¡elimínala de las comidas!
  • Sé un poco culo inquieto: si estás trabajando o sentada, oblígate a moverte cada hora y media o dos horas.
  • Evita tacones o pantalones muy estrechos.

Por último, ahora será evidente que tus pechos se han hinchado. Quizá también se han oscurecido un poco en la zona de las areolas y los pezones a causa del flujo sanguíneo, y las venitas superficiales que transportan ese aumento de sangre empiezan a verse más. Un sujetador adaptado al periodo del embarazo será tu mejor aliado.

Esta semana tu bebé...

La cabeza del feto ocupaba hasta hace poco la mitad del tamaño de su cuerpo, ¡y por eso parecía un pequeño alienígena en esta etapa! Pero ahora todo empieza a volverse más proporcionado: tu futuro bebé mide alrededor de 8 centímetros y pesa unos 23 gramos. 

Su cabeza será, aproximadamente, un tercio del tamaño total y, en la ecografía, ya podrás ver las uniones de las placas de hueso que forman el cráneo: en el interior, los hemisferios cerebrales empiezan a conectarse entre sí y las fibras motoras son las primeras en madurar: ¡lo que explica el por qué no pare de moverse dentro de ti! También en esta semana se desarrollan las cuerdas vocales del feto: no podrás escuchar lo que pasa en el útero, ¡pero ya se hará oír cuando salga, tranquila!

La piel, en cambio, seguirá viéndose muy transparente, pero el lanugo, un vello suave y fino, empieza a cubrir su cuerpo con el objetivo de proteger al feto del propio líquido amniótico. Se mantendrá hasta el parto, cuando ya habrá cumplido con su función. También hay grandes cambios en sus intestinos, que se están reubicando hacia su posición final, pues hasta ahora crecían dentro del cordón umbilical por la falta de espacio.

¿Y qué está pasando con el resto de su cuerpecito? Pues los brazos y las piernas han empezado a estirarse y las articulaciones de la cadera ya están formadas; los dedos de las manos ya contienen las huellas dactilares que le acompañarán toda su vida y, aunque faltan varias semanas para que la placenta esté completamente formada, el feto ya se mueve en libertad por el útero y continúa con esa cronología de movimientos fetales que va desde las primeras semanas de vida hasta el parto.

Para que no te estreses o te angusties, te recomendamos que no compares tu feto con cualquier otro feto o con el desarrollo de la etapa fetal de otro de tus hijos o hijas, puesto que los bebés crecen a ritmos diferentes desde el momento de su concepción y durante gran parte de su infancia y adolescencia.

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Cuídate, cuídale

En las primeras visitas prenatales ya te habrán informado de que no tienes que comer por dos, que eso es un mito: las calorías que necesitas variarán entre 2.100 y 2.500 en esta etapa dependiendo de tu IMC, pero en ningún caso se duplicarán: si te tomas el embarazo como una licencia para comer mucho más de lo que necesita tu cuerpo, te costará mucho más recuperar tu peso ideal tras el parto. 

En otras palabras, te toca seguir con una dieta sana, ejercicio y vamos a ver opciones saludables para aumentar tu ingesta de calcio, vitamina D y magnesio para ayudar al desarrollo de huesos y dientes de tu bebé.

  • Para el calcio puedes tomar lácteos, tofu, col china (bok choy) brócoli o bebida vegetal suplementada.
  • Para mantener unos buenos niveles de magnesio: calabaza y sus semillas, aguacate, soja y lentejas.
  • Para la vitamina D: yemas de huevo, pescado azul, sardinas y alimentos suplementados.

Esta semana es importante

Esta semana deberías prestar especial atención a tu historial médico: si tienes antecedentes familiares de cuello uterino débil o incompetente, también conocida como insuficiencia de cuello uterino, deberías hablar con tu ginecólogo para valorar un cerclaje cervical entre esta semana y la semana 14 de tu embarazo. 

Algunos de los síntomas de la insuficiencia de cuello uterino son:

  • Sensación de presión en la pelvis.
  • Aparición de un dolor de espalda.
  • Calambres abdominales.
  • Cambio en el flujo vaginal o sangrado vaginal leve.

Llegado el caso, se te haría una intervención con anestesia en la que un cirujano sutura el cuello uterino para evitar que se acorte y se abra demasiado pronto, con el objetivo de evitar un parto prematuro.

En la consulta

Si en la semana 12 no hiciste tu segunda visita prenatal, este será el momento. Como ya te explicamos se trata de una breve visita de rutina en la que se te pesará, tomará la presión arterial y analizará la orina. El médico utilizará un Doppler para realizar una ecografía abdominal sobre tu útero para escuchar la frecuencia cardíaca del bebé y, sí, ¡podrás escuchar el latido de su corazón! 

Tu próxima visita

Si tras tu segunda visita prenatal, todo va bien, no hay visitas previstas para las siguientes semanas. Por lo tanto, es un muy buen momento para evaluar si estás contenta con el equipo médico que te atiende: si es así, no hay nada más que decir, si consideras que el personal no ha sido respetuoso o no ha dado respuesta a tus dudas o inquietudes, valora comentarlo con ellos o como alternativa más radical, cambiar de médico. 

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Tu entorno

El final del primer trimestre es un gran momento para los papás, ¡quedan seis meses y todavía podéis hacer un montón de cosas juntos antes de que el embarazo os obligue a frenar un poco vuestra actividad diaria y de fin de semana! Si la futura madre está con energía, aprovechad al máximo los próximos tres meses.

Pero… a veces es la pareja quien se empieza a encontrar mal, ¡de veras! El síndrome de Couvade o síndrome de embarazo comprensivo es bastante común en personas sensibles emocionalmente. Si sientes que estás ganando peso o te mareas, ¡puede que necesites tomártelo con más calma!

Puntos clave

  • La retención de líquidos es tu nueva gran batalla: evita la sal, los tacones y no te sientes por más de 2 horas seguidas.
  • El feto se ha vuelto más proporcionado, ¡y es tan grande como un limón ya!
  • Nada de comer por dos, ¡que eso es un mito! Pero asegúrate que tu dieta tiene suficiente calcio, magnesio y vitamina D.
  • Revisa tu historial médico ante posibles antecedentes de insuficiencia de cuello uterino.
  • Si tu pareja es muy sensible, ¡puede estar padeciendo el síndrome de Couvade!

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