Semana 33 de embarazo

  • 10 min de lectura

En este artículo…

Estás en… Tercer trimestre
Te quedan: 7 semanas 

¡Solo 7 semanas para conocer a tu peque! Estos días es muy probable que te pases las horas agobiada por ese calor interno que no hay forma de que se vaya, ¿verdad? ¡Ánimo! Ya falta muy poco. Mientras tanto, tu hijo o tu hija sigue madurando sus pulmones para salir a conocerte. Una de las últimas fases de su desarrollo dentro del útero materno.

Esta semana tú...

El tercer trimestre es sinónimo de un aumento constante de la temperatura corporal de las mamás: como te comentábamos arriba, esto es debido a múltiples factores, como un metabolismo más acelerado, el calor corporal del bebé, el volumen sanguíneo o las hormonas. 
Además:

  • Los “puntos de calor” pueden estar repartidos por el abdomen, relacionados con la presión uterina o la inflamación propia de los tejidos durante el embarazo, o encontrarse por el cuerpo de forma generalizada.
  • Por esta razón, suele decirse que, si el embarazo termina en los meses de más calor, suele resultar todavía más cuesta arriba, puesto que se une el calor ambiental con el calor interno que las futuras mamás llevan incorporado.
  • Por lo demás, a estas alturas de tu embarazo, poco más ha cambiado y lo cierto es que no deberían haber muchas sorpresas: seguirás ganando entre medio kilo y un kilo por semana todavía, aunque, en breve, el ritmo en el que aumentas de peso empezará a disminuir, pueden haber aparecido picores en la barriga debido a cómo la piel se ha estirado durante todos estos meses (sigue hidratándola y cuidándola con cremas hidratantes y nutritivas) y el ombligo, por supuesto, sigue mirando hacia fuera, pero recuperará su forma en el posparto, no te preocupes.

Presta especial atención a:

  • Seguir tomando los suplementos a base de vitaminas, minerales y DHA que te hayan recomendado en tu consulta ginecológica y bebiendo agua suficiente.
  • Realizar tus ejercicios de Kegel diariamente para trabajar tu fondo uterino y evitar la aparición de hemorroides.
  • Si tienes ciática, consulta con tu médico y un fisioterapeuta la posibilidad de realizar sencillas pautas para aliviar el dolor: a estas alturas, tu movilidad se habrá visto bastante reducida, pero debes tratar de mantener un buen grado de bienestar.
  • Como comentábamos en la semana 31, tus pechos seguirán preparándose para la lactancia materna; en estos momentos, es el propio feto el que está distribuyendo en la placenta hormonas que activarán tu producción de leche. Increíble, ¿cierto?
  • Si todavía no has empezado con los masajes en la zona perineal (aquella que rodea la vagina), puedes hacerlo ahora y suele recomendarse que se realice como rutina de pareja: los masajes en el perineo ayudan a evitar desgarros en el periné durante el parto y, en ocasiones, evitan la necesidad de una episiotomía.

Un buen nivel de ácidos grasos omega-3

En la semana 5 de tu embarazo, hablamos sobre alimentación, ¿recuerdas? Quizá a estas alturas queda un poco lejos, ¿no? En cualquier caso, las dietas con suficiente contenido de ácidos grasos omega-3 (DHA) ofrecen a tu hijo o tu hija un mejor desarrollo temprano, además de reducir el riesgo de depresión posparto y de parto prematuro. Por descontado, los complementos para embarazadas que además de vitaminas y minerales contengan DHA son una opción perfecta, pero si no los tomas es importante que intentes conseguirlos a través de la alimentación, ¿lo sabías?

Un par de platos de pescado y marisco por semana debería ser suficiente, puedes optar por salmón salvaje, caballa, trucha de lago, arenques, sardinas o el atún. En cualquier caso, si sigues una dieta más estricta o vegetariana, puedes tomar verduras de hoja verde, tofu y otros productos de soja (como la leche de soja enriquecida o el edamame), nueces o aceite de canola y soja que te aportan compuestos precursores del DHA, aunque sería aconsejable que tomaras directamente DHA ya formado. Pregunta al respecto a un especialista en nutrición.  

Por descontado, también existen suplementos únicamente con omega-3, pero no deberías tener problemas en encontrar recetas sabrosas y alimentos fáciles de preparar.

Esta semana tu bebé…

Esta semana, algo te dice que tu bebé ha pegado un buen estirón, ¿verdad? Es muy probable. Sus huesos ya están desarrollados, aunque todavía son suaves y flexibles (en especial, las placas de su cráneo), pues es el único modo de que puedan pasar con seguridad por el canal del parto. Las conocidas fontanellas, por ejemplo, permanecerán blandas hasta el año de vida de tu bebé con el objetivo de que el cerebro pueda seguir desarrollándose de un modo adecuado. Por lo demás, de 1 kg y poco que pesaba en la semana 31, tu bebé rondará ahora mismo los 2 kg de peso y medirá alrededor de 43,7 cm (de media) de longitud desde la coronilla al talón.

  • Los huesos siguen su proceso de endurecimiento gracias al calcio que absorbe de la placenta y, en última instancia, de ti.
  • Las uñas ya han hecho su aparición: ¡aunque son pequeñísimas, claro! Pero ahí están, listas y dispuestas.
  • El líquido amniótico que traga el bebé pasa por su estómago e intestinos: tras el parto, lo desechará como meconio; por ahora es importante que trague y recicle para un correcto desarrollo de sus intestinos.
  • Sus pulmones y el sistema nervioso central ya están maduros casi al 100%, un parto prematuro esta semana ya apenas entraña riesgos asociados ni a corto ni a largo plazo.
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Cuídate, cuídale

Queda muy poquito ya para el final de tu embarazo y tienes que seguir cuidándote: ¡ahora más que nunca! En esta fase hay tres grandes problemas comunes: ir al WC, tu espalda y el miedo o la ansiedad frente a la llegada del bebé. ¡Vamos, a por ellas!

Estreñimiento durante el tercer trimestre

Ante todo, ten presente que cierto estreñimiento es habitual y más común a medida que avanza el embarazo. Como ya hemos visto con anterioridad, tu actividad hormonal reduce el movimiento intestinal y complica el tránsito. En cualquier caso, sigue moviéndote y aumenta tu cantidad diaria de fibra (se recomiendan unos 25 gramos de fibra soluble al día, que encontrarás en frutas y verduras como las manzanas, las naranjas o las cebollas, así como el salvado de avena, la cebada, las almendras o las legumbres). 

Además, una dieta con fibra suficiente:

  • Te ayudará a evitar comer en exceso, puesto que es saciante.
  • Controla el nivel de azúcar en sangre y con ello el riesgo de diabetes y previene el riesgo de colesterol y enfermedades coronarias.

Dolores de espalda en el embarazo

El dolor de espalda típico de estos meses es un dolor agudo en la zona lumbar que suele alcanzar el muslo y la pierna hasta el pie. Vamos, la conocida ciática (la compresión de la raíz nerviosa del nervio ciático) que se inflama debido al peso de tu barriga y el cambio de posición del hueso sacro que pinza el nervio ciático. Se trata de un dolor muy similar a una hernia en la espalda baja (por ejemplo, una hernia discal en la zona L5-S1), pero sin mal pronóstico debido a que es un dolor puntual asociado al embarazo: sí, sabemos que es un triste consuelo ahora. 

Para aliviar ese dolor, te recomendamos acudir al fisioterapeuta, hacer ejercicios de Pilates y nadar. Son las tres grandes opciones con las que cuentas en estos momentos: además, antes de tomar cualquier medicamento que no conozcas y no haya sido aprobado por tu médico para aliviar el dolor, consulta siempre con tu ginecólogo antes.

Miedo, falsas alarmas, pesadillas

Estas semanas es muy normal empezar a asustarte o a poneros nerviosos (tú, tu pareja, la familia más cercana) ante cualquiera de los síntomas típicos que sugieren el inicio del parto. Mantén siempre la calma: puedes estar en contacto con tu comadrona o con el equipo médico para solventar dudas y, bueno, si os han superado los nervios, habéis cogido todo el kit de hospital y habéis salido corriendo como si no hubiera mañana… Tomaoslo con humor, porque no habrás sido la primera mamá del mundo en hacer algo así, tranquila.

Otra situación muy común en estas semanas es dormir fatal (insomnio, dificultades para conciliar el sueño, etc.) y, además, tener pesadillas y angustias cuando sueñas: no sabré cuidar al bebé, tengo pánico a descuidarlo, cómo será el parto, no me baja la leche… Todo ello son miedos que están dentro de todas las madres y los padres, siempre relacionados con el deseo de que el bebé nazca sano y nosotros estemos a la altura en todo momento. 

¿Sabes qué es lo más importante y lo que, a menudo, olvidamos? Cuídate para poder cuidar. Todavía quedan algunas semanas para poder asistir a clases de preparación al parto, solventar dudas con tu matrona o pensar en tu salud: piensa en cómo será tu periodo posparto y qué necesitas tener preparado, pero también qué quieres y necesitas hoy.

En la consulta

Esta semana no debería realizarse ninguna visita prenatal. Sin embargo, si estás terminando la gestación de un embarazo de riesgo, tu ginecólogo puede haber programado un perfil biofísico fetal para valorar el estado de salud de tu futuro bebé.

El perfil biofísico consiste en un ultrasonido detallado donde se evaluarán los niveles de líquido amniótico y una valoración general del bebé: tono muscular, respiración, movimientos… A continuación, se realiza una prueba sin estrés para monitorizar la frecuencia cardíaca del feto y las contracciones uterinas. Dependiendo de los resultados y la valoración del especialista, es posible que se te recomiende adelantar el parto o, todo lo contrario, mantener reposo y seguir adelante con la gestación algunas semanas más.

Tu próxima visita

Si en ninguna de las visitas se ha hablado contigo sobre las ventajas del masaje perineal, la matrona y el ginecólogo empezarán a explicarte cómo se realiza (es importante que tu pareja esté contigo, porque normalmente suele ser una gran ayuda en estos momentos) y qué objetivo tiene: a grandes rasgos, masajear la zona del perineo permite mejorar la elasticidad y prepararlo para reducir el riesgo de desgarros durante el parto o la necesidad de practicar una episiotomía

El masaje consiste en insertar dos dedos unos 2,5 cm en la vagina y presionar hacia abajo y tirar hacia los lados de forma alternativa. Aprovecha la próxima visita para aclarar todos los conceptos sobre el masaje perineal y otras dudas relacionadas con las últimas semanas de embarazo.

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Tu entorno

En estos momentos de inseguridad e incertidumbre, muchas madres (y padres) deciden escribir o grabar sus sentimientos y pensamientos con relación al bebé. ¿Qué os parece como idea? Puede que, a priori, os sintáis un poco extraños escribiendo a alguien que todavía no ha nacido, pero suele ser una gran ayuda para enfrentar los propios sentimientos y pensar un poco en qué queremos y esperamos del futuro. Si nos cuesta, podemos hablar de nuestro día a día, de todo lo que queríamos comer y no hemos podido, de la guardería, de los colores que hemos escogido para su habitación, de las primeras patadas… Lo que nos apetezca. Aunque parezca que lo hacemos por él o ella, rápidamente comprobaréis que también es por nosotros mismos.

Del mismo modo, es interesante conocer algunos de los elementos utilizados durante el parto (vaginal) y la recuperación en el hospital, como:

  • La almohada de donas, que reducirá la presión de la zona perineal al sentarnos.
  • Los baños de asiento (si hemos sufrido hemorroides durante el embarazo, ya lo conoceremos), que podemos llenar con agua tibia y colocar encima del water para aliviar el dolor en el ano.
  • El spray anestésico: un aerosol para adormecer el área anal o vaginal con el objetivo de aliviar el dolor.
  • Tras el parto, las primeras visitas al baño (en especial, si todavía sufres hemorroides) pueden ser mucho más suaves con un ablandador de heces: háblalo con tu ginecólogo con tranquilidad y pídele que te recomiende uno.
  • La botella peri, que es un contenedor de plástico con agua tibia para calmar el picor de la orina y aliviar el tejido delicado.

En la semana 34, puedes consultar algunos elementos más para los primeros días de recuperación hospitalaria y post-hospitalaria, como las almohadillas de flujo, el sujetador de lactancia o la crema de lanolina modificada para los pezones.

Puntos clave

  • El calor interno que sientes está relacionado con el volumen sanguíneo, los cambios hormonales, el bebé… ¡Ten paciencia, poco se puede hacer!
  • Los huesos de tu bebé ya están desarrollados, aunque siguen flexibles para poder atravesar el canal del parto.
  • Aumenta tu cantidad de fibra diaria a 25 gramos diarios para evitar problemas de tránsito.
  • ¿Te duele la espalda baja? Fisioterapeuta, Pilates y natación.
  • Empieza a realizarte el masaje perineal (tu pareja puede ayudar, si quieres) para evitar desgarros durante el parto.

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