Semana 18 de embarazo

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En este artículo…

Estás en… Segundo trimestre
Te quedan: 22 semanas 

Te acercas, poco a poco, a la mitad del embarazo. Es muy probable que ahora ya puedas empezar a sentir cómo tu peque se mueve y otros síntomas asociados a su crecimiento. ¡Vamos a descubrirlos!

Esta semana tú...

Entre la semana 18 y la semana 20 es cuando la mayoría de madres empiezan a notar al bebé moviéndose en su interior, especialmente las primerizas. En esta semana el feto ya ha alcanzado el tamaño de la placenta, y seguirá creciendo hasta superar seis o siete veces su peso, al final de la gestación. Además, las paredes uterinas se adelgazan a partir de esta semana, lo que contribuye a que sea más fácil notar cómo se mueve.

Debido a que tu bebé no para de crecer, el útero sigue expandiéndose: ahora ¡cada vez es más difícil disimular el embarazo! El aumento de tamaño del útero provoca que tu centro de gravedad se desplace hacia abajo, lo que se traduce en el hecho de que tu espalda empiece a doler. Para solucionarlo te irán bien ejercicios de higiene postural con los que evitarás inclinarte demasiado hacia atrás o hacia delante, ya que ambas posturas fuerzan la columna.

Esta semana tu bebé...

Los diferentes sistemas orgánicos de tu bebé todavía están lejos de madurar, pero siguen evolucionando a un ritmo emocionante. Por ejemplo, si es una niña, los ovarios y las trompas de Falopio ya se están formando y, si es un niño, los genitales externos ya serán visibles en una ecografía.

Los nervios empiezan a cubrirse de mielina, una capa aislante que facilita una transmisión rápida de los impulsos nerviosos y es clave para el funcionamiento óptimo del cerebro y la médula espinal. Gracias a estas mejoras, ahora un ruido fuerte puede despertar a tu bebé (que pasa alrededor de 18 horas diarias durmiendo).

Sus retinas también están lo bastante desarrolladas como para reaccionar ante la luz. ¿Te apetece jugar con tu peque? ¡Pues ya puedes hacerlo! Si alumbras tu tripa con una linterna, es probable que notes cómo el feto se mueve.

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Cuídate, cuídale

Uno de los síntomas habituales, y también uno de los que más confusión despierta en las embarazadas, es la aparición de ronquidos a partir del segundo trimestre de embarazo. Así, mujeres que no han roncado nunca, y que incluso no lo hicieron en anteriores embarazos, se encuentran con que ahora sí lo hacen. La buena noticia es que no es nada grave, ni para ti ni para el bebé. Como mucho, ¡puede ser un poco molesto si el volumen de tus ronquidos se pasa de decibelios!

Normalmente los ronquidos se deben, ¿lo adivinas? ¡A las hormonas! En el segundo y tercer trimestre de embarazo es normal sentir congestión nasal aún sin estar resfriada, y es probable que esto se deba al alto nivel de estrógenos y al aumento de flujo sanguíneo que fluye hacia las mucosas nasales. 

Si combinamos esto con un mayor nivel de fatiga y el aumento de peso propio del embarazo, ya tenemos las causas por las que es probable que empieces a roncar en estos días. Pero, como te decíamos, este síntoma no afecta a todas las mujeres: puede que lo experimentes ahora, en las próximas semanas, o quizá nunca.

Si ya lo estás padeciendo, algunas buenas soluciones son: 

  • Dormir con la cabeza levemente levantada, usando dos almohadas.
  • Colocar un humidificador en la habitación para reducir la sequedad.
  • Colocarte una tira nasal para abrir las vías respiratorias.

Esta semana es importante

Existen varios motivos por los que, entre la semana 16 y sobre todo la semana 18 del embarazo, tu ginecólogo te proponga realizar un ecocardiograma fetal, una ecografía de alta resolución que permite ver las estructuras del corazón y, si está equipada con Doppler, la velocidad del flujo sanguíneo.

Para realizar la ecocardiografía, el especialista colocará sobre tu abdomen un transductor que envía ondas de sonido ultrasónicas; estas ondas atraviesan la piel y los diferentes tejidos del cuerpo y rebotan en los tejidos cardíacos: un ordenador se encarga de analizar las ondas reflejadas y las convierte en imágenes del corazón del feto. De esta manera se pueden detectar anomalías cardíacas que puedan afectar a la salud de tu bebé.

Son varios los motivos por los que tu ginecólogo puede recomendarte hacerte esta prueba, que es inofensiva tanto para ti como para tu bebé:

  • Si ya has tenido un bebé con alguna cardiopatía congénita, o si tenéis antecedentes familiares, es más que probable que te recomienden un ecocardiograma fetal.
  • Si existen evidencias de otras posibles alteraciones en el feto no relacionadas directamente con el corazón, como un retraso en el crecimiento o alteraciones en el desarrollo del cerebro, los huesos o cualquier otro órgano.
  • Si en la ecografía del primer trimestre se detectó una translucencia nucal superior a los 3 mm o una anomalía en el flujo sanguíneo del ductus venoso, ya que se ha podido establecer una correlación entre estos problemas y el riesgo de padecer una cardiopatía congénita.
  • Si has tomado algún medicamento que pueda influir en el desarrollo del corazón del feto, o si has tenido alguna enfermedad como la rubeola o el parvovirus durante los primeros meses de embarazo.

La presión arterial en el embarazo

A medida que el embarazo avanza, es habitual que tengas problemas de hipotensión: se debe a la presión que el útero ejerce sobre la cava y la aorta, y también al hecho de que tu sistema circulatorio trabaja mucho más rápido para suministrar sangre tanto a tu organismo como al del feto. Si estás lidiando con estos problemas, aquí van algunas medidas que puedes tomar para solucionarlo:

  • Levantarte despacio cuando estés tumbada o sentada.
  • Evitar estar de pie durante periodos de tiempo prolongados.
  • No ducharte ni bañarte con agua excesivamente caliente.
  • Beber suficiente agua, entre 8 y 12 vasos.

En la consulta

Entre esta y la semana 20 te realizarán la ecografía morfológica de las 20 semanas: es una ecografía rutinaria en la que se hace un examen detallado de la morfología del bebé. Entre otros elementos se observa la placenta, el corazón, el cerebro y los movimientos del peque para comprobar que su desarrollo se encuentra dentro de los parámetros adecuados.

A estas alturas el feto está mucho más desarrollado que en la ecografía rutinaria del primer trimestre y, por tanto, se pueden identificar posibles malformaciones de distinta gravedad, desde espina bífida hasta anomalías relacionadas con los riñones o el corazón. 

Además, en esta ecografía podrás conocer, por fin, el sexo de tu bebé. ¡Si es que quieres saberlo, claro! El ecógrafo te preguntará antes de desvelar este secreto, ya que son muchos los padres que prefieren no saberlo hasta el momento del parto.

Tu próxima visita

Si no lo ha hecho en esta semana, entre la semana 19 y la 20 tu ginecólogo te pedirá una ecografía morfológica para comprobar que tu bebé se está desarrollando bien. Además, también te solicitará otro test de orina y te hará las mediciones habituales de peso y tensión.

Tu entorno

Parece que todavía falta mucho para que el bebé llegue, pero lo cierto es que el tiempo pasa volando ¡y hay muchas cosas por hacer! Entre ellas, decidir a qué centro pediátrico le vais a llevar. La opción más sencilla es decantaros por el pediatra que os toque en vuestro centro de salud pública. Podéis quitar algo de faena a la futura mamá haciendo una selección de candidatos entre otros padres y madres que conozcáis, o en el caso de que contéis con un seguro privado, cribando a los profesionales que entren en vuestra póliza.

A partir de ahora la madre se sentirá cada vez más limitada para moverse y realizar trámites, así que cuanto más trabajo podáis ahorrarle en este sentido, más tranquila y más descansada estará. 

Puntos clave

  • Te realizarán la segunda ecografía rutinaria del embarazo.
  • Tu bebé ya reacciona a estímulos sonoros y visuales.
  • Sus órganos sexuales ya son visibles.
  • Puedes empezar a padecer dolor de espalda debido al crecimiento del útero.

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