Semana 30 de embarazo

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En este artículo…

Estás en… Tercer trimestre
Te quedan: 10 semanas

¡Apenas dos meses para ver por primera vez a tu peque! A partir de la semana 30 de embarazo puedes sentir que todo se acelera, ¡y no es para menos! La llegada del bebé está cada vez más cerca, tu cuerpo lo sabe y se prepara para ello: del mismo modo, el bebé sigue preparándose para su llegada a este mundo... Acompáñanos a descubrir qué os espera en estos 7 días.

Esta semana tú…

A partir de la semana 30 de embarazo suelen volver algunos síntomas que ya tuviste en el primer trimestre: los cambios de humor y la fatiga. El motivo es bastante obvio: el peso extra de tu bebé, que ha crecido mucho desde aquellas primeras semanas. Ésto hace que te sientas más cansada y, también, que te cueste más dormir y tu descanso no sea tan óptimo. 

Además, tu bebé se prepara para el parto y lo más normal es que empiece a cambiar de posición dentro de ti para ponerse cabeza abajo: esto puede provocar que tengas más ganas de orinar durante la noche, por lo que tu descanso también se resentirá por esta causa.

Por último, la relaxina está haciendo de las suyas. Esta hormona es la encargada de ayudar a los ligamentos y huesos de la cadera a relajarse para facilitar el paso de tu bebé a través del canal de parto. Notarás sus efectos en el hecho de que las manos, tobillos y pies se han hinchado, y también en que es probable que las facciones de tu rostro se hayan redondeado. La progesterona y los estrógenos harán que te sientas algo más pesada debido a la retención de líquidos.

Otro efecto del trabajo de las hormonas del embarazo es que volverán el ardor de estómago y las digestiones pesadas. El motivo es que la relaxina hace que la membrana muscular que separa el esófago del estómago también se relaje y, por tanto, el ácido estomacal puede subir por el pecho y provocar sensación de ardor. Tu útero, cuyo tamaño sigue creciendo, también presionará el estómago y aumentará esta sensación.

¡Pero no todo son malas noticias! Si has notado tu pulso acelerado en las últimas semanas, debido principalmente al mayor volumen de sangre presente en tu cuerpo, en los próximos días verás cómo esta sensación desaparece. Ahora que tu bebé casi ha terminado su desarrollo, tu corazón no necesita bombear tanta sangre.

A todas las molestias físicas se puede sumar cierta ansiedad por todo lo que está a punto de acontecer: el parto, la llegada del bebé a casa, dudas sobre si serás una buena mamá o no… Es normal que sientas todas estas emociones, y es mucho más común de lo que (probablemente) piensas. Si en algún momento notas que la situación te abruma un poco, compártelo con tu pareja, familiares o amigos cercanos e incluso busca apoyo profesional en tu comadrona, en las clases de preparación al parto o en grupos de apoyo para embarazadas.  

Esta semana tu bebé…

Ahora mismo, tu bebé mide aproximadamente 38 centímetros y, muy probablemente, ya pesa más de un kilo. En estos días tu pequeño adoptará un aspecto muy similar al que tendrá después de nacer: sus proporciones se han equilibrado, sus rasgos ya están bien definidos y la piel está más tersa y menos arrugada. También sigue ganando peso porque va acumulando grasa para mantener la temperatura corporal. 

El lanugo, una fina capa de pelo que ha mantenido al bebé calentito en tu útero hasta ahora, empieza a desaparecer: a partir de ahora será la grasa la que le ayude a controlar la temperatura corporal. Aun así, muchos bebés todavía tienen un remanente de lanugo tras el parto.

Un hito importante de su desarrollo que se alcanza en la semana 30 de embarazo es que la médula espinal ya ha acabado de producir todos los glóbulos rojos que tu bebé necesita. 

También es probable que se dé la vuelta para colocarse cabeza abajo, en la postura más habitual para el parto. Si esto no sucede, no pasa nada: tu bebé puede hacerlo en cualquier momento en las próximas semanas. Algunos bebés tardan demasiado en darse la vuelta y, cuando quieren hacerlo, ya no tienen espacio dentro del útero para hacerlo. Si este es tu caso, no te preocupes: aunque la más habitual es la postura en la que el bebé está cabeza abajo y su espalda se apoya en tu tripa, hay más posiciones en las que puede nacer sin problema.

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Cuídate, cuídale

Si todavía no lo has hecho, ahora que llevas 30 semanas de embarazo es un buen momento para empezar a practicar alguna técnica de relajación o de gimnasia pasiva para embarazadas. El yoga o el stretching son buenos ejemplos: te ayudarán a estar más relajada y también a tonificar con suavidad tus músculos. Ahora que soportan tanto peso es importante que los cuides para que se mantengan fuertes y no sufran por la carga extra que mueven en tu día a día.

Los ejercicios de Kegel también deberían empezar a formar parte de tu rutina diaria, si es que no lo son aún. Te ayudarán a fortalecer el suelo pélvico, que ahora tiene mucho trabajo extra sujetando un útero mucho más grande de lo habitual. También te ayudarán a prevenir algunos síntomas del embarazo como las hemorroides y harán que el posparto sea más llevadero. Otro motivo importante por el que realizar cada día estos ejercicios es que pueden ayudarte a evitar que tengan que practicarte una episiotomía, ya que harán que los músculos sean más elásticos y la dilatación sea mayor.

Debido al efecto de la relaxina, del que ya te hemos hablado, puedes padecer también síndrome del túnel carpiano. Esta dolencia está asociada con el trabajo repetitivo delante de un ordenador, pero en el embarazo también suele ser habitual. Se trata de un dolor agudo en la muñeca, que puede provocar sensación de cosquilleo en los dedos e incluso que te cueste coger objetos. Para aliviar esta sensación, puedes:

  • Reducir el tiempo que pasas usando el ordenador o haciendo tareas manuales.

  • Hacer estiramientos que incluyan los dedos, muñeca y codo.

  • Mantén tu mano en una posición neutra durante un rato cada día para que los músculos y ligamentos descansen (por ejemplo, apoyada sobre tu pierna sin estirar ni flexionar).

  • Hablar con tu médico para que te recomiende el uso de una muñequera.

  • Consultarle la posibilidad de tomar un antiinflamatorio suave.

Esta semana es importante

Si necesitas viajar en las próximas semanas, deberías tener en cuenta que muy pronto no podrás hacerlo: muchas compañías aéreas no permiten volar a embarazadas a partir de los 8 meses de embarazo, tanto en vuelos internacionales como nacionales. Si crees que vas a tener que hacer algún viaje, consulta con tu ginecólogo la forma más segura de realizarlo ya que, muy probablemente, a partir de la semana 32 tengas limitaciones para acceder a barcos, aviones e incluso algunos trenes.

En la consulta

Cuanto más se aproxima el parto, más frecuentes serán tus visitas al ginecólogo, especialmente si estuvieras embarazada de gemelos. En este momento, el personal sanitario puede aumentar la frecuencia de las ecografías para controlar el desarrollo y la posición del bebé.

Tu próxima visita

Cuando vuelvas a ver a tu ginecólogo, aprovecha para plantearle todas las dudas que tengas sobre el parto. Puedes apuntarlas en una lista para que no se te olviden, ¡así podrás anotar otras dudas que te surjan sobre sus respuestas!

Por ejemplo, puedes preguntarle sobre la episiotomía: antes esta práctica se hacía de forma regular, pero ahora solo se aplica si es totalmente necesario para facilitar la salida del bebé. Otra cuestión que podéis debatir es cuándo van a cortar el cordón a tu bebé: muchos profesionales esperan alrededor de 1 minuto, pero la Organización Mundial de la Salud recomienda esperar al menos 3 minutos antes de hacerlo. 

Hay estudios que demuestran que esta práctica aumenta el nivel de hemoglobina en el nacimiento y las reservas de hierro, lo que es altamente beneficioso para el desarrollo del bebé durante sus primeros meses de vida. En el caso de bebés prematuros, además, mejora la circulación, reduce la necesidad de hacer transfusiones y disminuye la probabilidad de que se den otras complicaciones.

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Tu entorno

El parto se acerca, ¡cada vez más! Ojalá pudiéramos saber en qué momento exacto tendremos que salir corriendo al hospital, ¿verdad? Por desgracia esto no es posible, pero sí podéis hacer algo para que, cuando llegue el momento, todo esté bajo control. Una excelente idea es que hagáis una lista de los sitios donde la futura mamá pasa más tiempo (en su casa, en casa de los padres, etc.) y busquéis las mejores rutas para llegar hasta el hospital desde esos puntos clave.

También podéis tener preparada una bolsa con cosas básicas en esos lugares y, así, siempre tendréis lo esencial a mano cuando se ponga de parto.

Puntos clave

  • La hormona relaxina está relajando los ligamentos de tu cuerpo, especialmente de la pelvis.

  • Tu bebé puede darse ya la vuelta, preparándose para el parto.

  • Haz ejercicios de Kegel de forma regular para fortalecer el suelo pélvico.

  • Pronto ya no podrás viajar en avión debido a la cercanía del parto.

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