Semana 19 de embarazo

  • 8 min de lectura

En este artículo…

Estás en… Segundo trimestre
Te quedan: 21 semanas 

A medida que tu barriga crece con el objetivo de que el feto siga desarrollándose, puede ser que empieces a notar algún pinchazo en la zona baja del abdomen. ¡Es totalmente normal! Igual que las pataditas del bebé o los calambres en las piernas. Vamos a ver todo lo que te espera ahora que casi estás en la mitad de tu embarazo.

Esta semana tú...

Alrededor de la semana 19, muchas premamás empiezan a sentir molestias en la zona inferior del abdomen con la ingle. Si bien se trata de un dolor común y no deberías asustarte, pues indica que tus ligamentos redondos se están alargando, puedes hablar con tu ginecólogo para tu tranquilidad. La sensación puede variar entre una mujer y otra, pero la forma en que se engrosan los ligamentos para soportar ese extra de peso suele describirse como un tirón desde los laterales de la cadera o un dolor punzante en la ingle, por regla general.

También es común que notes que te cansas un poquito más que antes y que te cuesta respirar debido a cómo se ha movido tu diafragma por los kilos extra que has ganado y la barriga, que harán que tengas que respirar más desde el pecho.

Ahora mismo, puedes estar padeciendo algún que otro efecto secundario más raro que molesto como, por ejemplo, un aumento en el flujo vaginal más espeso de lo habitual: la leucorrea, como se conoce a este fenómeno, va de la mano de una coloración más violácea de la vagina y unos labios menores y mayores más abultados, lo que se conoce como signo de Chadwick.  

Calambres y varices en las piernas

Los calambres en las piernas también pueden empezar a acompañarte a lo largo de tu rutina diaria. A partir del segundo trimestre y hasta el final de tu embarazo, es habitual empezar a sentir espasmos y calambres en las pantorrillas. Ahí va la mala noticia: por las noches, cuando más ganas vas a tener de descansar, ¡los vas a notar muchísimo más! Y la verdad es que no está muy claro por qué ocurre esto: hay teorías que hablan, simplemente, del extra de peso, mientras que otras afirman que es debido a que los vasos sanguíneos de las extremidades quedan más comprimidos debido al embarazo.

Recuerda este pequeño truco para aliviar las molestias: cuando te dé un calambre, estira la pierna, flexiona el tobillo y tira los dedos de los pies hacia atrás.

¿El bebé está dando pataditas? ¡El bebé está dando pataditas!

Las primeras patadas de tu bebé suelen parecer de todo menos patadas. Por esta razón, muchas futuras mamás dudan sobre qué es esa sensación de “burbujeo”, de hormigueo o similar. 
Hay muchas razones para que estos primeros “golpecitos” del bebé se noten de forma distinta en las mujeres. Las más comunes son:

  • El tono muscular de la mamá (cuanto más laxos sean los músculos uterinos, más habitual será sentirlas, por lo que las primerizas tienen aquí ventaja).
  • La posición de tu bebé en la barriga: si patea de lado, será más fácil sentir esa golpecito que si lo hace de frente.

En cualquier caso, cuando el bebé ya tenga cierto tamaño, notarás perfectamente que ha dado una patada, ¡y hasta te cansarás de ellas y de pensar que te va a salir futbolista!

Esta semana tu bebé...

Tu bebé ya mide 15 centímetros y pesa 240 gramos. ¡Es más grande que un mango de los de la frutería! Ahora mismo, la cosa se ha puesto seria en lo que a desarrollo se refiere: su organismo ya casi está formado completamente y, en breve, se preparará para crecer y crecer; por ahora, el cerebro y la médula espinal siguen desarrollándose y su piel se está cubriendo de una capa de grasa similar a la cera que se conoce como vernix caseosa. Su función es complementaria a la del lanugo, protegiendo la piel de tu bebé de agrietamientos o rozaduras en el líquido amniótico. Durante el parto, además, la vernix caseosa actuará también como lubricante para facilitar el nacimiento.

Aunque el bebé no haya nacido:

  • Si es una niña ya tiene ¡seis millones de óvulos en sus ovarios! 
  • Sus dientes definitivos empiezan a crecer detrás de los de leche, aunque todavía se mantendrán como un nuevo brote tras estos.
  • Sus orejas y sus ojos ya han alcanzado su ubicación final en el rostro: ahora mismo, debajo de sus pequeñísimos párpados, sus ojos ¡ya se están moviendo!
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Cuídate, cuídale

El dolor de ligamentos será tu mayor dolor de cabeza esta semana. Cárgate de paciencia, porque no hay forma de evitar el dolor del ligamento redondo durante el embarazo, pero sí puedes aliviarlo con baños tibios y una buena higiene postural: evita hacer movimientos repentinos o explosivos y esfuérzate por moverte un poco más despacio de lo habitual. 

Aunque se ha hablado a menudo de los peligros de bañarse durante el embarazo, solo tienes que evitar el agua muy caliente (36-37 ºC será la temperatura perfecta), así como los hidromasajes, los jacuzzis y las saunas que sí están contraindicados. Por lo demás, recuerda que también puedes aliviar muchos de las molestias del embarazo mediante las duchas, que, a partir del segundo trimestre, pueden resultarte más cómodas y con el añadido de un menor gasto energético y de agua. 

A partir de esta semana, los alimentos ricos en vitamina E (verduras de hoja verde, frutos secos, huevos, aguacate) te ayudarán a a mantener una alimentación equilibrada y, volviendo al agua una vez más, ¿has pensado empezar a ejercitarte a través de clases en el agua para embarazadas? Son una forma estupenda de tonificar y reforzar brazos, piernas y espalda a la vez que sigues practicando ejercicios que ya conoces, como el footing o el spinning.

Pautas para un mejor descanso

Puede que estas semanas tengas ciertos problemas para conciliar el sueño. Si es así, plantéate seguir las pautas siguientes:

  • Mantén una rutina de horarios: nada de acostarse un día a las 2 am y el día siguiente a las 10 pm.
  • Evita la cafeína todo lo que puedas, pero sobre todo a partir de media tarde.
  • Evita las siestas durante el día (en especial, si son de más de 15 o 20 minutos), pues pueden resultar contraproducentes para conciliar el sueño por la noche.
  • Y, sobre todo, ¡ejercicio! Pero nunca tres o cuatro horas antes de dormir, pues debes permitir que el metabolismo vuelva a su estado normal.

Esta semana es importante

Si has tenido algún parto prematuro en un embarazo anterior, tu ginecólogo puede recomendarte que empieces a recibir inyecciones de progesterona durante estas semanas. Por regla general, es un tratamiento que empieza entre la semana 16 y la semana 24 del embarazo y que aumenta las probabilidades de evitar contracciones demasiado tempranas si las inyecciones se mantienen hasta las últimas semanas del embarazo.

Para patologías como la insuficiencia del cuello uterino que comentamos en la semana 13, el especialista te planteará un tratamiento de progesterona vaginal alrededor de esta semana.

En la consulta

Esta semana no tienes ninguna visita rutinaria con el especialista, pero puede que tengas ciertas molestias en el área pélvica. Si es así, lo más probable es que esté relacionado con el ligamento redondo, pero si el dolor es agudo o aumenta la intensidad, podría indicar preeclampsia o la posibilidad de un parto prematuro.

En cualquier caso, no pierdas la calma: son meses de muchas sensaciones que no habías sentido nunca, ¿verdad? La mayoría de las veces es tan simple como que un embarazo puede ser incómodo. Por descontado, ante cualquier duda, consulta con tu especialista, en especial, si el dolor se acompaña de sangre, fiebre, náuseas y vómitos, resfriado o escozor al orinar.  

Tu próxima visita

La semana que viene tienes tu próxima visita prenatal. Se acompañará de la ecografía de las 20 semanas y, probablemente, sea bastante más larga: pregunta si tienes que ir a la visita sin haber hecho pis para facilitar el ultrasonido y evitarás alargar la revisión más de la cuenta. En la semana 20, te volverán a controlar el peso y volveréis a revisar las claves de una dieta sana para la segunda mitad de tu embarazo.

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Tu entorno

A estas alturas, es probable que la futura mamá ya haya notado las primeras pataditas. Pero, ¿y si todavía no las siente? ¡Pues tranquilidad! Hay múltiples razones que explican que las primeras patadas pueden tardar en notarse más o menos dependiendo de cada caso, pero si vuestro hijo o vuestra hija crece a pasos agigantados, puede que ¡hasta tú puedes sentir cómo se mueve! Lo más habitual, sin embargo, es que esto no ocurra hasta las veintiocho semanas, así que no te hagas demasiadas ilusiones todavía. Por ahora, será algo positivo solo para la mamá, ¡que también es quien carga con la mayoría de las cosas negativas!

Puntos clave

  • Puedes estar sintiendo molestias en la zona pélvica debido al alargamiento del ligamento redondo.
  • ¡El bebé está dando pataditas! A partir de esta semana, puedes empezar a notar desde un burbujeo a un hormigueo.
  • La piel de tu bebé se está cubriendo de vérnix caseosa que lo protegerá de rozaduras y agrietamientos en el líquido amniótico y actuará de lubricante en el parto.
  • Date baños tibios y manten una buena higiene postural para evitar dolores musculares y de espalda.
  • Si las molestias en el área pélvica persisten, visita al especialista para descartar preeclampsia o parto prematuro.

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